CLAUSURA DE UNA INSTALACIÓN METROPOLITANA PIONERA

Castelldefels cierra la planta de compostaje por el mal olor

Metrocompost SA dejará de convertir la materia orgánica en abono el 31 de marzo

Tareas de desmantelamiento de la planta de compostaje de Castelldefels, el pasado viernes.

Tareas de desmantelamiento de la planta de compostaje de Castelldefels, el pasado viernes.

XAVIER ADELL
CASTELLDEFELS

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Tras casi 20 años de historia, la planta de compostaje de Castelldefels dejará de transformar materia orgánica en abono. Los malos olores que produce han podido más que su etiqueta de pionera y las toneladas y toneladas de residuos que ha salvado del vertido indiscriminado en el también extinto y próximo basurero del Garraf. La instalación ya está siendo desmantelada y la compañía mixta que la explota --Metrocompost SA-- solo mantendrá en servicio en el lugar la división de ingeniería.

El 31 de diciembre del año pasado entró en la planta de compostaje de Castelldefels el último camión cargado con restos vegetales procedentes de la poda de arbolado y de parques y jardines, y con residuos orgánicos recogidos de una veintena de mercados municipales. Estas remesas serán las últimas que se transformarán en abono de gran calidad, porque el 31 de marzo la actividad cesará completamente.

A LAS AFUERAS Castelldefels puso en marcha la pionera planta municipal de compostaje en 1990 a las afueras del municipio, en la carretera de la Sentiu. Al principio, la planta era prácticamente inodora pero desde que empezó a tratar residuos de origen animal procedentes de los mercados se convirtió en un foco continuo de "un olor muy fuerte y muy desagradable", que provocaba molestias, reconoce el alcalde de Castelldefels, Antoni Padilla.

Y es que en casi dos décadas "la ciudad ha crecido y se ha acercado a la planta", señala Padilla, y las quejas por mal olor de los vecinos --especialmente los del barrio de Can Vinader-- se han ido disparando con el paso del tiempo. No en vano la planta tenía capacidad para tratar 26.000 toneladas de residuos al año y para fabricar 15.000 metros cúbicos anuales de abono agrícola que siempre encontraban comprador, avalados por su gran calidad.

Pero el municipio seguirá sacando beneficio de la antigua planta. El ayuntamiento ha comprado los edificios y sus terrenos adyacentes por tres millones de euros para destinarlos a usos todavía por determinar. Aunque, de entrada, las naves se destinarán a almacén de la brigada municipal. La firma Metrocompost --de la que el consistorio seguirá controlando el 6% del accionariado-- mantendrá unas pequeñas dependencias en el lugar, desde donde seguirá dirigiendo la instalación de plantas similares en otros lugares.