El Barcelona tumba en la prórroga a un Madrid en crisis y casi asegura el 'factor pista' en Liga

11 victorias en 14 Clásicos desde que Sarunas Jasikevicius regresó al Palau. El técnico lituano le tiene comida la moral a Pablo Laso, al que se le acumulan los problemas. Además de haber apartado a Heurtel y Thompkins, ya suma 14 derrotas en los últimos 21 partidos disputados. La última en un Palau que celebró no solo el cuarto Clásico seguido sino casi el primer puesto en la fase regular de la Liga: a falta de siete jornadas, el Barça tiene ya tres victorias de renta, además del 'básquet average'. Eso sí, los azulgranas sudaron más de lo que se preveía, sin el descalificado Mirotic y en la prórroga. Hayes, tras fallar el triple que habría decidido el choque en el tiempo reglamentario, decantó la balanza con nueve puntos en el tiempo extra (108-97).

Heurtel, que este domingo cumplía 33 años, no ha podido celebrarlos en su antigua casa. El base francés, apartado hace un año de la disciplina barcelonista, ha colmado la paciencia también en Madrid. La juerga que el exazulgrana se corrió con Thompkins y Yabusele en Grecia les ha supuesto la cruz definitiva a los dos primeros. El último sí que jugó, siendo tras el capón el más inspirado en su equipo, pero no pudo evitar el cuarto clásico seguido con color azulgrana.

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Jasikevicius no quiso forzar con Brandon Davies y el Madrid aprovechó su ausencia para cargar de inicio una y otra vez sus balones en la torre Tavares. Pero a la que la defensa azulgrana cerró esa vía de agua el Barça abrió rápidamente brecha. Laso tuvo que pedir el primer tiempo muerto con 20-8. Subiendo la intensidad física y afinando el tiro logró evitar que el duelo se rompiera antes de tiempo e incluso logró ponerse por delante (33-34).

Allí es donde los 'Nicos' empezaron su 'show': Laprovittola y Mirotic asumieron la responsabilidad en ataque, sumando 12 puntos entre ambos, en pleno intercambio de golpes. Un triple del base argentino (20 puntos) sobre la bocina situaba el 51-46 al descanso. Además de los 'Nicos', Smits (18) era el 'culé' más inspirado en el tiro.

Jasikevicius, siempre exigente, lamentaba en el entreacto que la actitud de sus hombre no era la idónea. Sus jugadores hicieron caso a su arenga y, subiendo varios grados la temperatura defensiva, en un abrir y cerrar de ojos si dispararon. El afán competitivo del entrenador lituano puso la pasada temporada fin a la travesía del desierto azulgrana, ganando Liga y Copa, además de meterse en la final de la Euroliga. Tras revalidar el cetro copero y antes de intentar ganar los dos títulos que quedan, Saras quería dar otro golpe psicológico a un rival que anda 'grogui'.

Abalde y Mirotic, descalificados

Pero, como había aventurado el entrenador barcelonista, un Clásico siempre es un partido distinto. Y el Madrid no iba a rendirse tan fácilmente: Hanga, que había frenado algo a Laprovittola en ataque, logró un triple que daba la primera ventaja blanca en toda la segunda mitad (76-78). La tensión subía, como demostraba una tangana de Mirotic y Abalde, que acabó con ambos descalificados. Con la estrella azulgrana fuera, el público del Palau rugió más que nunca.

Una pérdida de Hanga dio al Barça con 88-89 una posesión para ganar. Nigel Hayes falló el triple pero los árbitros pitaron una falta de Poirier a Sanli en el rebote. El pívot turco falló el primero pero metió el segundo llevando el pulso a la prórroga, después de que el aro escupiera el triple de Llull.

Hayes se redimió del triple fallado encadenando cinco puntos al principio del tiempo extra. Pasado el susto el Barça mandó de principio a fin en un acto final que Hayes dejó casi sentenciado con otro triple que daba una renta de ocho puntos a falta de un minuto (105-97).

"El partido ha sido totalmente diferente de lo esperado. Mucho sufrimiento, en defensa no hemos jugado bien para nada. Pero en el Clásico lo que cuenta es ganar por un puntito. La gente está contenta y nosotros deberíamos estarlo", resumió Jasikevicius antes de celebrarlo con una grada entregada.