APLAUSO PLANETARIO AL GENIO

Messi universal

La estrella asombra con su infinita capacidad para reinventarse, que coloca al Barça a solo tres partidos de alcanzar el tercer triplete en la última década

Messi celebra su soberbio gol de falta al Liverpool, el 3-0 del Barça.

Messi celebra su soberbio gol de falta al Liverpool, el 3-0 del Barça. / periodico

Marcos López

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Dentro de todos los Messi que habitan en Leo el Liverpool tuvo la desgracia de toparse con uno absolutamente desconocido. Incluso para el mismo Messi. Y el fútbol tuvo la fortuna de encontrarse, una noche más, con un genio. Disfrutó de la creación artística de un genio universal que lleva años transformando los límites del juego hasta hacerlos prácticamente suyos. Dentro de los miles de partidos que suele jugar Messi en 90 minutos se asistió a un encuentro único, al que cuesta hallar una definición terrenal.

Toneladas de fantasía creativa resumidas en una falta maravillosamente ejecutada, que generó un impacto global al punto de que hasta en Estados Unidos, un país que no adora el soccer, se preguntan ya abiertamente si es el mejor jugador de todos los tiempos. La respuesta, según la CNN, es clara. Sí, por supuesto. "Messi es un futbolista plutoniano", declaró Joaquín Caparrós, el técnico del Sevilla, alucinado como todos por la magnitud de la obra edificada por el genio. Obra inalcanzable para el resto de los humanos.

"No sé si podremos hacer un mejor partido que este. En momentos así, Messi es imparable" (Jürgen Klopp)

"No sé si podremos hacer un mejor partido que este", afirmó Jürgen Klopp, claudicando de forma implícita ante el inagotable talento desplegado en tan poco tiempo. No hay rencor alguno. Ni siquiera dolor. Es pura resignación. "En momentos así es imparable. No me ha sorprendido nada de lo que hizo. Soy un gran admirador de él", admitió el técnico alemán. Si acaso existe alivio. “Me alegro no tener que enfrentarme a él cada temporada”, confesó Virgil van Dijk, uno de los mejores centrales del mundo, víctima de la tormenta ‘messiánica’ que sacude el Camp Nou desde hace casi tres lustros.

De Frank a Ernesto

En ese largo y placentero viaje, desde el tacto y la calma que proporcionaba Rijkaard al prudente y eficaz Valverde, el Barça ha disfrutado de una inusualmente prolongada estancia en el paraíso. Y quien siempre le abre la puerta es Leo. En la evolución del 10 se entiende, al mismo tiempo, el giro futbolístico de un equipo que se sostiene sobre una idea traída por Cruyff en la que nadie creía. Sin pioneros como Johan nada existiría.

Contracultural resultó el Barça de Guardiola y lo es el de Valverde, optimizando al máximo los recursos

Idea escrita luego en la libreta de Van Gaal, inyectada de energía por Rijkaard (incorporó la presión que aprendió con el Milan), sublimada hasta la perfección por Guardiola (nunca más se verá un Barça así), evolucionada por Luis Enrique (el tridente Messi-Suárez-Neymar ya modificó el centro de gravedad del juego trasladándolo del centro del campo al ataque) y maximizada ahora por Valverde, un técnico extremadamente inteligente para detectar sus recursos y cómo obtener el máximo rendimiento, coincidiendo, además, con la edad adulta de algunas piezas básicas. Todas (Leo, PiquéSuárezBusquets, Rakitic, Jordi Alba) están ya por encima de los 30 años.

Contracultural resultó el Barça de Guardiola, que gobernó de manera dictatorial el fútbol a través del balón, dando una nueva dimensión a la semilla plantada por el Barça de Rijkaard en el inicio del círculo virtuoso sostenidos por la contagiosa sonrisa de Ronaldinho para animar a un club depresivo y perdedor. En aquellos años (del 2008 al 2012), Pep ideó una nueva manera de entender el juego sustentada en el pase y, al mismo tiempo, en la presión.

