Chistes de vascos

BORJA COBEAGA

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Echo de menos hacer chistes de vascos. Uno de mis primeros trabajos fue dirigir un programa de la tele vasca llamadoVaya semanita. A algunos les sonará de ver fragmentos en el zapeo, pero para quienes no tengan ni idea haré una pequeña descripción. Chistes de vascos sobre el nacionalismo, lo mucho que nos gusta comer y lo poco que se practica el sexo en Euskadi (lo que conocemos como "el auténtico problema vasco"). Entre los personajes más conocidos estaban los Sántxez, una pareja de inmigrantes de Salamanca cuyos hijos son un ertzaina y un activista de lakale borroka. Todos los gags protagonizados por ellos terminaban: "No entiendo, Mari, como siendo tú y yo dos salmantinos de pura cepa hemos tenido dos hijos tan impresentables: el unocharainay el otro de la ETA".

Estuve enVaya semanitaun año. No echo de menos trabajar allí, si no que me da pena que tan buenos "chistes de vascos" se hayan quedado en el tintero. Como aquel del señor constitucionalista que no tiene más remedio que comprar el periódicoGaraporque regalan un DVD. O el de la pareja de Jarrai que tiene que quemar la bandera de España en un mítin y no les funciona el mechero. Sobre todo fantaseo con hacer un gag sobre un radical que viaja en el tiempo hasta el año 1983 para impedir que España le marque 12 goles a Malta. (Meses después de tener la idea vi la estupenda película catalanaTempus fugit, así que menos mal que no lo hicimos).

El caso es que esta acumulación de ideas huérfanas me ha llevado a escribir un guión de largometraje llamadoOcho apellidos vascos. Es una comedia sobre un chico cántabro que se enamora de una vasca y va a Euskadi. El padre de la chica resulta ser el líder de la izquierda abertzale. ComoLos padres de ella, pero en vez de tener de suegro aRobert De Niro, te topas conArnaldo Otegi.

Alguno pensará que no es la mejor época para hacer chistes sobre Euskadi pero estoy en desacuerdo. Cuando nadie aplica el sentido del humor o la autocrítica a sus ideas, tenemos que aparecer los contadores de "chistes de vascos" para relativizarlas. Ya lo decíaAtxaga: "Si los vascos nos quitásemos el peso que llevamos encima, levitaríamos dos metros por encima del suelo".