LA INVERSIÓN PÚBLICA (y 6)

El enlace Provença-Diagonal entra en el quinto año de obras

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Con el fin del ciclo festivo y comercial de la Navidad se acabó la tregua de los trabajos del intercambiador de Diagonal en el cruce del paseo de Gràcia y Rosselló. Las excavadoras han vuelto al céntrico lugar haciendo algo más difícil la cuesta de enero a algunos comercios. Sus dueños mantenían aún ayer el cartel para felicitar las fiestas en el que además agradecen "la fidelidad de los clientes a pesar de las obras". El proyecto de reforma del conjunto que forman las estaciones de Provença de FGC y de Diagonal de la L-3 y L-5 acaba de entrar en su quinto año. Tras sucesivos retrasos, la Conselleria d'Obres Públiques prevé acabar los trabajos a finales del 2009.

La mejora ofrece ya resultados importantes, como la flamante y muy ampliada estación de Provença y el no menos diáfano y reluciente pasadizo que bajo Rosselló une el acceso de Balmes con la estación de la rambla de Catalunya de la L-5. En este espacio funcionan ya las dos primeras cintas transportadoras del metro.

HASTA LA PRIMAVERA

Responsables de locales de las vías cortadas u ocupadas parcialmente reconocen que la situación es ahora más "llevadera" aunque manifiestan su cansancio por tantos años de polvo, ruido y restricciones de tráfico. En la rambla de Catalunya solo sigue ocupado por las obras el cruce con Rosselló. Y lo será hasta la primavera. El paso de peatones abierto en diciembre en esta calle a medio camino entre la rambla de Catalunya y el paseo de Gràcia funcionará también hasta el fin de las obras.

Este proyecto ha topado con numerosos problemas a causa de la densidad y complejidad urbanística de la zona. Obres Públiques ha lamentado en ocasiones la falta de documentación fiable sobre las tuberías y los cables de servicios de todo tipo que existen en el subsuelo. Esta falta de información sobre la selva de conductos ha retrasado los trabajos. El director general de Transport Terrestre, Manel Villalante, ha calificado la obra de "auténtica operación de microcirugía, a menudo incomprendida, que la Generalitat sigue muy de cerca".

El transbordo entre las estaciones de la L-5 y L-3 seguirá realizándose por la superficie de Rosselló y del paseo de Gràcia como se encargan de advertir machaconamente los altavoces de los metros que pasan por allí. Será así hasta concluir el corredor de conexión entre las dos líneas, un paso en el que se instalarán el próximo verano otras cuatro cintas transportadoras divididas en dos tramos de 40 metros cada uno. Y hasta finalizar igualmente las obras de las dos estaciones. En estos espacios es donde se concentran ahora los trabajos.

75.000 VIAJEROS

El principal objetivo de la reforma, que tiene un presupuesto total de 44,2 millones, es ganar espacio para los 75.000 viajeros que usan cada día las instalaciones. Pero junto a la sustancial ampliación de vestíbulos y pasillos también se ha previsto la colocación de siete ascensores y cuatro escaleras mecánicas para facilitar el acceso a los andenes a las personas con problemas de movilidad.

La mejora de este intercambiador parece enfilar la recta final. Sin embargo, el paseo de Gràcia se prepara ya solo tres calles más abajo, entre Aragó y Gran Via, para otra intervención de gran calado: los nuevos y complejos enlaces de las estaciones de la L-2, L-3, L-4 y Renfe.