Polémica municipal

Las claves de por qué los Servicios Sociales de Badalona y Santa Coloma exigen mejores condiciones

Los departamentos municipales de ambas ciudades del Barcelonès se reivindican

Concentración de profesionales de servicios sociales de Santa Coloma frente al ayuntamiento, el 30 de marzo

Concentración de profesionales de servicios sociales de Santa Coloma frente al ayuntamiento, el 30 de marzo / Treballadores Serveis Socials Santa Coloma

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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Los últimos plenos municipales celebrados en Badalona y Santa Coloma, los días 27 y 28 de marzo, sirvieron para que representantes sindicales y trabajadores de Servicios Sociales explicasen los problemas de sobrecarga de trabajo que viven desde hace años. En general, ambos ayuntamientos admiten la existencia del problema, aunque difieren con los trabajadores en algunas justificaciones y responsabilidades. 

Más demanda y menos trabajadores

Desde la crisis económica de 2008, y más aún desde la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, el número de personas usuarias de los servicios municipales metropolitanos no ha parado de aumentar: “La demanda ha crecido exponencialmente a todos los niveles, desde cuestiones de alimentación hasta temas de violencia de género”, explica Joan Ramos, educador social desde hace cuatro años en los Servicios Sociales de Santa Coloma

Al aumento de la demanda hay que sumarle el descenso en el número de trabajadores: “Antes de 2008 éramos unos 1.500 trabajadores municipales, ahora somos unos 1.200. Hay déficit de personal. Hay departamentos enteros, como los servicios sociales, que entre bajas y jubilaciones están desiertos, la situación es dramática”, indica Pol Acózar, secretario de CCOO en el Ayuntamiento de Badalona.

Una muestra. Fuentes de trabajadores sociales de atención primaria de Badalona aseguran a este diario que, en materia de dependencia, tienen sobre la mesa más de 900 expedientes pendientes de cerrar. 

Menos espacios

En Santa Coloma, al aumento de la demanda hay que sumar la falta de espacios: “Los servicios sociales de los distritos de montaña estamos sin espacios. Una parte de la plantilla tiene que teletrabajar a la fuerza y no podemos atender presencialmente a la ciudadanía”, lamenta Joan Ramos. Este educador social colomense señala que los propios usuarios les piden verbalmente atención presencial: “Es como el CAP, nadie quiere que le atiendan por teléfono o por videollamada, quieren atención directa”. 

A este respecto, la Gerencia Municipal de Santa Coloma recuerda que desde hace un año buscan lugares para acondicionarlos y que los ocupen los servicios sociales de los distritos 1 y 2, que actualmente se emplazan en el mismo recinto: “No estamos en condiciones de destinar todos los recursos que querríamos, pero es una prioridad del gobierno municipal desde hace un año”. 

Mejora de los contratos para la plantilla

La concejalía de Recursos Humanos de Badalona propuso, en mesa de negociación, actualizar la relación de salarios, “pero solo para el personal de mando, en algunos casos se trataba de un aumento de hasta 14.000 euros anuales”, explica Acózar. Los sindicatos lo consideraron “inaceptable”, y se levantaron de la mesa de negociación. Además, muchos de los contratos de trabajadores de Servicios Sociales son temporales, para hacer frente a picos de demanda, de medio año. Otros contratos, explica el representante de CCOO en Badalona, "están vinculados a programas de la Diputación de Barcelona, de manera que si esos programas no se renuevan, ese personal también irá a la calle".

Más trabajo para menos trabajadores

La incapacidad administrativa endémica del consistorio badalonés agudiza el problema. La relación de puestos de trabajo del Ayuntamiento, que determina las funciones y salarios de los empleados municipales, tiene casi 30 años: “Está obsoleta, los precios figuran aún en pesetas, y no concibe, por ejemplo, las cuestiones de ofimática, porque a mediados de los noventa no existía tal cosa”, dice el secretario de CCOO.

