2 AÑOS, 7 MESES, 2 DÍAS...

Messi-Cristiano, ¿la última cita?

11 Balones de Oro se reunirán este martes en el Camp Nou. No se enfrentaban desde mayo del 2018 cuando Barça y Madrid libraban un clásico de Liga. Desde entonces, Messi y Cristiano Ronaldo no han vuelto a coincidir sobre un terreno de juego.

FILE PHOTO  Soccer Football - La Liga Santander - FC Barcelona v Real Madrid - Camp Nou  Barcelona  Spain - May 6  2018   Real Madrid s Cristiano Ronaldo with Barcelona s Lionel Messi before the match    REUTERS Albert Gea File Photo

FILE PHOTO Soccer Football - La Liga Santander - FC Barcelona v Real Madrid - Camp Nou Barcelona Spain - May 6 2018 Real Madrid s Cristiano Ronaldo with Barcelona s Lionel Messi before the match REUTERS Albert Gea File Photo / ALBERT GEA

Marcos López

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Dos años, siete meses y dos días. Entonces, en un clásico Barça-Madrid; ahora, en uno de los grandes partidos europeos: Barça-Juventus. Pero once Balones de Oro se reencuentran este martes en un silencioso Camp Nou, quizá metáfora de que los maravillosos momentos ya figuran más en la memoria del disco duro del aficionado que en el presente, más atraído por la furia de Mbappé o el gol de Haaland sin olvidar al eléctrico Neymar. Porque el futuro cada vez es más corto para el melancólico Leo Messi (33 años), dueño de seis pelotas doradas, aún portando la misma zamarra azulgrana y el insaciable Cristiano Ronaldo (35), que cambió el inmaculado blanco por las rayas bianconeras de la Juve.

Dos años, siete meses y dos días. Demasiado tiempo sin verse cara a cara han estado estos dos colosos del fútbol que han sostenido el juego y, por supuesto, la industria del fútbol en estos tres últimos lustros. ¿La última cita? Quizá. Tal vez, el último de Messi, que será dueño de su destino a partir del 1 de enero, con el Barça. Quien sabe. Igual ni Leo lo sabe. Más frágil que nunca. Más vulnerable que nunca desde que el pasado verano pulsó el botón de envío a un burofax con el que quería cerrar una hermosa historia que arrancó siendo un niño.

Bartomeu ni miró ese documento que certificaba tan traumática separación. Tampoco hizo caso, si es que este le dijo algo, a Carles Tusquets, ahora presidente de la Comisión Gestora del Barça, entonces de la Comisión Económica, quien veía en la salida de Messi un verdadero negocio para el Barça, como si el fútbol se midiera solo en los libros de cuentas.

Messi, muy a su pesar, desengañado con Bartomeu, harto de él y de sus promesa incumplidas, sabía a lo que se exponía al quedarse, incapaz, como dijo, de enfrentarse en la justicia al club que te acunó.

Koeman y Messi se saludan / EFE

Koeman y Messi se saludan / Agencia Efe

Pero cuando dices que te quieres ir, ya te has ido. Leo se marchó ya. Por mucho que le han hecho quedarse al argentino, alargando la agonía de una relación que está extinguida. A no ser, claro, que algún precandidato (sea Joan Laporta o Víctor Font) encuentre alguna llama perdida en el interior de Leo para avivar un fuego que se apagó de manera inexorable en los tres últimos años, coincidiendo con la salida primero de Neymar (2017) y luego de Suárez (2020), amigos y cómplices.

La soledad del ‘10’

Se quedó Messi solo. Solo en el centro del escenario, convirtiendo así cada partido suyo en algo más que un examen. Es un debate deportivo, económico y casi sociológico sobre una estrella que se resiste a languidecer, acostumbrada a transformar lo extraordinario en pura rutina. «Todavía Leo es muy importante en nuestro juego de ataque. Muchas jugadas vienen de los pies de Leo», sostuvo Koeman, a quien le ha tocado la pesada carga de gestionar, tal vez, el año final de Messi en el Camp Nou.

 Juega Messi contra Messi. No ahora que se quiso marchar. Siempre ha sido así. Pero juega, además, contra la grandeza de lo que ha dado, capaz de ocultar desastre tras desastre en la planificación deportiva. Tuvo Leo dos entrenadores en sus primeros ocho años (Rijkaard y Guardiola). Ahora han desfilado seis en los últimos ocho años: Tito, Tata, Luis Enrique, Valverde, Setién y Koeman. El club, entretanto, vivió cómodamente camuflado bajo la zamarra del ’10’. Al igual que sus compañeros. Si él se queda a oscuras, los demás, no saben ni donde está el interruptor. 

Goles que no volverán

 Al Madrid sin Cristiano le ha pasado lo mismo. A Cristiano, también. Se marchó enfadado con Florentino, que no le quiso dar lo que pedía. Desde su salida, el club blanco no triunfa en Europa; el portugués, tampoco. Gana scudettos con la ‘Vecchia Signora’, marca goles como siempre (siendo un anciano tampoco dejará de hacerlo), pero es poco, demasiado poco, para alguien tan legítimamente ambicioso como él. No se fue a Italia a ganar solo Ligas. Se fue al calcio para demostrar que las Champions del Madrid llevaban su firma. Y no pertenecen en exclusiva a Zidane. Él ya tomó la decisión que tanto le había costado tomar a Messi hasta este mismo verano. Abandonó Cristiano el Bernabéu dejando 100 millones en la caja de Florentino y 50 goles menos. Goles que jamás se recuperaron, por mucho que Zidane gane una Liga.

El duelo 36

Ni tampoco se atisba a nadie capaz de producir en el futuro esos gigantescos registros. Cristiano ya se fue a Turín y no encontró aún lo que buscaba. Leo, si quiere, se irá gratis dentro de seis meses dejando tal sensación de orfandad en el Barça, que se deberá reconstruir futbolística y anímicamente. Dos años, siete meses y dos días han transcurrido ya desde ese mayo del 2018. Aquel 2-2 en el clásico del Camp Nou (marcó Cristiano el 1-1 sobre la línea de gol aprovechando una asistencia de Benzema y adelantó Messi al Barça en una jugada messiánica en el 2-1) fue la última postal de un duelo que se vivirá esta noche. Será ya el 36. Hubo tres atractivos Barça-Manchester United previos (la Champions de Roma-2009 incluída) antes de entrar en 30 inolvidables Barça-Madrid completado por dos Argentina-Portugal.

«Ha sido un placer verlos, han sido los mejores jugadores del mundo en estos 15 últimos años. Es fantástico que hayan mantenido ese nivel. Ellos nos han dado mucho goles, grandes jugadas, grandes partidos. No es cuestión de decir quién es el mejor. Vamos a disfrutarlos», recordó Koeman ayer huyendo de posicionarse en una discusión que ha dominado el fútbol mundial. No ha necesitado el técnico del Barça defender a su estrella de quien recuerda a diario que es «el mejor del mundo» porque hoy se asistirá a un encuentro que va más allá de la pugna por el primer puesto entre Barça y Juventus. Se vivirá esta noche un duelo cargado de nostalgia. Por lo que eran,son y siguen siendo.

Messi y Cristiano. Lo que antes se veía a menudo, ahora transformado en un acontecimiento prácticamente único. 947 días después.