EL EXILIO AZULGRANA

Última ventana para los abonos de Montjuïc: El Barça confía en que el socio responda al final

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FCB / JORDI OTIX

Marcos López

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Montjuïc está cerca del Camp Nou. Apenas cinco kilómetros. Está cerca, pero, al mismo tiempo, se ve lejano porque el Barça no ha logrado seducir a sus aficionados para que adquieran los abonos – el doble de baratos ahora que cuando se pusieron a la venta inicialmente – y suban a la montaña olímpica la próxima temporada. Según informó el presidente Joan Laporta en TV3, la primera ventana se saldó con la solicitud de asiento en el Estadi Olímpic Lluís Companys de 15.000 abonados.

Lejos, por lo tanto, de lo que había estimado en principio el club, que aspira a reunir a 27.385 abonados actuales del Camp Nou en el exilio de Montjuïc. Representaría en caso de alcanzar esa cifra el 55% del aforo del estadio, fijado en 49.472 localidades. Pero el Barça está esperanzado en que la última llamada al socio (el plazo expira el próximo 6 de julio) permita llenar el recinto olímpico.

Confía, eso sí, la directiva de Laporta en que esta tercera ventana para ir a Montjuïc abierta a que se inscriban todos los socios y socias después de que se hayan cerrado dos plazos: primero fue para los abonados y abonadas al Camp Nou y después para los que están en lista de espera. Es el último periodo para obtener lo que el club llama 'Pase Barça 1r Equipo 2023/24',

La idea del Barça es que las 22.087 localidades restantes se destinarán a la venta al público en general, además de compromisos del club, tanto con los patrocinadores como de carácter privado. Consciente, sin embargo, el club de que el no de Messi, que ha preferido recalar en el Inter Miami, ha alterado notablemente sus planes. Con Leo en la montaña olímpica, habría sido mucho más fácil la asistencia de abonados y público en general.

Sin cifras exactas

Pero Montjuïc, por muy cerca que esté cerca del Camp Nou, resulta demasiada lejano por la incomodidad que provocan sus accesos -está prohibido el coche particular, vetado totalmente su uso–, obligando a recurrir al transporte público, como recomienda el club, aunque no haya, por ejemplo, línea de metro directa hasta la puerta del estadio.

En todo este proceso, el Barça se ha resistido hasta este jueves a ofrecer cifras exactas. Ni cuando se abrió en exclusiva a los abonados del Camp Nou. Ni tampoco luego, aguardando a que la demanda vaya creciendo en los últimos días.

Le toca al equipo de Xavi instalarse como alquilado en Montjuïc, que es un estadio, además, que desprende un aroma inhóspito porque está pensado para los Juegos Olímpicos, allí se inauguró y clausuró Barcelona -92, siendo la sede de las pruebas de atletismo.

Ahí jugó de alquiler el Espanyol desde que vendió y dinamitó Sarrià en 1997. Hasta doce temporadas permaneció de inquilino el club blanquiazul en Montjuïc. No está pensado para partidos de fútbol. ¿La prueba definitiva? Hay 40.103 localidades de visibilidad total, sin problema alguno. Hay, por lo tanto, 9.369 con visibilidad reducida, lo que complica su venta, entre ellas alguna de visibilidad casi nula.

Mudanza de 18 meses

El Barça vivirá de alquiler bastante menos tiempo que el Espanyol. La idea de la directiva de Laporta es que la mudanza dure como máximo 18 meses, pero todo queda supeditado a la evolución de las obras. O sea, confía el club que en noviembre de 2024 pueda volver al nuevo Camp Nou, aunque sea con el 60% del aforo.

El problema para la entidad azulgrana es que cada día que pasa pierde dinero. O, mejor dicho, deja de ingresar. Las primeras cuentas indicaban que serían 93 millones de euros menos entrando en la paupérrima caja del club.

Y, ahora, con la débil respuesta del abonado todavía complica más el escenario económico. El mensaje de la directiva en torno al traslado a Montjuïc ha sido también errático, generando aún más distancia. Al principio, el club defendió unos abonos más caros incluso que los del Camp Nou, incrementando el precio entre un 30% y un 40%, lo que desató una corriente crítica de los socios que no entendían tal aumento.

El precio final queda definido en tribuna (870 euros), lateral (500), córner (450) y Gol (360), manteniéndose la operativa que funcionará la próxima temporada en el Estadi Olímpico: solicitud de pase por zona, sin asiento fijo, confirmación de asistencia seis días antes de cada partido, sin Seient Lliure, ni entradas, ni pasaportes infantiles o seniors.

Una vista del Estadio Olímpico de Barcelona.

Una vista del Estadio Olímpico de Barcelona. / Zowy Voeten

Con este plan, la junta de Laporta quería reducir los 93 millones que deja de ingresar hasta unos 55 tras corregir la primera hoja de ruta, que fue divulgada el pasado 25 de abril. Pero duró poco debido a la presión popular, asumiendo la directiva que había cometido un error de cálculo. Si ya cuesta subir a Montjuïc, con esos precios más aún. Al comprobar la escasa demanda (apenas 7.000 abonados manifestaron su deseo de ir al exilio), el Barça cambió bruscamente.

Rectificación de la junta

Giró totalmente hasta bajar el precio en un 50% siendo incluso más barato que en el viejo estadio azulgrana. Pero ni así se ha estimulado la petición de los socios, que ven con recelo esa difícil excursión a la montaña olímpica. Y solo un mes después (el pasado 25 de mayo), se anunciaba el obligado descenso en la cuota.

"Todos tenemos familia y amigos y quedó la sensación de que el precio era muy alto", admitió Elena Fort, la vicepresidenta azulgrana encargada de este asunto y del Espai Barça. "La medida se ha tomado independientemente del número de abonados inscritos para el Estadio Olímpico", añadió la dirigenta después intentando desvincular la decisión de la baja demanda. Tan baja que el culé no quiere subir a Montjuïc porque lo ve lejos.

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