UNA TEMPORADA DECEPCIONANTE
Las claves del retroceso del Barça de básquet: fuera de la Final Four
Barcelona-Olympiacos (59-63): el Barça se desfonda al final y no llega a la Final Four
Joan Domènech
Periodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
La mala deriva del fútbol se ha extendido al baloncesto. El declive deportivo del Barça se consuma con la desaparición de sus dos secciones principales de las últimas instancias europeas. El equipo de Xavi Hernández sucumbió en los cuartos de final frente al PSG y el de Roger Grimau se ha despedido a la misma altura, en puertas de la Final Four. En ambas competiciones estará el Real Madrid para elevar el umbral del dolor culé.
Dos entrenadores culés
La delicada situación económica del Barça ha condicionado fundamentalmente todos los proyectos deportivos de la entidad excepto en el fútbol femenino; entre otras razones, por ser una sección autosuficiente y en clave ganadora. Campeón de la Supercopa y de la Liga, el próximo sábado juega la final de Copa y en el siguiente la de la Champions.
Xavi fue la segunda apuesta de Laporta -la primera consistió en mantener a Ronald Koeman- en base a su trayectoria como jugador del Barça. Se fichó a una leyenda futbolística con la construcción imaginaria que sería tan positiva como la experiencia con Pep Guardiola. Xavi fue campeón de Liga en la pasada campaña. Semanas más tarde, despidió Laporta a Sarunas Jasikevicius para colocar en el banquillo a Roger Grimau por su pasado glorioso.
Son dos culés muy culés Xavi y Grimau, presumen en el club, convertida esa filiación sentimental en un sólido mérito para acceder al cargo de mayor responsabilidad. Superior incluso a la experiencia que, se supone, se exige para un banquillo de la exigencia del Barça. Esa condición de culés, sin embargo, les concede una vida extra.
Proyectos menores
Una vida extra por dos razones: la falta de dinero impide abordar la contratación de entrenadores top y porque los dirigentes sabían que las rebajas aplicadas afectarían a las prestaciones de los equipos. También las del basket, pese a que la sección de Josep Cubells emprendió operaciones insólitas.
Raro es el mundo del basket, donde predominan los contratos cortos, que en épocas de carestía se pagaran traspasos por Joel Parra y Darío Brizuela (un millón costó cada uno). Además, se contrató a Willy Hernangómez, un exNBA, cuya ficha, sin embargo, sería sensiblemente menor que la de Nikola Mirotic, negociándose incuso que viniera su hermano Juancho.
El pivot madrileño no ha respondido a las expectativas. El rendimiento no ha sido el propio de una incorporación tan simbólica. La actitud que mostró desde un principio, incluido un enfrentamiento con Grimau, le puso bajo sospecha y no ha marcado las diferencias de un jugador franquicia.
Apareció por el Palau otro exNBA, más discretamente, sin bombos ni platillos: Jabari Parker. El ala-pivot estadounidense pasó incluso una prueba por los antecedentes de lesiones que habían frenado su carrera. La fiabilidad que ha exhibido y que convenció a la sección a renovarle el contrato, estalló en el último partido: 4 puntos en 13 tiros (0 de 7 en triples y ningún tiro libre).
Pívots desgastados
Jan Vesely anotó 6 y Hernangómez sumó 9. Oscar Da Silva y el alero Nikola Kalinic no se movieron del cero (siete tiros del serbio, uno del alemán). Enfocados a una serie de dureza física y esfuerzo para contener el juego interior heleno, muy superior al exterior pese a que anotaron más triples que el Barça, la aportación anotadora que se esperaba de las torres azulgranas descendió a partir del menor acierto en los tiros. Parker fue eliminado por cinco personales, Da Silva, Kalinic y Vesely sumaron cuatro. En las filas griegas, solo Petrusev rozó el peligro de la exclusión. El 59-63 explica el tipo de partido que se jugó. Fue el que quería Olympiacos.
“Pusimos mucha presión sobre sus bases para dificultarles los pick and roll a 45 grados, en el que son muy efectivos con el tiro a cinco metros de Vesely y Hernangómez. Era nuestro plan de juego”, reconoció Georgios Bartzokas, incidiendo en el mayor desgaste acumulado por los azulgranas en “la ACB, que es una Liga muy exigente”. El Olympiacos pudo descansar y preparar mejor el partido; el Barça tuvo que remontar 20 puntos al Gran Canaria para ganar en la prórroga.
La gestión de los recursos
Bartzokas presumió de la rotación de sus hombres más altos. Utilizó a 11 de los 12 jugadores de la plantilla en dos de los partidos del Palau y en el primero recurrió a los 12 del acta. Grimau, en cambio, solo se ha fiado de un grupo de diez en tres partidos, salvo en la paliza del cuarto partido cuando acudió al fondo del banquillo para que se comieran el marrón Brizuela y Nnaji, pívot olvidado en el rincón.
Brizuela, uno de los fichajes de la temporada, jugó solo los últimos tres minutos antes del descanso del tercer partido y casi 20 minutos en el cuarto. Cero en los demás encuentros. Cero en la última noche del Palau pese a ser un especialista en los triples. Grimau no pensó en él para reparar uno de los mayores defectos resaltados por el técnico: “Hemos tirado muchos triples y no hemos estado acertados”.
El otro fichaje del verano, Joel Parra, ha sido espectador de excepción. Ni siquiera ha entrado entre los 12 elegidos en la serie. Tampoco Oriol Paulí.
Bases que anotan poco
Pocos puntos de los pívots, los habituales de los aleros (17 de Laprovittola, 13 de Abrines) y menos de los bases: dos de Satoransky y Jokubaitis, seis de Ricky Rubio. Otro exNBA en la plantilla, que procede de un proceso de inactividad y, por tanto, una línea sujeta a altibajos. Brilló Rubio con cuatro robos de balones en la primera mitad y una excelente disposición defensiva, pero con poco tino en la dirección. Igual que Satoransky.
Sin los cerebros aportando claridad, el equipo se movio a borbotones en la pista, incapaz de dar la talla en todos los conceptos. Así le va. "Estoy muy jodido. Me sabe muy, muy mal que haya acabado así", lamentó Grimau por esa derrota que le expulsa de Europa e interrumpía la tradición de que el equipo local nunca pierde un quinto partido en casa. También le sucedió al Mónaco, sin que sirva de consuelo.
El Barça se despidió de la Supercopa en la semifinal (ante el Madrid), perdió la final de Copa (Madrid), se ha quedado fuera de la Final Four después de tres años clasificándose y marcha tercero en la Liga Endesa. El balance es de 48 victorias y 17 derrotas. El declive interpela desde la plantilla al palco, pasando, naturalmente, por los ejecutivos de la sección con Juan Carlos Navarro, otra vieja leyenda, elegida por Joan Laporta tras ganar las elecciones.
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