¿De verdad piensan vender a Ansu Fati? (II parte)

Anoche me llamó un entrenador de Primera División, muy de Primera División, tanto en España como en Europa, ahora sin trabajo aunque ha rechazado un par de ofertas suculentas. Es buen amigo y siempre me ayuda a entender todo lo que no comprendo del juego, que es mucho. Demasiado.

Me llamó porque estuvo de incógnito en el Gamper. “Noche agradable, entrada no muy cara y campo donde no se ve mal el fútbol”, me dijo. Hablamos largo y tendido. Siempre le ha gustado (mucho) el Barça. Y también, sí, la propuesta de Xavi Hernández. “Pelearán por todo, Emilio”. Bravo.

Tres observaciones

Me hizo tres observaciones para que el Barça sea aún más bueno de lo que le pareció. Y le pareció muy bueno. “Una, Xavi parece haberse dado cuenta, y lo celebro, que no tiene mejor 5 que De Jong, que es extraordinario, un ‘costa a costa’ impresionante, puro fútbol. No debe buscar más. De Jong es Busquets”. Anotado.

“Dos, alguien debería decirle a Lewandowski que no es Leo Messi y, por tanto, que deje de hacer de Leo, que Leo solo hay uno y Lewandowski no está capacitado para bajar al centro a recoger el balón y crear fútbol. Que se quede permanentemente arriba, haciendo de 9, que es lo que es porque, con el extraordinario centro del campo que ha construído el Barça, le surtirán de balones de gol durante los 90 minutos”. Escrito está.

“Y, tres, deben seguir teniendo paciencia con Ansu Fati, porque, de todos los niños que tienen, es el bueno, bueno, y acabará siendo el que marque la diferencia en los partidos, como ya demostró antes de la lesión e irá hacia adelanta tanto en el regate como en el desmarque como en la finalización”. Cuando anoté la tercera y última observación, le dije rápidamente: lo quieren vender. Y escuché su grito, no de desesperación, sino de sorpresa, de incredulidad, ni siquiera de enfado, pues no es culé. “Es el mejor que tienen, incluso sin haber alcanzado aún su mejor nivel, pero está llegando. No lo pueden vender”.

Pues sí, amigo, sí, lo quieren vender, tal y como escribí en febrero pasado cuando Joan Laporta se negó a decir que no estaba en venta, que era el futbolista franquicia, que era la joya de La Masia…cosa, le dije a mi amigo, que tampoco ha dicho hoy (por ayer) Xavi Hernández, en su primera conferencia de prensa oficial de la temporada. Vale, sí, ha dicho que era “patrimonio del club, presente y futuro”, pero, acto seguido, ¡moooooc! ¡erroooooor!, no garantizó su continuidad “pues el mercado está abierto hasta el 31 de agosto”.

Y entonces recordé la frase del maestro culé Juan Cruz, aquella que dice que “al Barça siempre le falta el segundo párrafo de todo, es decir, la explicación completa de lo que dice, de lo que hace, de por qué lo hace y de cómo lo hace….para ser creíble”. Colgué y dejé a mi amigo con las mismas dudas que tengo yo. Alguien dijo que algo se rompió entre el Barça y la familia Fati cuando papá Bori apareció en la COPE, en marzo, y dijo que su hijo “quiere seguir en el Barça, pero yo, como padre, pienso otra cosa”.

Neymar, a las puertas

Todo debe seguir igual. O peor. Hay quien piensa que la tozudez del joven Ansu, negándose a salir por mejor oferta que llegue, incluso si proviene de un grande de los que juega la Champions, sería la mejor manera de frenar el aterrizaje de alguien como Neymar Jr., un fiestero como el presidente, que tanto gusta a la cúspide, tal vez porque será un negocio para Mountain&Co.I Asquisition Corporation, ya saben, Web3, NFT’s y Metavero, el próximo negocio del Barça, que, al parecer, ninguno otro club grande del mundo ha visto. Así de tontos son. Los otros.

Xavi, cuyo Manuel Estiarte ya ha empezado a trabajar para su jefe inundado los móviles de sus amigos periodistas (ya lo dijo Deco: “Es mejor tener amigos fuera, que dentro del club”) con la versión de que el ‘míster’ no quiere a ‘Ney’ ni a Joao Felix porque sigue suspirando por Bernardo Silva, vería con buenos ojos la salida de Fati si la millonada que dejase se destinara a fichar al virtuoso centrocampista del MCity.

Distintas versiones

Pero como a menudo, muy a menudo, existen hasta cuatro versiones (y preferencias) diferentes de lo que le interesa al Barça (una de Laporta, dos de Mateu Alemany, tres de Deco y cuatro de Xavi), el técnico de Terrassa, que aún no ha renovado, podría dejar hacer a los del palco, que son, en definitiva, los que le regatean la ficha a él, a sus familiares y ayudantes.

Me gustaría recordar que la misma comparación (alocada, desproporcionada) que acaba de hacerse entre los minutos de Lamine Yamal en Montjuïc con el prodigioso Messi del Gamper del 2005, se hizo, en septiembre del 2020, cuando Luis Enrique hizo debutar a Ansu Fati con España, sin haber cumplido los 18 años, y todo el mundo lo comparó al Raúl, de 19 años, que debutó con Javier Clemente con ‘la roja’.

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