Actualizar esa relación de puestos no se hace de un día para otro. Acózar señala que se necesitaría un mandato entero para hacerlo, algo que se antoja complicado en un consistorio demasiado acostumbrado a las crisis de gobierno cada dos años: “Muchos puestos de trabajo no están bien valorados, y han ido aumentando en cargas de trabajo, funciones y responsabilidades que no están correctamente retribuidas”, asume Acózar.

En Santa Coloma también andan a vueltas con la revisión de las cargas laborales. Joan Ramos explica que esa revisión se tiene que actualizar “a partir de un análisis de datos de todas las funciones que llevamos a cabo, que permita extraer conclusiones”. Ramos justifica que los propios trabajadores no pueden dedicarse a ese estudio: “Para hacer la revisión de las cargas deberíamos dejar de atender personas, cosa que no podemos hacer por las largas listas de espera que hay”. Hay zonas de la ciudad, asegura Ramos, en que una persona tarda un mes, o mes y medio, en ser atendido.

El papel de las administraciones

Desde la Gerencia Municipal del ayuntamiento colomense explican a EL PERIÓDICO que para trabajar la revisión de las cargas laborales existe una comisión técnica que se reúne periódicamente con los sindicatos de trabajadores municipales: “Las cargas laborales vienen definidas por el contrato programa firmado con la Generalitat, no es una competencia municipal que se financie con el presupuesto del Ayuntamiento”. 

La concejalía de Recursos Humanos badalonesa, comandada por Manel Sorribas, presentó en el último pleno municipal un aumento de plantilla para los servicios sociales de 20 personas (9 trabajadores sociales y 11 educadores sociales). Se trata del aumento mínimo y necesario para cubrir las ratios que marca el contrato programa firmado con la Generalitat. “Lo valoramos positivamente, pero hay que recordar que eso responde a una obligación del consistorio, no responde a querer cubrir las demandas sindicales”, describe Pol Acózar.

Para el concejal badalonés de Derechos Sociales, David Torrents, queda pendiente seguir "mejorando la precariedad, y reducir la inseguridad laboral" de los trabajadores de Servicios Sociales, aunque defiende que "fijándose en cómo dejó el servicio el gobierno del PP y cómo está ahora, no tiene nada que ver". El edil asegura, además, que el aumento de la plantilla aprobado a finales de marzo no será el último: "El compromiso es aumentar la plantilla en unos 10 o 15 trabajadores cada final de año". Torrents recuerda, además, que se trata de la primera vez en la historia de los Servicios Sociales de la ciudad en que se cumplen las ratios.

"Somos 3 trabajadoras sociales y 2 educadores por cada 15.000 habitantes", explica una trabajadora social de atención primaria en el Ayuntamiento de Badalona. Una proporción insuficiente para esta trabajadora: "No podemos trabajar sólo en base a criterios cuantitativos, las necesidades de 15.000 vecinos de Sarrià-Sant Gervasi no son las mismas de las del mismo número de vecinos en Sant Roc-Artigues".

Fuga de cerebros y burnout

”Estamos abducidas por el trabajo administrativo haciendo, por ejemplo, informes de pobreza energética, para gestionar los bonos sociales, informes para la Generalitat y la Diputación…”, relata esta misma trabajadora social.

Para Acózar, “hay una situación de síndrome burnout”. Trabajadores quemados, con situaciones de estrés cronificado: “Estamos preparadas para estas situaciones, pero el estrés continuado durante tantos años provoca que somaticemos, y son comunes las contracturas, las migrañas, los problemas gastrointestinales. Aún así, nos tomamos menos bajas de las que deberíamos”, indica una trabajadora social de atención primaria de Badalona. “Se están dando las condiciones para una tormenta perfecta”, sentencia Acózar.

El corolario de esta situación laboral es la fuga de profesionales a otras administraciones del entorno, donde las cargas de trabajo son más bajas y los salarios, superiores: “Gente muy formada y muy capacitada y con mucha experiencia se acaba marchando a otros ayuntamientos. Sobre todo, al de Barcelona. No se trata solamente de un tema de condiciones laborales, sino sobre todo de recursos humanos para hacer nuestro trabajo dignamente y de la mejor manera para ayudar a la gente”, sentencia Joan Ramos.

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