El Mundial de baloncesto

El umbral de la ilusión

España se mide con Francia en el cruce de cuartos de final que abre la puerta de la lucha por las medallas

Navarro pugna con Rodríguez en un entrenamiento, con Ibaka y Reyes al fondo.

Navarro pugna con Rodríguez en un entrenamiento, con Ibaka y Reyes al fondo.

LUIS MENDIOLA
MADRID

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Francia, actual campeona de Europa, marcará esta noche, en el Palacio de los Deportes de Madrid, la frontera entre el bien y el mal para España en los cuartos de final del Mundial (22.00 h., Cuatro). En ese umbral de la ilusión imaginario se encuentra la selección de Juan Orenga, ansiosa por traspasarlo y plantarse en las semifinales, en la lucha por las medallas, y más cerca que nunca del enorme desafío que se marcó en el inicio: jugar la final en casa.

Llega la selección al cruce con Francia, que arrastra en este torneo bajas de peso como las de Tony Parker, Nando de Colo o Ajinça, sobrada de ambición, consciente de sus fuerzas, del buen momento y de las excelentes sensaciones que ha ido recogiendo desde la primera fase con victorias solventes, una incluida ante la propia selección francesa, a la que superó por 24 puntos en Granada (88-64), pero también consciente de que ese partido no sirve ya como referencia cuando el torneo entra en la fase decisiva.

MARC GASOL, PADRE / Para afrontar los tres partidos decisivos que le restan, Orenga ha dosificado al máximo a sus estrellas, intentando limitar sus minutos (26 de media lleva  Marc Gasol en el torneo; 25, su hermano Pau) y también  evitarles complicaciones físicas, aunque eso no ha sido suficiente en el caso del flamante pívot de los Chicago Bulls, que llega ligeramente renqueante por unas molestias en el adductor. «Pau está mejor. Ayer estuvo en tratamiento y haciendo cosas y estará casi al cien por cien. Jugará con algunas molestias, pero no hay riesgo de que empeore», afirmó el seleccionador.

También es segura la presencia de Marc Gasol, que ayer se ausentó de la concentración de la selección española para viajar a Barcelona con permiso del técnico por «motivos personales», sin querer desvelar  más datos. «Es una cuestión del jugador», apuntó. La razón fue que Marc fue padre por primera vez y acudió para estar al lado de su mujer, Cristina, en Barcelona, en el nacimiento de su hija, a la que llamará Júlia,

«Nos jugamos mucho y la ilusión, de todos, es tremenda. Ni cojo ni manco te quieres perder estos partidos», zanjó Orenga sobre el tema.

Acerca del encuentro de esta noche, el técnico se mostró confiado con el nivel de la selección. «Hemos ido creciendo y ahora tenemos un buen balance entre el juego interior y exterior. Estamos preparados para jugar de todas las maneras posibles, por dentro o por fuera. Con dureza o sin ella», remarcó el seleccionador, que dijo sentir un «enorme respeto» por Francia, a pesar de sus bajas, para destacar el liderazgo que ejercen Diaw, Batum y Heurtel.

DEFENSA AL LÍMITE / De la trascendencia de este partido sin red en el que solo cabe ganar o irse a casa, también son conscientes los jugadores españoles, que saben que el pulso será distinto al de la primera fase («Francia nos pondrá las cosas difíciles, habrá que sacar a relucir lo mejor de nosotros mismos», apuntó ayer Rudy Fernández) y también los internacionales franceses, un equipo decidido a dar una vuelta más al nivel defensivo que mostraron en el primer partido («tenemos que sacarles de su juego, hacer una buena defensa», afirmó Gelabale) para plantarle cara a España.

Esa es la mentalidad que ha intentado transmitir el seleccionador francés Vincent Collet a todos sus jugadores. «Si no damos el máximo, mejor que no juguemos contra ellos porque no tendremos ninguna oportunidad», apuntó el técnico, que admitió que solo les sirve un partido perfecto. «Ellos son los favoritos, pero, ¿por qué no podemos ganar? Llegamos al partido sin presión».

«Todos esperamos este partido porque les tenemos ganas. Hay una gran rivalidad», recalcó sin tapujos el base Thomas Heurtel, del Baskonia. «Puede que tengamos una opción entre un millón, pero vamos a agarrarnos a ella. No les vamos a regalar nada», avisó Nicolas Batum, estrella de la NBA.