COMEDIA

Creatividad preadolescente

N. S.

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Estreno: 9 de diciembre

• Bill Milner, Will Poulter, Jessica Stevenson, Jules Sitruk

• Título original: 'Son of Rambow'

• Gran Bretaña / Francia / Alemania

• 96 minutos

Ambientada en los 80 --cuando las videocámaras y los reproductores de VHS eran la base del entretenimiento audiovisual– y centrada en un par de niños que se embarcan en el rodaje de una secuela amateur de Rambo, El hijo de Rambow logra, de entrada, transmitir de forma cristalina el entusiasmo preadolescente que produce devorar una película, esa euforia vertiginosa que te obliga instintiva e incontrolablemente a recrear de forma espasmódica escenas y personajes. Asimismo, y al igual que Michel Gondry en Rebobine por favor, el director Garth Jennings presenta el medio fílmico como un vehículo liberador de expresión y un medio de fomentar lazos comunales y, aunque incapaz de igualar la emotividad visual de la película del francés, trata a sus personajes y sus dilemas iniciáticos aún con más ternura.

Inicialmente risible en tanto que revisita la virilidad y el machismo ejemplares de Sylvester Stallone con unas pretensiones y una seriedad tan grandes como ingenuas, el empeño creativo de los chicos resulta, sin embargo, verdaderamente conmovedor, porque les ofrece escape de un mundo autoritario y sin sentido de humor, y a nosotros nos sumerge en un territorio, la imaginación infantil, que ya exploraron películas como Contracorriente o Criaturas celestiales. Pese a no estar dotada de la profundidad –ni de la oscuridad–de esas películas, El hijo de Rambow coquetea con la gravedad emocional e incluso llega a penetrar en algo parecido al melodrama, aunque, eso sí, sin sentimentalismos, y sin abandonar la amabilidad esencial de su mirada a los mundos privados, los sentimientos ocultos y las vulnerabilidades de un niño.