ECONOMÍA CIRCULAR

Adiós a la economía de usar y tirar, hola al hábito de la reparación

Comprar una cosa, tirarla sin darle una segunda oportunidad y volver a comprar… Despilfarrar, sobreproducir y sobreconsumir, debido en parte a la obsolescencia programada y a la propia industria, pero los hábitos de consumo están cambiando gracias al apogeo de la economía circular.

Comprar una cosa, tirarla y volver a comprar... Despilfarrar, sobreproducir y sobreconsumir, debido en parte a la obsolescencia programada y a la propia industria, pero los hábitos de consumo están cambiando gracias al apogeo de la economía circular

hábito de la reparación

hábito de la reparación / economia

Nora Benito

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Enmendar una cremallera rota, reparar las suelas de unos zapatos, tapizar una silla, arreglar una impresora... Parece que estemos hablando del pasado porque, aunque nunca se ha llegado a perder del todo el hábito de la reparación, sí se veía desde lo lejos.

Sobreproducción y sobreconsumo, así se podría resumir la época actual, pero el empuje de las generaciones más jóvenes, quienes tienden más a favorecer el consumo de productos éticos y responsables, y la respuesta a la crisis climática que vivimos -en una semana se celebrará la Huelga Mundial por el Clima, con un alcance global-, incentivan la vuelta a la costumbre de la reparación. Y a la economía circular.

“Los nuevos consumidores, los millennials, están muy concienciados con el impacto ambiental de las cosas que consumen: les gusta reciclar y reparar, al tiempo que tienen un poder adquisitivo inferior”, apunta Eduardo Irastorza, profesor de marketing en EAE Business School. Según su parecer, el hecho de reparar es una “defensa ideológica” frente al proceso de la obsolescencia programada.

Aunque no solo los millennials están concienciados con el factor sostenible: según el estudio “Otro consumo para un futuro mejor”, elaborado por OCU y NESI Global Forum, el 73,5% de los españoles ya tiene en cuenta aspectos éticos y ecológicos a la hora de tomar decisiones de consumo. “Los ciudadanos se sienten protagonistas de un tipo de consumo más solidario y más acorde con los nuevos tiempos, en los que esta conciencia social y medioambiental se ha hecho cada vez más sólida”, señalan Raquel García Revilla, doctora en Turismo, y Olga Martínez Moure, doctora en Sociología, ambas profesoras de UDIMA. La sostenibilidad es una tendencia. Y tiene futuro. 

VUELTA A LA COSTUMBRE DE REPARAR

Moda y complementos, electrodomésticos, aparatos electrónicos, muebles… Cualquier objeto es susceptible de ser arreglado. En palabras de Raquel García Revilla y Olga Martínez Moure, el hábito de reparar es “una práctica cada vez más extendida que, por otra parte, tiene una progresión muy importante, puesto que engloba actividades cada vez más diversas”. 

Otro de los aspectos que inciden en el hábito de la reparación, a ojos de Eduardo Irastorza, es el mercado del lujo: “Hoy en día ya no pertenece solo a unos pocos, sino que todos aspiramos en algún momento de nuestra vida a tener algún artículo de lujo -zapatos, moto, vehículos, colonia, vacaciones-, independientemente del nivel adquisitivo. La reparación abre la oportunidad a gente que ha accedido a este sector a mantener viva esa pieza de lujo por la que ha hecho un gasto especial, por lo cual esa demanda es creciente”.

¿LLEGARÁ EL FIN DE LOS PRODUCTOS DE “USAR Y TIRAR”?

Pero ¿por qué consumimos tanto los productos de "usar y tirar"? Según este experto de EAE Business School, son varias las cuestiones que influyen en esto, como las tendencias marcadas y rápidas, tal y como ocurre en el mundo de la moda. “Consumimos productos que son novedad porque eso al mismo tiempo nos permite estar en la tendencia y que nuestro entorno vea que tenemos un poder adquisitivo alto. Vivimos en una sociedad en la que la apariencia es importante”, apunta Irastorza. 

Además, según Raquel García Revilla y Olga Martínez Moure, realizamos este tipo de consumo por cuestiones de comodidad y de falta de información. Aunque “cada vez en mayor medida los ciudadanos están más informados, por lo que tendemos hacia consumos mucho más responsables”, subrayan. 

El problema está en que en muchas ocasiones sale más barato comprar algo nuevo que reparar lo que ya tenemos. Por eso, según las expertas de UDIMA, la cuestión se basa en la producción, de ahí que la labor de las empresas y organizaciones sea muy importante de cara a fomentar una conciencia crítica y unos hábitos de consumo y de producción más sostenibles. Todo es cuestión de educación, compromiso y responsabilidad.