Accesibilidad

El calvario de dos alumnas en silla de ruedas de Badalona por la avería del ascensor en su instituto

Los docentes cargan a peso a las dos alumnas por las escaleras del centro para desplazarlas entre clase y clase

El Ayuntamiento asegura que el arreglo del asecensor precisa de "una pieza muy difícil de encontrar"

Catalunya aún tiene al menos 250 escuelas e institutos con barreras arquitectónicas

Niños y niñas lo tienen claro: "El patio tiene que ser para todos, también para quienes necesitan estar tranquilos"

Imagen de una de las alumnas con movilidad reducida accediendo al instituto

Imagen de una de las alumnas con movilidad reducida accediendo al instituto / EL PERIÓDICO

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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Aleesha y Amina, alumnas de 12 y 13 años del Institut-Escola Rafael Alberti, un centro público de máxima complejidad situado en el barrio de Sant Antoni de Llefià, han visto cómo una avería en el ascensor del colegio, el pasado 3 de noviembre, les ha obligado a modificar su acceso diario al centro y las ha dejado más de un mes sin patio, apartadas del resto de sus compañeros. El Ayuntamiento de Badalona, titular del edificio y conocedor de la situación "desde finales del mes de noviembre", no ha arreglado todavía la avería debido a que "falta una pieza muy difícil de encontar", según explica a este medio el primer teniente de Alcalde, Juan Fernández.

"Hemos trasladado la incidencia al Ayuntamiento en diversas ocasiones, pero los plazos de reparación, según el consistorio, son lentos", señalan. Juan Fernández asegura, sin embargo, que hacen todo lo que está en su mano desde el mismo momento en que tuvieron conocimiento de la situación. "Se están vulnerando derechos", denuncian los docentes, que aclaran que seguirán "ayudando a las alumnas el tiempo que sea necesario para que tengan la mayor normalidad posible, pese a la situación".

"Es una vergüenza. Llevamos más de un mes así y, según parece, volveremos de las vacaciones de Navidad y seguiremos igual", denuncia Sadia Batool, madre de Aleesha. La queja es compartida por Meirem Lekhchine, madre de Amina. "No es de recibo ni para las niñas, ni para el profesorado que hace el esfuerzo diario de subirlas y bajarlas a peso. El ascensor es sagrado para las personas con movilidad reducida, no se lo pueden quitar de esta manera durante más de un mes y no tener ni plazos de reparación", insiste.

Por otro lado, las familias denuncian también las trabas burocráticas con las que ha topado el centro educativo para resolver la situación. El teniente de Alcalde, de hecho, asegura que para arreglar el ascensor (y encontrar la tan preciada pieza) se ha tenido que licitar un contrato menor, "que actualmente está pendiente de adjudicación", y que se espera que quede asignado esta misma semana.

El día a día sin ascensor

Las dificultades de acceso al instituto empiezan por la mañana, cuando dos docentes tienen que salir a la calle y encargarse de entrar a las dos alumnas en silla de ruedas por una puerta lateral con escalones, levantándolas a peso, y acompañarlas hasta sus respectivas aulas, en la segunda planta del edificio. Durante la jornada, los docentes deben repetir la operación para cada sesión lectiva programada en la primera planta o para desplazar a las adolescentes al comedor del centro, situado también en la primera planta.

Esta dinámica no exenta de riesgos para las alumnas y los docentes se repite a la salida y también durante las tres tardes lectivas de la semana. Los treinta minutos de patio no son suficientes para subir y bajar con este sistema alternativo improvisado, razón por la que las adolescentes permanecen en la segunda planta con un grupo reducido de compañeros, para no aislarlas durante el recreo. "Los profesores hacen todo lo que está en sus manos y les estamos muy agradecidas", explica Meirem.

Desde el centro educativo comparten la indignación de las familias ante una situación que "discrimina a dos alumnas por motivo de diversidad funcional". "El centro se ofreció a pagar la reparación, pero el edificio es de titularidad municipal y la avería tiene que resolverla el Ayuntamiento", explican.

Con todo, Aleesha y Amina se van de vacaciones con la esperanza de que el Ayuntamiento de Badalona repare el ascensor durante las mismas y la ilusión de recuperar la normalidad en enero. Algo que, según las previsiones de Juan Fernández, podría ser una realidad: "Contamos con poder arreglar el ascensor durante la Navidad, y que vuelva a estar operativo la primera semana lectiva del mes de enero".

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