LA 22ª LIGA AZULGRANA

Messi, sencillamente Messi

La estrella azulgrana ha marcado 46 goles en los 27 partidos de Liga que ha disputado y está a cuatro de su récord

Leo Messi, durante el partido contra el Athletic en el Camp Nou

Leo Messi, durante el partido contra el Athletic en el Camp Nou / periodico

DAVID TORRAS / Barcelona

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Ha llegado al final con las piernas castigadas, pendiente de esalesión en el bíceps femoral que lo dejó fuera de lasemifinal de la Champions contra elBayern. EstuvoLeo Messi en Múnich, pero realmente no jugó. Estuvo los 90 minutos sobre el césped del Allianz Arena, es cierto, pero no eraMessi. Y en Barcelona, ni siquiera pisó elCamp Nou.

En Europa, no ha sido elMessi que él deseaba para quitarse la "espinita" que tenía clavada desde hace un año, cuando falló el penalti ante elChelsea que frustró la presencia delBarçaen la final de Múnich. Ahora, tras la caída ante el equipo inglés y frente al conjunto alemán,Messitiene dos espinitas europeas que sacarse. E intentará hacerlo lo antes posible.

En laLiga, en cambio,Messi ha sidoMessi. De inicio a fin. Como elBarça. Batiendo registros que ni siquiera se soñaban --lleva ya21 jornadas consecutivas marcando--, derrotándose a sí mismo (o cerca está) porque ha firmado46 tantos. Está a solo cuatro del récord que el propio delantero argentino estableció la pasada temporada: 50. No hay lugar a la discusión. Es el mejor goleador que se ha visto nunca en la historia de la Liga. Hace seis meses que no deja de marcar. Sus46 goles en 27 de los 31 partidos de la Liga que ha disputado revelan una monstruosidad. Solo en cuatro se ha quedado seco. Algo jamás tampoco visto antes.

Messi, simplementeMessi. El mejor.Cuatro Balones de Oro consecutivos (2009, 2010, 2011, 2012), el único que ha conseguido tal hazaña, avalan su reinado. Con él, el Barcelona ha ganadocuatro de las cinco últimas Ligas. Con él, se ha llevadodos Champions en este periodo y se ha quedado otras tres veces a las puertas (ante el Inter, el Chelsea y el Bayern). Aún no ha cumplido 26 años. Y, tal vez, ha llegado el momento de que no se sienta tan solo en el ataque. Pero con él en el campo, cualquier reconstrucción se antoja más sencilla.