Barça: debes el pan y te compras un Ferrari

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Yo flipo, de verdad. Pese a que es fútbol, si le pones un poco sensatez, sentido común y lógica, es para pensar que la estrategia de ‘pit i collons’, la patada a seguir, con la que Joan Laporta decidió afrontar su segundo mandato al frente del Barça, se juzga, en el seno de su directiva y parte de la afición, que no mueve un dedo, como estupenda, válida, genial.

Después de casi tres años de estar al frente del Barça, la junta directiva azulgrana, metida en 1.340 líos y enfrentada a medio mundo (eso sí, habiendo convencido a una buena parte de los socios que todos van contra ellos, que quieren desestabilizar el club y acabar siendo sus dueños), acaba de considerar un éxito, “la demostración de la enorme confianza que genera el Barça”, que dos bancos, Santander y Caixabank, hayan aceptado la ampliación de dos pólizas (la cifra asciende a 49,5 millones de euros) para poder hacer frente a gastos ordinarios, se supone que nóminas de empleados, luz, agua, gas, teléfono, taxis….

Mandan los bancos

Es evidente, digo yo, que cuando Laporta se refiere a todos los que quieren apropiarse del Barça y por eso acosan e intentan desestabilizar a la entidad culé no se referirá al Santander, Caixabank, Goldman&Sachs y/o J.P. Morgan, los bancos que tienen o tendrán agarrados del cuello (por no escribir otra cosa) a los directivos culés. No se me ocurre nadie que lo tenga más fácil que ellos para acabar siendo, quieran o no, que esa es otra, dueños del ‘més que un club’.

Sin saber de números ni economía, una cosa tengo clara: las personas, directivos, que los hay, aunque poco habladores, y profesionales de las cuentas del Barça, que defienden que el club esta “sobredimensionado” (esa es la palabra que utilizan, sí), están perdiendo la batalla. Otra cosa es que decidan contarlo. Otra cosa, más difícil (¿imposible?, vale, imposible) es que se vayan (como se fue Ferran Reverter), pero es evidente que el argumento, defendido por más de uno en la última junta, de que la prioridad más absoluta “es no tener déficit la próxima temporada y, por tanto, reducir gastos hasta neutralizar el desfase de 200 millones anuales que tiene el club”, ni siquiera produjo, me cuentan, un pestañeo por parte del presidente.

Joan Laporta, el día que ganó las elecciones a la presidencia del Barça.

Joan Laporta, el día que ganó las elecciones a la presidencia del Barça. / EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

Los que están en minoría y empiezan a ponerse las manos en la cabeza (insisto, la ampliación de esas dos pólizas para gastos domésticos les da la razón), creen que los futbolistas ganan demasiado, que lo que no es fútbol profesional significa más de 100 millones de euros, que la cantera debería generar ventas para pagarse sola y no ocurre, que un jugador de baloncesto no puede ganar 13 millones de euros y que no se pueden tener tantos empleados, aunque sus nóminas representen ‘solo’ el 4% del presupuesto global del club.

Jugar al Monopoly

La vida, el estilo de vida, de comportamiento, de actuación de Laporta y su ‘camarote’ choca con la realidad. Mientras siguen abusando de la bondad de Gavi, que continúa con el dorsal 30, ellos continúan construyendo castillos en el aire (apoyados por los medios, claro, que nos lo creemos todo) hablando del regreso de Leo Messi. Repito, pasados más de dos años, la sensación de que Laporta continúa jugando al Monopoly con el Barça cuando, insisto, los más sensatos allí dentro piensan que los números, el discurso, la teoría de Javier Tebas es la buena, es evidente y muy peligrosa.

A 30 de junio, el club anuncia unas pérdidas de 200 millones de euros tras activar palancas por valor de 800 millones. El punto 0, cuentan, no llegará “de ningún modo” antes de dos años y, por descontado, ese juego que defienden Laporta, Rafa Yuste, Mateu Alemany, Jordi Cruyff y Enric Masip de comprar Paseo de Gracia (400 euros), Paseo del Prado (400), La Castellana (350) y Balmes (350) en su Monopoly futbolístico pasa, según los más sensatos del club, porque se cumpla ¡no hay otra! la teoría de los vasos comunicantes: sale Ansu Fati, entra uno como Ansu Fati; sale De Jong, entra alguien como De Jong; sale Christensen, entra otro como Christensen….por eso los hay que lo de Messi de Yuste es ‘somiar truites’.

Debes el pan y la panadera te descubre en el semáforo con un Ferrari. Es de locos, en serio.

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