EL RIVAL DE LA CHAMPIONS

El Amberes de Marc & Mark, dos exculés contra el Barça

El Amberes ha vuelto a ganar títulos desde que Overmars tomó la dirección deportiva y Van Bommel ejerce de entrenador

Van Bommel y Overmars, entrenador y director técnico del Amberes, respectivamente.

Van Bommel y Overmars, entrenador y director técnico del Amberes, respectivamente. / Jordi Cotrina / Mike Egerton

Joan Domènech

Joan Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Campeón de Liga por primera vez desde 1957, campeón de Copa por primera vez desde 2020 y campeón de la Supercopa de Bélgica por primera vez en la historia. Más la primera participación en la Champions. No parece gratuito ni excesivo atribuir el mérito de la proyección del Amberes a la llegada de su entrenador: Mark van Bommel.

Una llegada que se produjo después de otra llegada también influyente. Otro Marc. Otro holandés. Marc Overmars es el director deportivo que preparó el proyecto del conjunto belga y quien entregó el equipo a Van Bommel. Dos exculés que reaparecen en el universo barcelonista para abrir la Champions de la redención y medirse al que fue su club hace casi dos décadas pero que todavía conserva caras conocidas; entre ellas, el presidente que los despidió, Joan Laporta, y dos compañeros que reproducen sus mismas funciones: Deco en el despacho y Xavi en el césped.

Van Bommel y Deco felicitan a Etoo tras marcar un gol al Celta en Balaídos.

Van Bommel y Deco felicitan a Etoo tras marcar un gol al Celta en Balaídos. / Jordi Cotrina

La final de París

Los dos entrenadores se pasaron el mes de diciembre de 2005 en la enfermería. Van Bommel se rompió el ligamento lateral externo del tobillo izquierdo entrenando con la selección el 8 de noviembre, y Xavi se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en el campo de La Masia y de la que fue operado el 3 de diciembre.

Van Bommel volvió en enero al césped, pero Xavi, con suerte, reapareció el 29 de abril, sin el estado de forma suficiente para jugar la final de la Champions de París. Sí participó en ella Van Bommel, que coincidió más veces en el campo con Deco, junto a Edmilson en la formación clásica (la de la final ante el Arsenal, por ejemplo), y en la que ya aparecía Andrés Iniesta, finalmente básico en la conquista del título.

Van Bommel celebra un gol marcado a la Real Sociedad.

Van Bommel celebra un gol marcado a la Real Sociedad. / Albert Gea / Reuters

Llegó gratis y se marchó por 7 millones al verano siguiente al no tener garantizada la titularidad.

Del Barça al Bayern

Futbolista del año y Bota de oro en los Países Bajos en 2005, Mark van Bommel, llegó con 28 años y la carta de libertad al Barça desde el PSV Eindhoven. Henk ten Cate, el ayudante de Frank Rijkaard, demandaba ese perfil porque echaba de menos un futbolista más físico en la medular barcelonista. Fue el jugador número 12.

En el verano siguiente intuyó que iba a jugar menos, recuperado Xavi, consolidado Iniesta y fichado Gudjohnsen, y se marchó al Bayern Múnich dejando 7 millones en caja; el séptimo era de variables que se cumplieron, porque fue titular en Alemania y añadió más títulos a los cuatro que conquistó en el Camp Nou.

Van Bommel, en el banquillo del Camp Nou en una visita con el PSV.

Van Bommel, en el banquillo del Camp Nou en una visita con el PSV. / Jordi Cotrina

Veinte años de carrera y 786 partidos dejó Van Bommel entre el Fortuna Sittard, PSV, Barça, Bayern y Milan.

Hachazo de despedida

Tras cinco temporadas en el Bayern y dos en el Milan, regresó al PSV para clausurar su carrera a los 36 años, con 786 partidos en la élite, 20 temporadas después de su debut en el Fortuna Sittard, el club más grande cercano a Maasbracht, donde nació el 22 de abril de 1977. Se despidió expulsado, producto de un hachazo que propinó a un jugador del Twente como los que se le recordaban de la final del Mundial de Sudáfrica frente a España.

El entrenador Van Bommel ha sido menos constante que aquel poderoso centrocampista. Es más fino, sin ponerse tampoco estupendo en sus propósitos, aunque su ideario es el que todo holandés expone.

Van Bommel, antes de una rueda de prensa de la Champions con el Wolfsburgo.

Van Bommel, antes de una rueda de prensa de la Champions con el Wolfsburgo. / Ronny Hartmann / AFP

“Queremos atacar, queremos tener el balón y queremos decidir lo que va a pasar en el campo", el ideario del técnico.

