Koeman y otro frenazo del coche fúnebre

La vida de Neil Young cambió de repente cuando Stephen Stills vio su coche fúnebre con matrícula de Ontario en el Sunset Strip de Los Angeles. Quién sabe cómo habría sido la carrera profesional del padre de 'Rockin' in the Free World' si Stills no hubiera hecho un cambio de sentido ilegal para aparcar detrás de su Pontiac mortuorio. Como cuenta Barney Hoskyns en el tronchante y apabullante ensayo 'Hotel California' "se acababa de producir una de las mayores serendipias de las historia del rock", que marcó el despegue musical del cantautor canadiense. El miércoles de ceniza, el día del entierro de la sardina, Ronald Koeman parecía conducir otro coche mortuorio tras haber vivido la noche anterior otra pesadilla europea. Con la remontada casi imposible en Champions, con una muy compleja en Copa y en Liga a nueve puntos de un Atlético que tenía aún un partido pendiente todo parecía perdido. El doble pinchazo del hasta ahora Infalible pánzer colchonero ante el Levante (empate el miércoles y derrota el sábado) había vivificado un poco el fúnebre ánimo culé. Pero el Cádiz, precisamente el equipo contra el que el Barça había tocado fondo, volvió a enterrar la sardina de la esperanza culé en otro encuentro que los azulgranas no lograron cerrar.

"En los dos partidos contra el Cádiz nos dejamos escapar cinco puntos. Eso no puede ser", ha sentenciado Koeman. "Estoy muy, muy decepcionado. Puede ser que más que el martes. Dejamos escapar una vez más dos puntos que no podíamos dejar escapar. Por eso estamos decepcionados".

Si el Levante había levantado cinco puntos al Atleti en una semana, el Cádiz ha hecho lo mismo con los azulgranas. Tras sacar los colores a la zaga azulgrana en el Carranza, exprimió un error de Lenglet para quitarle la victoria a un equipo que va cada partido con la gasolina justa. Tan cierto es que en el 2021 había ganado 11 de sus 14 partidos, como que en solo dos había podido tener un final tranquilo (en las goleadas ligueras ante Granada y Alavés) y que las tres derrotas le habían costado un título (Supercopa) y casi dos más (Copa y Champions).

Este domingo una veintena de disparos para lograr apenas un tanto, y de penalti de Messi. El conjunto gaditano era, junto al Murcia y el Xerez, el único que se había librado en Liga del instinto depredador de Leo. Con un penalti rasito, para que el viento no le amargara, sumó su 38ª víctima liguera. Una nueva muesca más en la culata para este coleccionista de récords, que se convirtió en el jugador que más partidos de Liga ha disputado en el Barça, 506, superando a Xavi. Ahora está a tan solo ocho encuentros de los 767 del excapitán barcelonista en todas las competiciones.

Tras siete victorias seguidas en Liga, pidiendo en casi todas la hora, el Barça pagó la falta de contundencia a la hora de cerrar el marcador. "Todo lo que sea ayudar a mi hermano Nacho, siempre bienvenido", ha exclamado sonriente Álex Fernández, autor del gol gaditano y hermano del central madridista.

"Duele muchísimo tras la derrota del Atlético, que nos daba una oportunidad. Un penalti en el 90, perder dos puntos es difícil de asimilar", ha lamentado Piqué tras un nuevo bajonazo. "Lo de hoy no lo esperábamos. Cada partido que no ganas tus opciones se reducen un poquito. Es un golpe duro pero toca levantarse. Los tres objetivos están vivos pero están complicados. En Liga, si no recuperamos sensaciones ya pueden ir perdiendo los otros que nosotros no vamos a llegar".

Otro frenazo del coche fúnebre que, con la Champions casi imposible, encara ahora una pendiente de tres partidos en 10 días (Elche el miércoles y doble duelo de Liga y Copa con el Sevilla) que puede marcar definitivamente la temporada.