España abre la puerta de octavos con una solvente victoria ante Montenegro

España estará en la segunda fase del Eurobasket. El solvente triunfo que ha conseguido frente a Montenegro por 65-82 en la cita clave del grupo A, con Brizuela, autor de 18 puntos (16 en el primer tiempo), y Pradilla, con 12, como figuras inesperadas, le asegura un puesto en los octavos de final. Solo queda por saber si lo hará como primera del grupo, una incógnita que se despejará este miércoles en el último partido frente a Turquía (13.30 horas, Cuatro).

Las dudas que aparecieron con la sorprendente e inesperada derrota frente a Bélgica no tardaron en desvanecerse. El tiempo suficiente para que Pradilla y Brizuela demostraran su determinación para tirar del grupo y también un nivel de acierto espectacular ya desde los primeros minutos y que Willy Hernangómez y Brown reforzaran las hechuras del grupo, haciendo valer sus galones.

"Estuvimos muy bien, especialmente en el rebote, liderados por Willy", explicó Scariolo. "Este partido nos ha servido para probar que si jugamos con nuestro estilo durante muchos minutos, podemos ser competitivos y si no lo hacemos, como nos pasó en la parte final, somos vulgares", añadió el seleccionador.  

Enganchados a la eficacia de Brizuela y Pradilla, a la consistencia de Willy, a la dirección de Brown y también a un notable trabajo defensivo del grupo, con la energía, la intensidad y la anticipación que faltó frente al cuadro belga, la selección recuperó el perfil de los dos primeros encuentros, el de un bloque solidario atrás, volcado en la protección de su aro, y con una mentalidad mucho más agresiva. La consigna eran ataques rápidos y verticales, sin apurar los 24 segundos de posesión. Brown ejerció de nuevo el papel de generador de juego y la selección, además, estuvo en unos porcentajes altísimos desde el triple (11 de 25, un 44%).

De más a menos

El protagonismo de Brizuela y Pradilla (gran trabajo defensivo frente a su compañero en Valencia, Dubljevic) también deja ver otra cara de la moneda. Juancho Hernangómez, no está al nivel que se esperaba y frente a los montenegrinos quedó relegado a la suplencia. También Joel Parra pierde minutos en la rotación. Pero curiosamente, sin sus dos aleros altos, y con un juego exterior con tres pequeños, la selección ofreció una imagen mucho más solvente.   

El guion del partido no pudo desarrollarse de forma más positiva para España, que ya había abierto brecha en el primer parcial (17-27) y, en ningún momento, sacó el pie del acelerador, como les había pedido Scariolo, al parecer con la lección bien aprendida.

Con una especial atención para desactivar a las piezas claves de Montenegro como Dubljevic, Mihailovic o el nuevo base del Unicaja, el estadounidense nacionalizado Kendrick Perry, la selección supo moverse con mucha comodidad en el partido e hizo crecer las diferenciaspronto hasta los veinte puntos (22—42, m. 15), e incluso superó esa barrera en el descanso (31-53).

Desaparecida Montenegro por completo, el segundo periodo se convirtió en una espléndida oportunidad para Scariolo de repartir minutos (Rudy se quedó en la banda por un golpe en una rodilla) y blindar la confianza del equipo, y aunque España relajó su nivel en defensa y también empeoró en su actitud, cayendo en alguna frivolidad, en ningún momento peligró un triunfo que abre a la selección la puerta de una segunda fase en Berlín, el primer objetivo del torneo, donde deberá pelear por su nuevo estatus europeo.