No sabía vivir sin la pelota. Sufría tanto en su ausencia que era un asunto de vida o muerte recuperarla lo antes posible. Hizo del 4-3-3 un dogma. Un sistema de juego perseguido casi fanáticamente al punto de que creó una escuela. Alemania, con el Bayern de Guardiola, e Inglaterra, con el Manchester City, son los últimos ejemplos de esa corriente ideológica que tiene ahora en el atrevido Ajax de De Jong y De Ligt su rostro más joven y descarado.

Un '10' distinto

Ese revolucionario Barça dejó paso luego a un equipo mucho más convencional con Luis Enrique, capaz de alcanzar por otro camino idéntica ruta del triplete. También Messi ya era un jugador distinto después de abandonar la posición de ‘falso nueve’ que le inventó Guardiola en el 2-6 del Bernabéu (este miércoles pasado hizo justamente una década) y regresar a la banda derecha para hacerle hueco a su amigo y vecino Luis Suárez.

Era un equipo (del 2015 al 2018) sin tanta pausa. El balón le importaba, pero no mucho. ¿Control? No, demasiado. Pero era terriblemente demoledor con aquel irrepetible tridente. Neymar aún se arrepiente de ser tan impaciente y volar a París abandonando al genio creyendo que la vida le iría mejor. Pues, no.

Con Leo todo es más fácil, incluso hasta desandar el camino trazado para llegar por otra ruta distinta al mismo lugar. Está a tres partidos del tercer triplete (2009 con Pep, 2015 con Luis Enrique y quizá 2018 con Valverde), algo que jamás ha conseguido ningún club.

Sin renegar de la idea madre

También el Barça del ‘Txingurri’ es contracultural, sobre todo con la historia reciente de este club. No reniega en ningún momento de la idea madre. Eso nunca porque la mayoría de sus jugadores están educados con ese lenguaje. Pero ya nada es igual que antes. Y los primeros en saberlo son los propios futbolistas. ¿Valverde? El que más, claro.

El talento no envejece nunca. Las piernas, sí. Asumidos esos límites que no existían años atrás, desprovisto de los guardianes del tesoro (Xavi anunció este pasado miércoles que acaba su carrera en Catar antes de sentarse en el banquillo e Iniesta disfruta de la nueva vida japonesa), le tocaba a Messi reinventarse.

"Lo difícil es que cuando atacamos él esta esperando en algún sitio, en la esquina o en cualquier lugar. Es el mejor del mundo" (Van Dijk)" 

Ya lo ha hecho en el campo miles de veces. Y siempre con éxito, intuitivo como es para encontrar al mejor socio. Donde antes estaba Alves en la banda derecha ahora habita Jordi Alba en el flanco izquierdo. Todo cambia a su alrededor, huérfano como quedó, además, de la red de seguridad que tejía con Xavi e Iniesta. Mutó entonces en un futbolista poliédrico, imposible de detectar para los defensas. Saben dónde está. Saben lo que va a hacer. Y también saben que acabará haciéndolo.

"Messi es un futbolista plutoniano" (Caparrós, técnico del Sevilla)

En su primera cita, Van Dijk, que acaba de ser elegido mejor jugador de la Premier, descubrió y padeció el 'caos Leo'. "Lo difícil es que cuando atacamos él está esperando en algún sitio, en la esquina o en cualquier lugar. Sabíamos cómo podía ser, sabíamos que podíamos sumar más gente en esa banda. Pero cuando pierdes balones intentan buscarle y nos genera problemas. Es el mejor del mundo", dijo el holandés.

Está disfrutando de su capitanía, marcando la línea al equipo y regañando incluso al público

Que es el mejor, es más que sabido, como demuestra a diario. Además, es un tipo con palabra. Gana partidos en el campo, marca el discurso del club desde el primer día de su estrenada capitanía, abruma al Liverpool, asombra al mundo con un gol de extraterrestre, regaña a la afición del Camp Nou (primero con gestos; luego, con palabras) por pitar a Coutinho y anima a Casillas.

Se siente más jefe que nunca. Siempre lo fue. Pero ahora al mirar hacia atrás ya no tiene a sus viejos amigos. Solo quedan Busquets y Piqué, los últimos supervivientes del viaje por el paraíso de la mano de Leo.