España solo se inclina al final ante EEUU (88-98)

Hasta que llegó la gasolina España le plantó cara a Estados Unidos (88-98) en el partido más esperado en Málaga del torneo del centenario de la Federación Española de baloncesto. La selección resistió con nota alta hasta el último cuarto cuando el vigor, la energía y la calidad de los hombres de Steve Kerr, el entrenador de los Golden State Warriors, fueron una muralla demasiado grande.

Estados Unidos quiere aplicar el modo rodillo cara al inminente Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia. Kerr cuenta con un grupo de jóvenes jugadores, ya estrellas en la NBA, de un dinamismo que puede resultar inalcanzable para sus oponentes. Es un equipo que aprovecha cualquier momento de despiste o duda de su rival para poner tierra de por medio.

El equipo de Sergio Scariolo tuvo una puesta en escena admirable, en la línea de lo manifestado en su partido anterior ante Eslovenia. Es este un grupo de jugadores que no se arruga con facilidad. Pese a las acometidas de Jalen Brunson, el base de los Knicks, la selección le miró a la cara a su rival, nunca bajó los brazos, y llegó al final del primer cuarto con ventaja (28-26).

Los triples de EEUU

El rendimiento del equipo bajó en el segundo cuarto y los estadounidenses afilaron los dientes, sobre todo con su acierto desde la línea de tres puntos. Lejos quedan los años en que los norteamericanos lo fiaban todo a sus cualidades atléticas y al uno contra uno. Uno tras otro fueron cayendo los triples y los puntos en la canasta española. El 17-29 de ese segundo cuarto evidenció que ante Estados Unidos no cabe ni una concesión. El precio es pagarlo muy caro.

Quien pensara que España iba a levantar el pie de forma definitiva estaba en un error. De nuevo, volvió a jugar como lo había hecho en el primer cuarto, y con un mayor acierto atrás. Con Abrines al frente de la operaciones, España inició una remontada que le llevó a ponerse por delante. Un triple de Rudy significaba el 68-64, a 2.35 del final del cuarto. Kerr llamó al orden con un tiempo muerto y Estados Unidos recuperó el mando.

Un lejano triple de Díaz dejó el partido pendiente de resolución (72-73) en los últimos diez minutos. Pero en esa recta final volvió el modo rodillo de los estadounidenses ante un rival que ya no tenía las ideas tan claras cuando el cansancio hacía mella. El partido tuvo un ritmo trepidante que acabó por ahogar a los españoles.

Estados Unidos dispone de un amplio arsenal con un equipo tan joven como talentoso, en el que ninguno de sus hombres llega a los 30 años, y mucha actividad en sus jugadores exteriores, a costa incluso de perder intimidación en el juego interior. España acabó entregada aunque con el convencimiento de que está en la buena línea en su preparación para el torneo que se inicia en menos de dos semanas.