Violencia urbana

"Levi's, buenas tardes"

ELIMINANDO HUELLAS 3 Trabajadoras de varios establecimientos del centro de la ciudad, escenario de los altercados causados por un numeroso grupo de antisistema durante la jornada de huelga, arreglan ayer por la mañana el desaguisado, antes de abrir l

ELIMINANDO HUELLAS 3 Trabajadoras de varios establecimientos del centro de la ciudad, escenario de los altercados causados por un numeroso grupo de antisistema durante la jornada de huelga, arreglan ayer por la mañana el desaguisado, antes de abrir l

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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«Levi's paseo de Gràcia, buenas tardes»,responde al teléfono con total normalidad Verónica García, una de las encargadas del local cuyo saqueo estará ya siempre relacionado en el imaginario colectivo a los mayores altercados vividos en la capital catalana en los últimos años. Son las cinco de la tarde, menos de 24 horas después de la hecatombe, y la tienda ya está abierta, como si nada hubiera pasado. Solo los cristales literalmente reventados de los escaparates dejan evidencia de lo sucedido horas antes.

La tranquilidad que transmite la encargada del local -que, eso sí, no pudo abrir hasta las dos de la tarde, ya que primero sus empleados tuvieron que reponer gran parte del género, que había quedado cubierto por polvo de cristal- está muy acorde con la que contagian los empleados del resto de establecimientos de la zona más afectada por los disturbios, la manzana comprendida entre paseo de Gràcia, plaza de Catalunya y la Gran Via. Excepto Levi's, que lo hizo cuatro horas más tarde, el resto de establecimientos abrió ayer a la hora habitual, después de que sus trabajadores borraran con ahínco -y con más o menos éxito- las pintadas y los adhesivos con llamamientos a la huelga. La clientela entraba y salía con total normalidad. Eso sí, todos sus dependientes -el seguimiento de la huelga en el sector fue irrisorio-tenían alguna historia que contar sobre la agitada jornada.

«Fue increíble, una salvajada. Las macetas volaban y las papeleras ardían. Iban con petardos y cócteles y se llevaban por delante todo lo que pillaban. ¡Nunca había visto tantos okupas juntos!», recuerda con detalle Natàlia Domínguez, encargada de la tienda de relojes Swatch del paseo de Gràcia con Casp.«Por la mañana teníamos la puerta cerrada por los piquetes, pero nosotras nos quedamos dentro. Pero a las tres, cuando vimos que la cosa se ponía fea, cerramos definitivamente y nos fuimos. La gente se quería meter dentro para refugiarse. ¡Fue un verdadero caos!»,prosigue. Por fortuna, los empleados de Levi's hicieron lo mismo.«No queremos ni imaginarnos qué habría pasado si cuando asaltaron la tienda hubiéramos estado dentro», reflexiona la encargada, quien estima las pérdidas ocasionadas por los disturbios en unos 15.000 euros.

Una furgoneta de los Mossos frente al antiguo Banesto -cuyo desalojo fue uno de los detonantes del caos vivido el miércoles, al provocar la ira de los antisistema allí refugiados-, era ayer por la mañana la única pista del potencial agitador del edificio, que entonces parecía una balsa de aceite. Sobre las puertas tapiadas, se leía un acertado«29 Salvaje». Y seguía la ese de cartón que bautizaba el lugar como«Banco deScrédito», aunque los transeúntes despistados que pasaban por la delante poco reparaban en ello.