En bandeja

1 Gran victoria, pero mal partido

ANDRÉS JIMÉNEZ

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 Si ayer hubo un protagonista este fue Obradovic, sin duda. El experimentado técnico del Panathinaikos ejerció de entrenador a la vieja usanza y ofreció un recital de todo tipo de estrategias para que el ataque del Barça se estrellara. Cambios de defensa, dejar tirar de manera descarada a Sada, Ricky e incluso Grimau, dos contra uno a Navarro. Está claro que los griegos llevaron el encuentro a su terreno mientras que Xavi Pascual, contagiado también por las sorpresas del serbio, no acertó a encontrar un quinteto ideal.

2 Salieron a relucir muchos defectos

Ganar es un mérito de por sí. No obstante, el partido de ayer tiene una lectura muy importante. Es la primera vez este año que un equipo saca a relucir de forma tan clara los posibles defectos del Barça. Si logras que Navarro no esté acertado el equipo no encuentra su ritmo en el ataque. Y cuando los azulgranas no logran hacer un contrataque en condiciones en 40 minutos son otro equipo. Y si Ricky no encuentra la manera de ser peligroso cuando está en pista, la cosa se complica.

3 Diamantidis hizo de Michael Jordan

Que el escolta griego es bueno ya se sabía. Eso sí, que pareciera un NBA es algo que no debería haber pasado. Lo que está claro es que, visto lo visto, el partido de mañana cobra más importancia aún si cabe. La clave es pensar que no hay dos, sino un solo partido que aún no ha acabado. El efecto Palau se quedó en conato. El público, al igual que los jugadores, se contagió del ritmo ralentizado que impusieron los griegos cuando les pareció. Y eso, mañana, no debería volver a ocurrir.