LOS PROTAGONISTAS

Cuatro minutos de Messi

El astro decide el partido con dos disparos que hunden de nuevo al United, como en Roma y en Londres

Messi celebra su segundo gol al United.

Messi celebra su segundo gol al United. / periodico

Joan Domènech

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Con la izquierda y con la derecha. Al palo derecho y al palo izquierdo. Cuatro minutos de Messi valen un tesoro. Y una eliminatoria. El valor de Messi. La osadía de Messi al jugarse la pierna ante la rabia de Young por perder la pelota que supuso el 1-0. Sin acordarse del atropello de Smalling en la ida, o acaso orillando aquel dolor que le dejó conmocionado, el 10 arriesgó la vida. Llegó antes al balón. Como siempre.

Indemne el tobillo, procedió a destrozar al United. Empezando por David de Gea, cultivando, sin pretenderlo, la fama de tragabolas del meta, que luego salvó con la cara un remate a bocajarro de Sergi Roberto en una jugada antológica de Messi.

Acabó el partido y el United seguía viendo a Messi. Como si fuera un holograna. Intentando cogerle, pararle. Sin conseguirlo. Otra vez. Como en Roma. Como en Londres. En Barcelona.

Rashford: lo que pudo haber sido

El partido fue un perfecto resumen de la trayectoria de Marcus Rashford. Lo que pudo haber sido, aunque tiene 21 años y toda la carrera por delante de enmienda. A los 35 segundos tuvo el 0-1 en un mano a mano con Ter Stegen pero el punterazo lamió el larguero y salió fuera. Participó en el seguiente contrataque, que acabó fallido. Disparó con la pistola de agua en el campo de tiro de Messi. Le cayó otro balón en carrera hacia Ter Stegen para intentar el 2-1 y no tocó la pelota.

Bajo los focos, Rashord se ofuscó. Solsjkaer le sustituyó por Lukaku, quizá para atajar la depresión de la gran perla del United, el último emblema de su cantera,

Valverde solo pasa un mal rato

Un mal rato, breve. Qué menos tratándose de la Champions. El peaje mínimo para acceder a las semifinales de la Champions. Echó mano el entrenador de la alineación más fiable, una de las más repetidas en las noches europeas, y nadie le defraudó. Hasta Coutinho se sacó la melancolía de encima con un trallazo. Pudo hacer incluso cambios testimoniales y simbólicos, sin verse arrastrado por el transcurso del encuentro: jugó Semedo, sacrificado ante Sergi Roberto, salió Arturo Vidal como siempre y Dembélé siguió caminando hacia su futura titularidad.

Valverde aún no quiere oír hablar del triplete. El Barça solo dio un paso más. Pero a ojos de Europa restituyó su prestigio ante la caída de los grandes nombres, como el Madrid y la Juventus, arrasada pro el insolente Ajax.

La cábala de Solsjkaer no se cumple

Confiaba solo en la magia Solskjaer después del 0-1 de Old Trafford. En la cábala que pregonó recordando que él lucía el 20 y se cumplían 20 años de su mejor noche futbolística en el Camp Nou. Lo más parecido a la gloria imaginada fue el 2-0 del marcador hasta que lo quebró Coutinho.

El plan no salió. Fue tan breve y débil como la ensoñación del técnico del United. Apenas duró los minutos iniciales hasta que Messi le devolvió a la realidad. Vio entonces Solsjkaer que el United se quedó atrás. Es el entrenador elegido para el futuro y tendrá que hacer muchos cambios para adaptarse a los nuevos tiempos y devolver al equipo al lugar que conoció como jugador. Él fue un delantero de recambio. Sustituyó a los tres delanteros titulares (Lingard, Rashford y Martial) por los tres suplentes, más expertos (Dalor, Lukaku y Alexis), epro el mal ya estaba hecho.