LA CRISIS AZULGRANA
La cúpula azulgrana, bajo sospecha
Albert Guasch
Periodista
Tiempo de reflexión y recogimiento en las oficinas del Camp Nou. Cuando el ruidoso entorno azulgrana más pendiente está de los movimientos de la directiva de Josep Maria Bartomeu, oficialmente no hay programada una reunión en la sala de juntas para evaluar la situación tras el decepcionante desenlace de la temporada. Ni ordinaria ni extraordinaria. Quizá habrá que esperar a mediados de junio. Aparente quietud. Solo aparente, porque los encuentros y los intercambios de ideas se producen en ámbitos más privados. Los nombres de los responsables deportivos, tanto el técnico Ernesto Valverde como el director deportivo Pep Segura, aparecen inevitablemente en las conversaciones. Ambos están bajo sospecha.
Si desde la entidad no se busca la renuncia del actual entrenador con filtraciones seleccionadas, lo parece
El entorno escrutina a la directiva y esta a su vez debate sobre la cúpula deportiva. Nadie cuenta con decisiones tomadas y ejecutadas a corto plazo. No hay solución sencilla. Ni siquiera quedarse quieto lo es. Hay la necesidad de dejar pasar un tiempo. Alejarse de los movimientos que pueden parecer realizados en caliente. Pero al mismo tiempo actúa por detrás: ayer se filtró que el club dudaba de la continuidad de Valverde (Mundo Deportivo). Hoy, que ya ha contactado con Robert Martinez, actual seleccionador de Bélgica, y que ya habría dado su ok en caso de que Valverde decida que no se siente con fuerzas de seguir (Rac1).
La disensión de algunos directivos
Bartomeu ha empeñado su palabra con diferentes fórmulas a que Valverde continuará como entrenador la próxima temporada. Es alguien, según ha comentado, con quien siempre ha trabajado con comodidad. Por si no fuera suficiente, cuenta el técnico con el explícito apoyo de Leo Messi, verbalizado el viernes pasado antes de la Copa.
No obstante, algunos directivos, según se ha filtrado, no sienten el mismo apego por Valverde y no es de extrañar que deseen que sea el propio preparador el que arroje la toalla. Maneras de empujar para forzar este descontento las tienen. Divulgar los contactos con Martínez es una de ellas. Veremos si surgen efecto. En su contra juega la ausencia de alternativas claras y solventes en el mercado. ¿Martínez lo es? ¿Y qué se le exigiría al nuevo inquilino? ¿Liga y Champions? Fríamente, no es fácil mejorar los resultados de Valverde. "Ahora parece que ganar una liga es una temporada perdida", ha apuntado hoy Jordi Alba.
Deshacer un proyecto
Si se busca otro patrón de juego, hay que mirar con lupa también a la dirección deportiva de Pep Segura, Eric Abidal y Ramon Planes. Bartomeu, al despedir a Robert Fernández, cambió la estructura. O sea, cambiar a Segura, que tiene aún más detractores que Valverde, implicaría deshacer un proyecto demasiado rápido.
No hay director o secretario técnico con fichajes fallidos. El problema es que el nuevo equipo acumula incorporaciones tan incomprensibles como Boateng y Murillo, además de Malcom, unos 40 millones usados de forma testimonial. No ha habido error mayor que Coutinho, contratado con Robert aún en el club, pero conviene aceptar que el suyo es un caso flagrante de inadaptación. El grueso de la plantilla se irá ahora de vacaciones; otros acudirán a la llamada de la Copa América. Es posible que a su regreso se encuentren un panorama nuevo. Nadie lo sabe a ciencia cierta a estas alturas.
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