La celebración teutona

El relato de los hinchas alemanes: "Compré más de 15 entradas en la web del Barcelona"

Los aficionados del Eintracht explican sus triquiñuelas para adquirir las entradas con las que entraron en el estadio

Paul-Luca Bonke y su padre, aficionados del Eintracht de Frankfurt, en la plaza de la Sagrada Família de Barcelona

Paul-Luca Bonke y su padre, aficionados del Eintracht de Frankfurt, en la plaza de la Sagrada Família de Barcelona / FERRAN NADEU

Alba Casanovas Torre

Alba Casanovas Torre

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Conquistar el Camp Nou”, esa era la premisa de los 30.000 aficionados del Eintracht de Frankfurt que se desplazaron a Barcelona para ver el partido de la vuelta de los cuartos de final de la Europa League contra el Barça. Así lo afirman los diferentes grupos de alemanes que esta mañana del viernes vivían una dulce y victoriosa resaca por las terrazas y calles del centro de la ciudad, igual de apacible que el resultado que se llevaron del templo azulgrana.

Sin problemas para conseguir entradas

“Hace semanas que por los foros de internet estábamos planificando nuestra llegada a Barcelona. Con la camiseta blanca o la de rayas rojas. Con o sin entradas, pero además las conseguimos”, afirma Albi Fich, que ha venido con un grupo de nueve amigos, de los cuales solo cuatro entraron en el estadio.

“Vivimos el partido separados. Dos estábamos en el lateral del estadio y otros dos, en uno de los goles”, relata. Preguntado por cómo y dónde compró las entradas, Fich afirma que las adquirieron en la página oficial del club. El FC Barcelona afirma que "no sabe" cómo llegaron tantas entradas a miles de aficionados alemanes.

En este sentido, Christian Paghe también asegura que adquirió “más de 15 entradas en la web del FC Barcelona". “Pagué entre 90 y 150 euros por cada una, en diferentes zonas del estadio”, explica. Y detalla la logística: “Cada día entrábamos en la web e íbamos comprándolas, de una o en una o por tandas de dos o tres. No tuvimos ningún problema. Pagamos, que eso es lo que cuenta”, se defiende.

En otro país cambiando la VPN de internet

Aún más ingenioso fue la forma de conseguir las entradas por parte de Paul-Luca Bonke, que ha acudido a Barcelona con su padre. Paul-Luca logró sortear las limitaciones que impone la web del FC Barcelona a la hora de comprar entradas desde Alemania cambiando la VPN de internet para hacer ver que esta operación se hacía desde Estados Unidos.

El siguiente paso fue contactar con un amigo suyo que reside en ese país para poder hacer el pago de las entradas, 160 euros por cada una de ellas, con una tarjeta de crédito localizada en Estados Unidos, ya que las alemanas también tienen restricciones par poder efectuar la operación. Toda esta información la obtuvieron a través de foros de aficionados del club alemán un par de días antes de la celebración del partido.

En cambio, Marcus Linnen explica que compro tres a través del portal eBay. “Entiendo que eran de socios que no podían ir al estadio. Solo sé que me vendieron tres, separadas entre ellas, pero todas en la misma zona”, relata. Eso sí, como muchos otros, se niega a decir la cantidad que pagó por los tickets. “Ha valido la pena, hemos ganado al todopoderoso Barça”, grita mientras levanta una jarra de cerveza en las ramblas de Barcelona con dos familias. “Eintracht, cervezas y Europa Legue. En ese orden”, gritan él y sus otros dos amigos.

Mientras ellos brindan, los operarios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona siguen limpiando el centro de Barcelona. Reconocen que los aficionados del Eintracht “han dejado el centro y los aledaños del estadio muy sucios, sobre todo de botellas de cristal y latas”.

Otras webs también vendían entradas

Los aficionados alemanes han aprovechado la jornada posterior al partido para visitar los lugares emblemáticos de Barcelona. En las puertas del Park Güell, y luciendo la camiseta blanca del club alemán que tanto amargó ayer a los azulgrana y a su afición, Cristophor cuenta que compró dos entradas, para él y su pareja, por la web P1travel por las que pagó 200 euros por cada uno. “Las adquirí legalmente. La web dice que es 'partner' del FC Barcelona”, asegura mientras enseña las entradas en su 'smartphone'.

Más alemanes que barceloneses también en los bares

Antes del partido, centenares de aficionados del equipo alemán invadieron la calle Urgell, cortaron el tráfico entre Gran Vía y Diagonal, y fueron en procesión hasta el estadio. Uno de los que vivió el partido desde un bar de travesera de Les Corts fue Armond Frank y sus cinco amigos. “Hemos venido exclusivamente para el partido. Nos quedaremos más días porque tenemos vacaciones, pero teníamos claro que el club tenía un partido histórico y no podíamos faltar”, explica.

Además, dice: “En ese bar éramos más alemanes que catalanes. Reconozco que me sorprendí y más cuando después del partido vi las imágenes de nuestra afición en el estadio. Lo conseguimos”, manifiesta.

Una invasión sin incidentes remarcables

En las horas previas del partido ya se vislumbraba que la del jueves iba a ser una jornada muy diferente a las que la ciudad está acostumbrada a vivir cuando se celebran competiciones europeas. Y ya no solo por el resultado final de la eliminatoria de la Europa League, para desgracia por la afición culé, sino por la destacada presencia de seguidores del Eintracht de Frankfurt que se habían concentrado desde primera hora de la tarde en las calles del entorno del Camp Nou.

Previamente, los seguidores del equipo teutón habían colapsado el centro de la ciudad de camino hacia el estadio, dejando a su paso un reguero de latas de cerveza y suciedad diversa. Plaza Catalunya, centro neurálgico de gran parte de los aficionados alemanes, quedó totalmente desbordada en un ambiente festivo de cánticos, alcohol y orines que llegó a condicionar el tráfico afectando al servicio de buses de TMB.

El tronco central de la Diagonal llegó a quedar completamente cortado por la avalancha de los miles de aficionados del Eintracht, la mayoría de los cuales no tenían entrada para ver el partido. Según la Guardia Urbana, la columna de aficionados que invadió la Diagonal estaba formada por 12.000 personas, mientras que otra paralela que llegaba por Sants desde plaza Espanya había logrado reunir a 10.000 aficionados alemanes.

Los Mossos d'Esquadra estuvieron haciendo un seguimiento cercano del movimiento de los aficionados del Eintracht y reseñando la ausencia de altercados destacables, más allá de algún toma y daca entre la afición alemana y la azulgrana, choques que no fueron a más por el dispositivo policial dispuesto para controlar el evento, y el lanzamiento de algunos objetos al autobús que transportaba a los jugadores del FC Barcelona al Camp Nou en el que agentes de la policía catalana se vieron forzados a lanzar algún porrazo para hacerles desistir y abrir paso al bus.

Lo que nadie podía haber imaginado es que esa superioridad numérica demostrada en las calles, se trasladara luego dentro del estadio culé, tanto con el balón rodando sobre el césped como en las gradas, haciendo que el Camp Nou fuera alemán, para vergüenza de Laporta. Y a fe que lo consiguieron, más de 30.000 aficionados alemanes llevaron la voz cantante y el color en el Camp Nou en una noche para el recuerdo para los seguidores del Eintracht.

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