El 'ejemplo Sergi Roberto'

La paciencia tiene un premio. Y el trabajo, también. Pudo irse del Barça en cualquiera de los últimos veranos. Tuvo, por supuesto, la tentación de hacer las maletas y darse por derrotado, incapaz de asentarse en el Camp Nou, un estadio que adora a sus niños, aunque les exige desde el minuto cero como si fueran estrellas mundiales. Pero Sergi Roberto resistió. Había llegado muy deprisa (Guardiola lo hizo debutar en una semifinal de la Champions en el Bernabéu con apenas 19 años como mensaje de que había más luz en la cantera), pero pareció que llegó a estancarse. No es fácil para nadie. Y menos para la gente de casa.  Si no que se lo pregunten a Xavi, ya apartado de la elite en sus días catarís, o al propio Iniesta, ahora capitán del Barça de las cinco Copas. Con Tito estaba, pero no estaba. Con Martino, además, casi siempre se quedó en la puerta. Creía mucho Tata en él. Tanto que un día dijo en público el técnico argentino lo que ya le había comentado en privado. "Sergi Roberto está jugando haciendo lo correcto. Le he dicho que salga del libreto y deje de hacer lo correcto". Esa fue la exigencia de Martino. Y también la ganó el chico de Reus. "Podría jugar de central perfectamente. Ya lo ha hecho de falso nueve. Menos de portero, podría jugar de todo. Con su inteligencia lo puede hacer", ha dicho Luis Enrique, entregado a la polivalencia de Sergi Roberto.

Tuvo que llegar, precisamente el técnico asturiano, con quien se consolidó en el filial, para que ese "libreto" saltara por los aires, transformando a un interior atrevido, elegante en sus largas conducciones con el balón, siempre con la cabeza arriba, mirando el paisaje del partido, en un camaleónico jugador, capaz de brillar como lateral derecho –nadie echó de menos a Alves mientras Aleix no podía jugar–, convertido, al mismo tiempo, en un pulcro mediocentro. Tan solvente que hasta Sergio Busquets, el dueño, junto a Iniesta, del software del Barça, pudiera descansar. Pero no solo galopó por la banda sino que se instaló en cualquiera de los dos interiores, su puesto natural, para asumir funciones que muchos otros serían incapaces. Como diría Luis Enrique, se sostuvo Sergi Roberto en tantas posiciones (hasta siete demarcaciones ha recorrido en los 25 partidos que ha disputado), en su excelente interpretación del juego. Cuando se presentó en agosto pasado de lateral derecho en el Camp Nou, Luis Enrique lo llenó de elogios. "Si un socio ve por vez primera hoy a Sergi Roberto, diría: ‘este tío es lateral de toda la vida’".

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"Es un jugador muy inteligente. Nos da mucho criterio, pocos toques, capacidad para orientar el juego en las dos bandas y superar líneas", había dicho Luis Enrique del Sergi Roberto que se disfrazó de Busquets durante dos partidos. "En el futuro podría ser una posición ideal para él, será un jugador vital en los próximos años", ha sostenido el técnico que ha permitido descubrir esa camaleónica capacidad de un jugador que ha sorprendido incluso en el vestuario. "Al final, cualquier entrenador quiere tener a alguien como Sergi, que aporta muchísimas cosas en diferentes posiciones", comentó Mascherano tras verle de lateral izquierdo ante el Athletic en la Liga. "Para estar siempre preparado debes tener la cabeza muy dura, muy fuerte. Nosotros, los jugadores, siempre echamos la culpa al entrenador; Sergi, no. Su mentalidad es brindarse y estar preparado siempre. Nos sirve de ejemplo a todos. Es un chico joven, con gran proyección en este club", afirmó el 'Jefecito'.

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Inteligente, paciente y tan pulcro en su juego que nadie se asombraría si un día ejerce de nueve o de central. El tiempo le dio la razón al despedido Zubi, quien hace tres años pronunció una frase que ahora, con el paso del tiempo, adquiere un aire profético. "Se va Thiago, nuestra apuesta es Sergi Roberto". Se fue Thiago al Bayern con Guardiola y Sergi se quedó en Barcelona. Ejemplo para sus compañeros y ejemplo para los jóvenes que quieren quemar etapas con tanta prisa que consideran el Mini una estación de paso (un año ahí lo ven como una tortura). Sergi Roberto estuvo cuatro años en el Barça B. Esperó entonces, esperó ahora. Y llegó. "No es tan sorprendente que pueda jugar en tantas posiciones. Lo difícil es hacerlo bien. Y él lo hace", afirma Luis Enrique, feliz con el chico que se sabe de memoria el libreto del Barça. No descarten verlo un día hasta de central. "Vería el fútbol de cara, tiene capacidad para adaptarse....", aseguró el técnico azulgrana.