RENDIMIENTO IMPACTANTE

Ansu Fati, un delantero que se viste de francotirador

Ansu Fati celebra su gol al Ferencvaros.

Ansu Fati celebra su gol al Ferencvaros. / periodico

Marcos López

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Engaña con esa cara de niño. No es lo que parece. Ni mucho menos. Oculto bajo ese rostro angelical se esconde un francotirador que no tiene piedad. Preciso como pocos, lleva cinco goles esta temporada en tan solo ocho remates a puerta, con un asombroso porcentaje de acierto del 62%. Una verdadera locura.

Ha recorrido tres de las cuatro posiciones de ataque. Solo le falta ejercer de media punta

Tiene Ansu Fati un disfraz que, a veces, le hace como invisible sobre el campo. Incluso para tipos tan expertos como dos centrales que han sido campeones del mundo: Sergio Ramos y Varane. Ninguno de ellos lo detectó la pasada semana en el clásico en que Ansu Fati se estrenaba como nueve, la tercera posición en la que le ha colocado Koeman en este nuevo Barça.

Empezó de extremo zurdo. O falso extremo. Porque nace su juego en la banda, pero acaba siempre dentro del área (solo un gol de los 13 que lleva en su vertiginosa carrera lo ha marcado a larga distancia, el de su estreno goleador ante el Inter), consciente de que ahí es donde hace daño de verdad.

"Un punta, punta..."

Ha jugado, aunque de manera circunstancial en la derecha. Ahí lo colocó Koeman en los 24 minutos finales ante la Juve, en los que le dio tiempo a provocar un penalti y ser tan generoso con Braithwaite, que le dio un balón que él debía haber finalizado, provocando el enfado de su entrenador por no elegir la mejor opción. Pero toda su corta carrera deportiva ha sido un nueve.

"Un punta, punta...", como le recuerdan en La Masia, capaz de fabricarse el gol por sí mismo. O de entender el juego como hizo con inteligencia en el clásico. Cuando Messi oteó el horizonte y descubrió a su amigo Jordi Alba galopando por la banda izquierda, Ansu estaba cerca de Varane y no demasiado alejado de Ramos. En ese instante se giró tan rápido que le ganó el espacio al francés, que se desesperó al ver correr en solitario al lateral azulgrana. Y se olvidó de que Ansu estaba a su espalda.

Velocidad y simplicidad

¿Sergio Ramos? Reaccionó el capitán blanco. Pero tan tarde, que fue incapaz de descifrar, pese a su enorme experiencia (tiene 34 años, el doble de los que tenía Ansu), lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Un niño se había puesto en marcha con tal celeridad (cuando vio el pase de Messi a Alba ya inició la carrera) que llegó antes que nadie, además de protegerse con astucia en la carrera, colocando su cuerpo por delante del central madridista, para liquidar su acción con un toque dulcemente talentoso.

En 5 segundos, el joven despistó a Varane y superó a Ramos

Parecía fácil el gol. Pero no lo era. A máxima velocidad, Ansu pensó y ejecutó la acción tecnica con perfeccion. Escogió abrir la superficie de su bota derecha para golpear el balón, esquivando la peligrosa cercanía del inmenso Courtois -lo tenía apenas a un metro- con un disparo preciso al poste izquierdo.

Alejó la pelota del meta belga, derrotado como Varane, Ramos y Mendy, el lateral que venía del otro lado para cerrarlo, pero no le dio tiempo, por la velocidad y simplicidad del juvenil azulgrana.

Un toque, un gol en su primer clásico como titular y en su primer clásico como nueve. Así es Ansu, un delantero que nunca está. Pero siempre llega. Cuando preguntan por él, ya ha desaparecido de la escena del crimen futbolístico. Se esfumó del área. En cinco segundos, despistó a Varane, huyó de Ramos, fue una utopía para Mendy, Courtois quedó batido y Ansu, entretanto, empezaba a besarse el escudo culé.

Diestro y cabeceador

Marca más goles con la derecha, diestro como es, pero tiene un juego aéreo más que interesante. Su primer tanto azulgrana fue en El Sadar con un preciso cabezazo, tal si fuera un antiguo delantero centro. Nada sorprende en La Masia donde ya le habían visto muchos goles suspendido en el aire. "Claro que sorprende la facilidad con la que hace todo", admite Luis Enrique, el seleccionador español. Ese es el verdadero tesoro de Ansu.

Juega simple. Y fácil. Con una eficacia descomunal porque enfoca siempre bien, sin importarle de donde arranca posicionalmente. Tan solo le falta jugar de media punta, el único territorio inexplorado por Ansu en el Barça de Koeman. Allí donde juegue deja su huella. Tampoco necesita disparar demasiado.

Lleva 11 remates en los 399 minutos que ha jugado esta temporada. Ocho de ellos han tenido buena dirección. Iban a puerta. Y cinco han terminado en gol. Y el 53% de esos 13 tantos firmados como profesional los hizo al primer toque. Obra de un francotirador con cara de niño, que cuando invade el área se transforma.