En la playa de Badalona

Crece la presión sindical contra el chiringuito denunciado por despedir a una trabajadora por tener vello axilar

La CNT-AIT ha redoblado su 'pressing' mientras el negocio insiste en una "conducta conflictiva" para justificar la medida

ANTECEDENTE | Despido en Badalona "por tener pelo en las axilas": chiringuito y trabajadora se emplazan a un diálogo

LA NOTICIA | Polémica en Badalona por el despido a una trabajadora de un chiringuito "por tener pelo en las axilas"

El chiringuito Kailua en Badalona, en el centro del polémico despido a una trabajadora "por tener pelo en las axilas".

El chiringuito Kailua en Badalona, en el centro del polémico despido a una trabajadora "por tener pelo en las axilas". / Zowy Voeten

Manuel Arenas

Manuel Arenas

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El caso de la trabajadora de un chiringuito de Badalona que denunció haber sido despedida por tener vello axilar ha saltado por los aires. Desde que EL PERIÓDICO publicó la polémica contactando con todas las fuentes implicadas, la presión mediática se ha acentuado y la negociación entre el chiringuito Kailua y el sindicato que defiende los intereses laborales de la empleada, la CNT-AIT, ha pasado de estar encauzada a truncarse con el enconamiento de dos posiciones que parecen difícilmente conciliables.

Mientras el chiringuito ha insistido en sus comunicados en la narrativa de la "conducta conflictiva" de la trabajadora, de nombre Ainhoa, como justificación de su despido, desde el sindicato han redoblado la presión pública contra el negocio. Este pasado domingo, sin ir más lejos, hubo en las inmediaciones del Kailua una concentración convocada por la CNT-AIT, de "entre 20 y 60 personas según el momento" en palabras de los organizadores, para clamar contra lo que consideran una discriminación laboral de género.

Fuentes próximas al chiringuito con las que ha hablado este diario explican que durante la citada manifestación también hubo pintadas de "Boikot!" en el baño del local. "La presión está siendo insoportable; a diario nos llegan comentarios negativos contra el negocio en redes sociales", apuntan esas mismas fuentes.

En un comunicado, la CNT-AIT asegura que las negociaciones con el local están rotas y hacen mención explícita a reservarse "el derecho de utilizar todas las vías legales y sindicales para hacer cumplir la ley laboral, civil y de género".

El Kailua, rubrican desde la CNT-AIT, "se encuentra en la obligación moral de cumplir los únicos tres puntos de la negociación". Se trata de las condiciones que ya adelantó este diario: una carta pública de disculpas; una compensación económica (hasta la fecha estaba previsto que fuera de unos 2.400 €) por el tiempo restante de la temporada con el que la trabajadora contaba, ya que fue despedida en su todavía periodo de prueba; y el compromiso de que no volverán a ocurrir situaciones similares.

Pese a que el chiringuito ha reconocido públicamente su "mala gestión" del caso, tal y como confirmaron sus responsables a este diario, sus comunicados han seguido insistiendo en la "conflictividad" de la trabajadora como justificación del despido, hecho que ella niega rotundamente y que ha irritado al sindicato hasta provocar que crezca su 'pressing'.

El episodio del vello axilar, en el origen del despido

El principal foco de conflicto entre el Kailua y la CNT-AIT es que el chiringuito no reconoce haber despedido a la trabajadora por mostrar vello axilar mientras desarrollaba su actividad profesional, sino que para justificar la medida apelan a la ya mencionada "conflictividad", algo que desde el sindicato entienden como una injusta criminalización y descrédito público hacia la trabajadora.

Uno de los propietarios del negocio admitió a este diario que, a raíz la queja de un cliente por el vello axilar que la trabajadora mostraba, desde el chiringuito le comunicaron un "cambio de protocolo" recomendándole que se depilara sin haberla advertido previamente de ningún protocolo de vestimenta o estético, algo a lo que ella accedió en primera instancia pero que luego, a los dos días, repensó molestamente al tomar conciencia de que, mientras a ella se le había sugerido la depilación, ello no ocurría con sus compañeros hombres.

Fue a partir de ese desagradable episodio y no antes cuando ella "empezó a mostrarse conflictiva", explicó un propietario del Kailua a este diario, hasta que posteriormente "uno de los encargados le dijo que ya no podían contar más con ella", aseguró el empresario. Es clave el elemento temporal: el propio chiringuito reconoció la supuesta conflictividad después del episodio del vello axilar y no antes. Tanto CNT-AIT como la propia trabajadora niegan cualquier conflictividad más allá de sentirse molesta por la intromisión en la intimidad de su físico.

El citado propietario del Kailua también mencionó a este diario tener constancia de que quienes gestionan el día a día del chiringuito consideraban a Ainhoa "una buena trabajadora". Desde la CNT-AIT también aseguran que los responsables del chiringuito habían explicitado en alguna ocasión la catalogación de "buena y comprometida trabajadora", rechazando así la tesis de que se la despidió por una supuesta conflictividad.

El colectivo LGTBI QaliuBDN, que ya hizo público el primer comunicado de la trabajadora, ha vuelto a pronunciarse a través de un comunicado titulado "es hora de asumir responsabilidades", el cual califica de "discriminación" el despido de Ainhoa y critican a quienes se han posicionado a favor del chiringuito por ser éste favorable y parte (uno de sus responsables) del colectivo LGTBI. "Usar la pertenencia a un colectivo para desacreditar a otra persona no es otra cosa que instrumentalizar el colectivo al que se pertenece", concluyen desde QaliuBDN.

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