ACTUALIDAD AZULGRANA

Laporta convive con las dudas

El presidente azulgrana debe decidir si cortar el contrato de Koeman y en tal caso buscarle un sustituto. Es una elección difícil a la vista del mercado. Xavi Hernández, aterrizado este lunes en Barcelona para pasar unas vacaciones, no figura por ahora entre sus preferencias

Xavi, con su hijo en brazos, este lunes a su llegada al aeropuerto de El Prat.

Xavi, con su hijo en brazos, este lunes a su llegada al aeropuerto de El Prat. / Valentí Enrich

Albert Guasch

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Procedente de Qatar, Xavi Hernández aterrizó ayer en Barcelona con su familia para gozar de unas seguro que merecidas vacaciones, pero tuvo el recibimiento propio de un nuevo y rutilante fichaje. Le esperaban en la terminal del aeropuerto el enjambre característico de estas situaciones: cámaras y micrófonos envolviendo sus pasos y arrojando atropelladas preguntas sobre un retorno al club de su vida. Como entrenador, claro. "No sé nada del Barça", musitó con uno de sus dos hijos en brazos. 

Xavi no sabe nada porque no figura ahora mismo entre las preferencias de Joan Laporta para reemplazar a Ronald Koeman, tambaleante pero no en la lona aún. Desde el club azulgrana no se descarta su continuidad y que cumpla el año que le queda de contrato, pese a que en las últimas semanas el valor de sus acciones se ha desplomado como en un crac bursátil.

A Koeman no le ha abandonado el gesto contrariado desde hace un mes, agudizado con cada tropiezo, y sus defensores se han ido reduciendo, hasta quedar bajo mínimos tras la derrota culminante ante el Celta. Laporta, que al estar en Suecia con el Barça femenino triunfal se ahorró ver en directo la última debacle del primer equipo, nunca se comprometió con su continuidad, ni en los momentos felices. Esperar y ver ha sido su actitud.

Respeto sin ratificación

Y lo que ve no le convence, es evidente. Lo que le llega de los métodos de trabajo del neerlandés y su forma de preparar los partidos no le tranquilizan tampoco. Aun así, mantiene un diálogo fluido con él. No fue la comida radiada y televisada en el Via Veneto el único encuentro o conversación entre ambos en las últimas fechas. Pero todo el respeto que el presidente ha tratado de transmitirle con las competiciones vivas no ha implicado un apoyo explícito. A Koeman se le ha notado visiblemente contrariado por ello.

Koeman, en el partido ante el Celta.

Koeman, en el partido ante el Celta. / JORDI COTRINA

Ha dudado y aún duda mucho Laporta, consciente como nadie de las limitaciones económicas para afrontar su despido, un elemento a tener en cuenta. Y duda sobre su eventual sustituto para iniciar un proyecto lleno de clavos afilados, con una revolución deseada pero difícil de llevar a cabo en la plantilla. No solo el banquillo es un problema.

Fuentes del club descartan enfáticamente que Xavi Hernández vaya a recibir una llamada de parte de Laporta para asumir las riendas del Barça. No es su candidato, se subraya. Su vinculación electoral con una candidatura derrotada, la de Víctor Font, no es un factor menor para el mandatario. Pero el mercado de entrenadores no ofrece un reemplazo claro y asequible, así que no conviene descartar nada en la siempre cambiante actualidad azulgrana. En la directiva hay miembros que le quieren y pueden presionar. Y la predisposición de Xavi es total. Tampoco aparece en la quiniela Francisco Javier García Pimienta, el técnico del Barça B impulsado por algunos sectores del barcelonismo. 

Laporta, en la inaguración del Barça Café en el Camp Nou.

Laporta, en la inaguración del Barça Café en el Camp Nou. / Afp / LLuís Gené

Sin referente

A Laporta le gustaba Julian Nagelsmann, el nuevo entrenador del Bayern de Múnich, en el Leipzig hasta ahora. Desaparecida esta vía, el cambio que querría el mandatario, el proyecto propio, está aún en las penumbras. Sin dinero, pendiente de reducir la masa salarial y un supercrédito, con decisiones difíciles a tomar respecto a las vacas sagradas, el verano se antoja sumamente complicado.

Laporta convive con la duda, un estado que le incomoda, siempre tan resolutivo. Sin un referente como Cruyff al que acudir, el dirigente debe empezar a marcar las líneas de su mandato con la pared maestra del club, el primer equipo, debilitada y necesitada de refuerzos difíciles de encontrar.