El suegro maestro

“Queremos atacar, queremos tener el balón y queremos decidir lo que va a pasar en el campo. Es más fácil decirlo que hacerlo”, explicó Van Bommel en una entrevista a El Periódico antes de su primera experiencia frente al Barça. Fue con el PSV. Era 2018, y su noveno partido como entrenador. Tuvo un maestro muy cercano: su suegro Bert van Marwijk, de quien fue su ayudante, entre otros equipos, de la selección de Australia.

Overmars confió en Van Bommel cuando asumió la dirección deportiva pese a que no había terminado su contrato en el PSV ni en el Wolfsburgo, cesado en ambos casos. Iban a comenzar una nueva andadura en la que necesitaban resarcirse de sus malas experiencias. En el caso de Overmars, eran extradeportivas.

Overmars dispara al marco del Athletic en febrero de 2001 en el Camp Nou.

Overmars dispara al marco del Athletic en febrero de 2001 en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

El Amberes fichó por cuatro años a Overmars un mes después de ser despedido del Ajax.

Segunda oportunidad

Quien fuera conocido como El Correcaminos con su velocidad como extremo, tuvo que abandonar el Ajax en febrero de 2022, diez años después de asumir el cargo de director técnico, al conocerse que había mandado "mensajes inapropiados" a compañeras que trabajaban en el club. Había renovado hasta 2026.

Esos cuatro años se los dieron en el Royal Antwerp FC, el club más antiguo de Bélgica, fundado en 1880 y propiedad del promotor inmobiliario flamenco Paul Gheysens. "También somos un club que quiere dar una segunda oportunidad a la gente", dijo el director general Sven Jacques, al presentar a Overmars sin dejar de mencionar “los valores” de la entidad.

Overmars y Rivaldo, en un entrenamiento en el campo de La Masia.

Overmars y Rivaldo, en un entrenamiento en el campo de La Masia. / Jordi Cotrina

“Su acto es de una enorme dignidad, sinceridad, generosidad y de respeto hacia el club”, destacó Laporta cuando Marc renunció al contrato que le quedaba

Cruzar la línea

“No me di cuenta de que estaba cruzando la línea. Pero es demasiado tarde. Este comportamiento es inaceptable en alguien en mi posición. No veo más opciones que dejar el Ajax", afirmó con tanta dignidad como tristeza. Igual que cuando se marchó del Barça en 2004. Había fichado en 2000, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia entonces.

Renunció a su contrato al comprobar que no podía rendir como deseaba por unas molestias en la rodilla que no acababan de desaparecer. “Tengo mucho cariño hacia el Barça y no puedo dar lo mejor de mí. El club pasa por un momento difícil y yo quiero ser honesto”, dijo emocionado, al lado de un Laporta conmocionado y agradecido. “Es un día muy triste para el fútbol. Su acto es de una enorme dignidad, sinceridad, generosidad y de respeto hacia el club” destacó el presidente.

Overmars, felicitado por sus compañeros tras marcar un gol al Liverpool en Anfield.

Overmars, felicitado por sus compañeros tras marcar un gol al Liverpool en Anfield. / Ian Hodgson / Reuters

El veloz extremo sufrió un ataque cardiaco en diciembre y le dejó como secuela medio órgano inutilizado.

"Soy un hombre feliz"

Hoy se reencontrarán en el palco Laporta y Overmars, que tiene 50 años y cuya salud se vio agravada el pasado mes de diciembre por un ataque al corazón. Le dejó secuelas. Tiene la mitad del órgano inutilizado.

"Soy un hombre feliz, solo tengo que distribuir mi energía lo mejor que pueda", explicó al diario Het Laatste Nieuws en mayo. "Si hay puntos o reuniones importantes en la agenda, me concentro en ellos. Puedo recuperarme al día siguiente. Prefiero morir aquí que no hacer nada", aseguró.

Sven Jaecques, gerente general del Amberes, da la bienvenida a Marc Overmars

Sven Jaecques, gerente general del Amberes, da la bienvenida a Marc Overmars / AFP / TOM GOYVAERTS

El corazón de Overmars pasó una durísima prueba el 4 de junio. En la última jornada de la liga belga había tres aspirantes al título: el Saint-Gilloise, el Genk y el Amberes, que se enfrentaban entre sí en casa del primero. Toby Alderweireld, el capitán, empató en el minuto 94 (2-2), resultado que coronó campeón al Amberes por primera vez en 66 años. Van Bommel correteó por el campo. Overmars no se movió.