Johan Félix y el monopolio del agente Jorge Mendes

Hay días, muchos, demasiados, que te levantas, te miras al espejo y te ves tonto. Otros, idiota. Los que más, superado por las circunstancias. Incluso te peinas para estar guapo cuando te tomen el pelo. Sales a la calle y te imaginas que los aplausos y vítores de la asamblea de la RFEF a Luis Rubiales forman parte del decorado de cartón piedra de la entidad. Y, digámoslo ya, mientras cruzas el primer semáforo, te acicalas para que Joan Laporta y su amigo y cómplice Jorge Mendes te tomen el pelo, por cortito que lo lleves o por poco que tengas.

Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas. Me encontré con un ciruelo, cargadito de manzanas. Empecé a tirarle piedras y cayeron avellanas. Con el ruido de las nueces, salió el amo del peral. Chiquillo no tires piedras que no es mío el melonar. No le den más vueltas, esa es la historia de la llegada del joven Joao Félix, de 23 años, al FCBarcelona.

Una maniobra genial, que jamás será explicada así (recuerden que al Barça siempre le falta el segundo párrafo de todo, es decir, el que lo explica todo) y que fue perfectamente orquestada por quien lo maniobra todo: Mendes, el ‘puto amo’ del fútbol actual.

Así empezó todo

Todo arranca el 18 de julio cuando al periodista que más noticias da, aunque no todas se cumplan, sobre fichajes se le ocurre ¡sana idea! llamar a Joao Félix, que estaba aburrido en Madrid, y arrancarle la declaración que lo dispara todo: “Me encantaría jugar en el Barça. Siempre fue mi sueño desde niño”. Y empiezan a aparecer liebres, sardinas, ciruelos, manzanas, avellanas, nueces, perales y melones.

¿De verdad, en serio, alguien se cree que la idea surgió del periodista? Por favoooooor, la idea es de Mendes para poner a Félix en el disparadero, por eso, al día siguiente, la placa con el nombre de la estrellita portuguesa es (casi) borrada del Cívitas Metropolitano con la pintada de ‘Va al Barcelona’. Cuando los periodistas le piden explicaciones a Joao, el chico dice que no fue idea suya. Olé.

Pero la rueda ya está en marcha. Félix debe salir, el Barça lo ‘compra’ todo (casi) gratis y/o cedido, Xavi Hernández se hace el despistado y dice que “Ansu Fati es patrimonio del club”, pero, vaya, no garantiza su continuidad. A los pocos días, más liebres, más sardinas, más ciruelos y manzanas. Xavi insiste en “cómo he de decirlo”, Ansu se queda.

Y es que hay quien dice que el sueño húmedo de Laporta, aunque suene a estribillo de la canción, es ver vestido a Joao Félix con la camiseta del Barça porque le recuerda ¡hasta en el peinado! a su idolatrado Johan Cruyff, del que se cumplen ¡vaya, todo cuadra! el 50 aniversario de su debut con el conjunto azulgrana.

El fútbol ya está en manos de los agentes. Antes, estos debían patearse los campos de las canteras para suplicar a los padres de los niños que firmasen contratos con ellos. Ahora son los futbolistas los que eligen al agente, especialmente Mendes, para que lo lleven allí donde quiere (o sueña de niño) jugar. Y, si encima, después de cargarte a Mateu Alemany, logras que el Barça ponga a Deco, que se curtió como representante en tu agencia (Gestifute) como Director Deportivo, miel sobre hojuelas.

Si Jorge Mendes quisiera, haría campeón de Liga al Almería, llevándole allí a siete de sus mejores futbolistas. Ya los pagaría él

Es más, Mendes, si quisiera, haría campeón de Liga al Almería, pues podría llevar allí a siete de sus mejores futbolistas (no importa que no pudiesen pagarlos ¡los pagaría él!) y serían campeones.

A precio de ganga

Porque este cuento ha terminado como presagiábamos muchos al oír contar mentiras a Félix hace solo 50 días: tres futbolistas de Mendes (Ansu Fati, Brighton; Joao Cancelo y Joao Félix, Barça) han terminado jugando cedidos, mientras el presidente del Barça quiere hacernos creer que no es suyo el melonar. Y Xavi que “Joao Félix no solo le gusta al presidente”. Por favoooooooor.

Félix, que solo cobra 400.000 euros (me rio yo), luce ya el 14 de Johan Cruyff y hasta se fotografió, en su presentación, sentado sobre un balón, que, como todos los culés saben (de eso, Joao Félix no tiene ni idea), era el despacho del ‘Profeta del gol’.

Suscríbete para seguir leyendo