CONFLICTO VERDE

Vecinos en pie de guerra por la tala de casi 200 árboles en Sant Adrià de Besòs

Un grupo de vecinos protesta por la tala de los árboles de la Rambleta, el pasado sábado

Un grupo de vecinos protesta por la tala de los árboles de la Rambleta, el pasado sábado / AIRENET

Luis Benavides

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Sant Adrià de Besòs tiene unos niveles de dioxinas en el aire elevados –entre 1,5 y 5,2 veces más altos que en el centro de Barcelona, según el último estudio del CSIC- y la reforma de la Rambleta  tiene previsto extirpar uno de los pulmones verdes más importantes del municipio. En concreto, el proyecto original contemplaba la tala de unos 190 de los 257 árboles de edad avanzada. En su lugar, se plantarían otros 77 mucho más jóvenes y masa arbustiva. La vía perdería así, según el planteamiento inicial, más de un centenar ejemplares con un incalculable valor medioambiental pero también sentimental para algunos vecinos que llaman “nuestro bosque” a este rincón pegado al parque del río Besòs. Después de manifestarse en varias ocasiones frente al consistorio, un grupo de vecinos se plantea hacer turnos estos días junto a los ejemplares para evitar que los operarios arrasen con su patrimonio verde.

La plataforma ciudadana Airenet ha canalizado las quejas de unos vecinos que, de manera espontánea, presentaron más de medio centenar de instancias en el consistorio para pedir una replanteamiento del proyecto. Entienden este pequeño arbolado como un valioso aliado contra la contaminación y no están dispuestos a desprenderse tan fácilmente de él.  “Estamos viviendo una especie de despertar en la gente de Sant Adrià. Durante años y años ha vivido vapuleada, resignada. Ahora reivindican su derecho a respirar un aire limpio”, ha explicado la portavoz de la plataforma, Silvina Frucella, quien recuerda que en la zona sufren los efectos nocivos para la salud del tráfico intenso y, sobre todo, las emisiones de la planta incineradora de residuos Tersa. "Las emisiones son más bajas desde hace dos años cuando la Universitat Rovira i Virgili hizo otro estudio. Eso nos confirma que la planta antes trabajaba muy mal y ahora ha aplicado algunas medidas, aunque siguen siendo insuficientes como demuestra este último informe del CSIC”, precisa.

Guerra de cifras (y 150 transplantes)

El gobierno municipal, como consecuencia de la presión popular, se ha comprometido ahora a transplantar unos 150 árboles (de los 190 'eliminados' en los primeros planos) al otro lado del río, en el barrio de La Catalana, en dos fases (primero llevarían unas 30 palmeras y 30 tipuanas), cuando inicialmente solo tenían previsto hacerlo con 14 ejemplares. Pero Airenet no está conforme con esta cesión del consistorio: “Sería más sencillo que no se tocaran esos árboles y, por otro lado, la alternativa que nos dan no es buena porque esos árboles no soportarán ese transplante según los expertos”.  La concejala de medioambiente, Ruth Soto, responde: "Sumando unos y otros la masa vegetal acabará siendo igual o más grande que la actual. Con esta reforma el barrio ganará en biodiversidad. Las especies escogidas aseguran un buen enraizamiento y darán flor y frutos todo el año", asegura.

El consistorio siempre se ha negado a modificar el proyecto alegando que ya no tienen capacidad para cambiarlo, que se hizo un proceso participativo previamente. La portavoz de Airenet, en cambio, explica que en las reuniones previas se hablaron de muchas cosas como “el ancho de las aceras y la ubicación de los contenedores” pero en ningún momento se habló de acabar con el histórico arbolado. “En las imágenes que enseñaban se podían ver grandes árboles, nada que ver con los arbolitos jóvenes que piensan colocar ahora”, asegura la portavoz vecinal.  La versión de la concejala es muy diferente, pues asegura que "el proyecto se presentó a más de 200 vecinos y tuvo muy buena aceptación" en marzo del 2018. "Se incorporaron numerosas modificaciones y mejoras, com el ensanchamiento de la acera, la creación de un carril bici mucho más seguro, segregado del tráfico; y la construcción de una zona de recreo para perros al final de la Rambleta", enumera Soto, quien subraya que muchos vecinos están conformes con la reforma.