El Salón del automóvil cumple cien años sobre ruedas

El recinto de Montjuïc de Fira de Barcelona hoy abre sus puertas a prensa y profesionales y el próximo sábado lo hará para el gran público. En su edición número 40 Automobile Barcelona cumple cien años, y lo hace ofreciendo al visitante una nueva propuesta moderna y desenfadada de un sector que está en plena transformación. 

El automóvil se enfrenta a varios escenarios, a cual más complicado, para afrontar el futuro. Por un lado están las administraciones que se empeñan en legislar para favorecer un entorno más sostenible pero sin hacer mucho por adaptar la realidad a las leyes. Por otro está la demonización de tecnologías como el diésel y la gasolina pese a que un análisis coherente confirman que son eficientes y válidas para un futuro inmediato. También tenemos la electrificación a la que muchos quieren llegar en un on/off, pero que se enfrenta al grave problema de la infraestructura y la huella medioambiental (que a priori dice proteger) para producir la electricidad.

Finalmente está el abrazo del oso de la conectividad, que transforma a velocidad de vértigo el mundo de la movilidad.  Y en el epicentro de todo este embrollo está el consumidor, en su mayoría despistado, como pollo sin cabeza, a la espera de que alguien le deje claro qué hay que hacer y cuándo. Es por eso que Automobile Barcelona recoge el guante de este reto monumental para tratar de ofrecer explicación a todo el embrollo. La experiencia, y es que cien años de historia dan sobre todo eso, experiencia, hace que el salón del automóvil de Barcelona sea el epicentro en el que confluyen todas las tecnologías que determinan la movilidad del presente y del futuro.

En la edición del Centenario se proponen todas las soluciones posibles, ofreciendo sobre todo lo que el público siempre ha demandado: ver y tocar. Se esperan más de 50 novedades en un mercado que está en constante movimiento. Electrificación, seguridad, movilidad, sostenibilidad, coches deportivos (hasta voladores), SUVs, berlinas, compactos, experiencias sobre ruedas, debate, familia y, como remate, ilusión, mucha ilusión. Estos son los componentes del Automobile Barcelona de este año, un salón que promueve la visita en familia y que tendrá sus puertas abiertas para ayudar al público a resolver dudas para que tome la mejor decisión: comprar su próximo coche.