Un Barcelona sin chispa se deja dos puntos ante el Getafe (0-0)

Sin ideas y sin físico el Barça cedió el segundo empate de la Liga en el Camp Nou. El Getafe sacó provecho del cansancio y de la falta de tensión del líder en el último partido del maratón en el que se ha visto inmerso al disputar 12 partidos en 39 días. Valverde temía la cita ante un conjunto que sabe buscar las cosquillas al rival y una hora y media después confirmó que sus recelos estaban fundados.

Sin ideas, sin físico y sin tiempo, el once de Valverde cayó víctima del típico tropiezo de cada temporada. Malgastó la primera mitad, limitándose a despachar juego con la esperanza que apareciera el gol por arte de magia –de Messi, naturalmente- y luego, cuando le invadieron las prisas, se encontró con que era el Getafe el que tiraba minutos a las cloacas con reiteradas tretas para que no se jugara nada ante la anuencia de Fernández Borbalán, que no amonestó a Guaita hasta el tiempo añadido.

Remates tardíos

El Barça sucumbió al infrafútbol de Bordalás, aunque la principal responsabilidad fue suya en la cesión de los dos puntos. Solo remató en la segunda mitad: dos tiros de Coutinho tras la reanudación, dos más de Messi a un cuarto de hora para el final, dos intentos del debutante Mina y un cabezazo al límite de Suárez encontraron siempre las manos de Guatia, que se recreó parando balones y parando el tiempo.

El Barça mejoró en la segunda mitad a medida que Valverde metió talento con la entrada de Iniesta y Dembélé –el francés acabó exasperando al público- y la postrera de Paulinho en busca de una solución como la de Getafe. Pero el brasileño no llegó esta vez a posiciones de remate en los diez minutos mal contados que jugó.

Cambios contraproducentes

Los cambios introducidos por Valverde en la alineación, seguramente necesarios para refrescar al equipo tras el intenso calendario, lastraron la fluidez de su juego. El efecto fue el contrario del pretendido con los suplentes que entraron, más allá de que el equipo jugó sin tensión: la agotó el jueves.

El Getafe también puso mucho de su parte. Presionó a los centrocampistas locales muy arriba en el inicio, desabasteciendo a los delanteros del Barça; cedió plena libertad a Mina, el único al que dejaron solo, para que subiera el balón y mantuvo siempre el orden posicional, con cada soldado en su puesto. Además, apostó por el contacto y la parsimonia para excitar los ánimos del Barça.

Hubo demasiados retoques correctores de Valverde que alteraron los automatismos, más allá de que los suplentes no están engrasados. Mina debutaba, Digne jugaba por segunda vez en su vida como central, Coutinho todavía es un aprendiz y Alcácer, elegido para la banda derecha, ni es interior ni es extremo.

Pésimo primer tiempo

La elección de Alcácer, juntándolo con Messi y Suárez, invitó a Valverde a recuperar por un día en 4-3-3. Como no funcionó en el primer tiempo sin una colada por la banda, sin ningún movimiento de ruptura, sin un triste pase en profundidad, Valverde le centró más para que hubiera más presencia en el área.

La fase inicial terminó con un forzadísimo y tibio intento de Mina, sin que alcanzara categoría de remate, y dos disparos de Suárez invalidados por fuera de juego antes del tercero, mal dirigido.

La segunda mitad mejoró la cara del Barça, confiado en que su progresión habitual surtiría efecto. Aumentó el juego un poco desde la nada, y llegó con frecuencia al área, aunque no por su habilidad para crear jugadas.

Muy poca imaginación en las filas azulgranas, toda concentrada en Messi, hasta que apareció Iniesta para mejorar la aportación de Coutinho. Dembéle entró por Alcácer pero ese relevo no se tradujo en nada resolutivo.  Como un Barça fundido y un Getafe se mostraban incapaces de levantar el 0-0. Fernández Borbalán quiso acabar pronto.

Así se lo hemos contado en directo.