Una manita al Glasgow acerca al Barça a cuartos de la Champions

Hay estadios en los que la Champions se siente como en casa. En los que historia, fútbol y deseo se unen para deleitar a los espectadores. El Mini va camino de ser uno de ellos. Las gradas empiezan a llenarse cada vez que las de Fran Sánchez echan a rodar le balón. Y ellas no decepcionan. Tras la goleada en competición doméstica, el Barcelona volvió a gustarse y derrotó al Glasgow City con un contundente 5 – 0.

La exigente y deseada Copa de Europa sacó a relucir lo mejor de las azulgrana, que hace tiempo dejaron atrás sus complejos de inferioridad para asumir el papel de favoritas en los cruces decisivos de la Liga de Campeones. A las de Fran Sánchez, pletóricas, no les importó que su estrella Lieke Martens se cayera de la convocatoria por unas molestias en el pie izquierdo. De hecho, les bastó con un primer periodo supremo para aniquilar al once veces campeón de Escocia.

La ventaja de Kheria

A los diez minutos Kheria Hamraoui, que ya sabe lo que es ganar la Champions (lo hizo con el Olympic de Lyon), estrenó el marcador por todo lo alto. Recogió un rechace de la defensa, recortó a su adversaria con calma y envió el esférico a la escuadra con una rosca imparable para la guardameta Alexander. Su tanto abrió la veda. Porque a partir de entonces el partido solo tuvo un color, el azulgrana.

Las escocesas quedaron hipnotizadas por el toque de las catalanas y no volvieron a acercarse a la meta de Sandra Paños, una espectadora más del recital de sus compañeras. Kheira Hamraoui, Patri Guijarro y Leila Ouahabi fueron la banda sonora de un equipo sintonizado y con gusto por el balón al que el batacazo en Kazajistán ha sentado mejor que a nadie. Tienen la lección aprendida. Y un pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Porque al tanto de la francesa le siguieron los de Andrea Bonmatí y Patri Guijarro. La catalana, que había fallado un mano a mano con la portera, anotó el segundo tras un buen centro de Andressa Alves desde la izquierda. Era el minuto 37 pero el Barcelona no detuvo su asedio. De hecho, tres minutos después, Guijarro sentenciaría el encuentro aprovechando un tercer rechace después de una buena jugada colectiva.

Un vendaval imparable

Tras el tiempo de asueto todo siguió igual. Con el Barça dominando, Hamraoui gustándose y las escocesas replegadas esperando no recibir más tantos; algo que ante el vendaval de juego azulgrana resultó imposible. El Glasgow se defendía con valentía y dos líneas cinco muy juntas pero las azulgrana siempre encontraban una grieta por donde acercarse a la meta rival. Con jugadas trenzadas o con disparos lejanos.

De hecho, los dos tantos de la segunda mitad llegaron gracias a lanzamientos lejanos. Primero fue Andressa Alves, que encontró premio a su insistencia con un disparo desde la izquierda que sorprendió a la portera escocesa, fría como su equipo. A Alexander se le escurrió el balón entre las manos y dejó la eliminatoria vista para sentencia.

Aunque al Barcelona, consciente de la importancia de sellar el pase a cuartos en el Mini Estadi, todavía le quedaban ocasiones. Y goles. Andanova, que entró por Bonmatí en la segunda parte, disparó al travesaño nada más pisar el terreno de juego y acabó anotando el quinto con un disparo desde el balcón del área.

Con esta manita las azulgrana retoman las buenas sensaciones en Europa y se acercan a su objetivo, pues ya se sabe que este año en ‘Can Barça’ la Champions es más que un título. Y que los culés no entienden de género cuando se habla de fútbol.