FÚTBOL

El vídeo sobre el Barça y el franquismo: el Real Madrid se hace terraplanista

 Jugando a las ‘fake news’, el club blanco juega con fuego porque si quiere revisar la historia, compra muchos números para salir trasquilado

El Madrid contesta a Laporta: ‘¿Cuál fue el equipo del Régimen?’

Kubala y Di Stefano

Kubala y Di Stefano

Frederic Porta

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El vídeo lanzado por Real Madrid TV como réplica a las palabras de Joan Laporta resulta un ejercicio de ‘fake news’, un panegírico terraplanista realizado, además, con presuntos argumentos que no casan con el rigor histórico. Para empezar con las evidencias, el vídeo de la inauguración del Estadi en 1957 es un documento de propaganda franquista, pura y dura, con oratoria muy de la época, fondo de marchas militares y recordatorio constante de que, en aquellos tiempos y bajo dictadura, sólo se permitía el relato oficial, por muy arbitrario que resultara.

Sobre las medallas entregadas al Caudillo, eran obligación por ley y pobre de ti que no cumplieras con los requisitos impuestos. Y sobre las palabras de Bernabéu, amenazando con ciscarse en quien tildará al Madrid como equipo del régimen, pertenecen al mismo personaje que soltó el clásico “me gusta Catalunya a pesar de los catalanes”, entre otras lindezas. Un sempiterno presidente blanco que, por cierto, se alistó en el ejército franquista a los 42 años con la ilusión conseguida de ‘liberar’ a Catalunya del yugo marxista, del separatista y de cualquier idea que tuviera a ver con república y democracia. 

En el fútbol, por aquello de sentimientos y pasiones, existe un apriorismo absoluto: nadie ve un solo defecto al equipo de su devoción. Ni una sola arruga. Y así, el Madrid ha preferido hablar en las últimas décadas de ‘historia’ en abstracto, en genérico, sólo para ensalzar su relato, la hegemonía en campos españoles y continentales. Nada de entrar en detalles, nada de reconocer, solo faltaría, alguna mácula en su formidable recorrido.

El presidente no reconocido

Al fin y al cabo, es uno de los pilares donde se sustenta una cierta idea de España que, si no es mayoritaria en la península, poco le debe faltar. Por tanto, sólo habla del periodo republicano cuando le conviene, como en el citado vídeo, pero prefiere pasar de puntillas sobre el recuerdo de su presidente Antonio Ortega Gutiérrez, un coronel republicano que falleció a garrote vil en Alicante poco después de acabada la guerra civil. Ortega no figura en el museo del club, ni en la lista oficial de presidentes históricos. En efecto, su estadio y sede social quedaron devastados durante la contienda, pero no se citan las causas: el bombardeo franquista a la que fue sometida la capital española a lo largo de años de continuo asedio.

La historia del Madrid cambia con la llegada de Alfredo Di Stéfano, que todavía hoy no queda claro para aquellos que no quieren conocer la verdad. Di Stéfano fue fichado por el Barça como sustituto de Ladislao Kubala, aquejado de una tuberculosis que amenazaba con retirarle de la práctica activa. El mito húngaro se recuperó y Samitier, a la sazón secretario técnico, siguió adelante con la contratación del fenomenal argentino. Don Alfredo jugaba en el Millonarios de Bogotá, conjunto colombiano similar a los Globetrotters, cuya Liga no estaba reconocida por la FIFA al estar formada por mercenarios, en su mayoría argentinos, que habían abandonado sus campeonatos de origen tras huelgas en las que reclamaban aumentos de salario.

El Barça pactó un traspaso con River Plate y cometió el error de no compensar a Millonarios con cierta cantidad en dólares, brecha por donde se coló el Real Madrid. Como el caso ha generado algunos libros de investigación, resumamos para señalar que el régimen franquista tuvo una intervención decisiva para evitar que el Barça asentara la hegemonía conseguida con el gran equipo de las Cinco Copas. Y lo consiguió de manera inmediata.

Arbitrariedades y todo tipo de alcaldadas

Entrar ahora en el detalle del memorial de agravios precisaría de todas las páginas de este ejemplar, pero el Barcelona, cargado de razones y ejemplos, se ha sentido siempre dañado por arbitrariedades y todo tipo de alcaldadas. Desde el infame 11-1 de 1943 a la final de las botellas del 68 pasando por el caso Guruceta y otros colegiados de infausto recuerdo, todo han resultado hitos en un camino cargado de sospechas. ¿Pruebas? Imposible dar con ellas, seguro que nadie dejó nada por escrito, pero los árbitros sabían como barrer en un momento dado, en qué área señalar penalty, a quien expulsar y quien era aconsejable que ganara si querían gozar de una prometedora carrera.

La sombra de duda ha estado constante, incluso hoy, cuando los tiempos de dictadura han quedado sometidos al olvido del tiempo y en democracia existe el VAR, pero también las constantes campañas de presión mediática para imponer el dictado que conviene al poder. De manera sibilina, sin que se note el cuidado. Jugando a las ‘fake news’, el Real Madrid juega con fuego porque si quiere revisar la historia, compra muchos números para salir trasquilado. La realidad es tozuda y los hechos acostumbran a imponerse sobre las verdades a medias, los intereses y el ‘fake news’. 

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