triste recuerdo

El Barça encajó 8 goles por última vez hace 74 años

Los jugadores de Samitier perdieron por 8-0 ante el Sevilla en la entonces denominada Copa del Generalísimo

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Frederic Porta

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Hay que remontarse la friolera de 74 años para rememorar la última ocasión en que el Barça recibió ocho goles. Fue en la ida de los octavos de final de la entonces Copa del Generalísimo, disputada el 21 de abril de 1946 en el campo de Nervión. Un rotundo 8-0 certificó la distancia abismal de ánimos entre sevillistas y azulgrana. En el último partido de Liga, celebrado tres semanas antes, el Sevilla consiguió alzarse con el único campeonato de su historia tras empatar a un gol en Les Corts ante el Barça. Quien ganase el encuentro, se llevaba el premio liguero y por la ventaja de ser anfitrión, los pupilos de Pepe Samitier partían como claros favoritos. Pero no fueron capaces de vencer y los andaluces se llevaron contra pronóstico el premio gordo, decepción que dejó marcados a los azulgrana de cara a la inminente disputa del torneo copero, que, en aquel entonces, se disputaba una vez finiquitada la Liga.

Por consiguiente, los sevillistas se hallaban en la gloria y a tope de moral, mientras los barcelonistas aún le daban vueltas a la inesperada pérdida del título. Claramente, el estado de ánimo también marcaba el rendimiento deportivo en aquellos tiempos de posguerra.  El choque tuvo un inesperado protagonista, el medio local José Palacios Herrera, conocido futbolísticamente por su segundo apellido, autor de cinco de los ocho goles de su Sevilla. Dos tantos de Araújo y uno de Campos completaron la pletórica tarde de los pupilos del gallego Ramón Encinas, uno de los entrenadores de leyenda en la historia del sevillismo.

Las figuras azulgranas

¿Y el Barça? Desde que encajara el primer gol pasada la media hora de juego, se hundió con estrépito, sin presentar ningún tipo de resistencia ante la avalancha local. Samitier, obligado por algunas ausencias, no pudo alinear al equipo titular, aunque ello no sirviera como atenuante a la paliza, recibida con estupor desde Barcelona. Junto al portero titular Velasco, se alinearon figuras como el líder César, el extremo Bravo, el gran organizador de juego Josep Escolà o el baluarte defensivo Curta, por no hablar de los hermanos Gonzalvo. Simplemente, podríamos resumir casi 75 años después, una mala tarde la tiene cualquiera y en aquella jornada de autohomenaje sevillista, el Barcelona se limitó a ser un convidado de piedra que aún se lamía las heridas provocadas por la inesperada pérdida de la Liga.