IGUALDAD

"Cada dos por tres tenemos leyes nuevas para garantizar la igualdad, pero la aplicación es insuficiente"

Eva Serrano es una mujer empresaria presidenta de Aseme y vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Madrid. Asegura que hay que seguir luchando por la igualdad, pero sin mediatizarla. Por eso, considera necesario que se inculque que tiene que ser un cambio y no una moda.

Eva Serrano es una mujer empresaria presidenta de Aseme y vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Madrid. Asegura que hay que seguir luchando por la igualdad, pero sin mediatizarla

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Marta Gracia

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Eva Serrano es la máxima representante de las mujeres empresarias de la comunidad de Madrid desde 2015 como presidenta de ASEME (Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid). Además es vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Madrid. Con su trayectoria parece demostrado que ha roto el techo de cristal, aunque asegura que la evolución de la mujer en el último medio siglo ha sido positiva, pero insuficiente. 

La mujer ha evolucionado mucho en los últimos años, ha mejorado su presencia en instituciones y empresas, pero todavía no es suficiente. España está lejos de los objetivos marcados por la Comisión Europea del 30% de las consejeras sean mujeres ¿cómo ve esta evolución?

La evolución la veo positiva, insuficiente, pero positiva. En el caso de España, hay que tener en cuenta que no hace ni 50 años fue cuando se nos permitió el poder abrir una cuenta corriente, tener un negocio, poder votar. 50 años es un tiempo importante, pero no suficiente. Así que estamos en una evolución positiva, insuficiente, y lo que tenemos que hacer es mejorar para que esto vaya más rápido.

¿Se puede llegar a la igualdad real?

Yo creo que sí. Además, ahora tenemos algo a nuestro favor. Con la crisis mucho talento femenino se quedó en la calle y tuvo que emprender para poder tener un sueldo y un trabajo.  La emprendedora con el tiempo se consolida y se convierte en empresaria. Desde el 2007 al día de hoy nos encontramos que en el sector del emprendimiento hay 49% mujeres y 51% hombres. Vía emprendimiento, la brecha salarial disminuye.

Las mujeres tenemos un estilo concreto de liderazgo y de inversión. Cuanto más mujeres lideran empresas, más mujeres dirigen equipos, por lo que habrá más diversidad. Somos personas más empáticas y conservadoras a la hora de hacer inversiones. Yo puedo ser mi jefa y es la mayor libertad de una mujer, porque puedes decidir por ti misma. Según el informe Gem, a los cinco años la tasa de abandono es mayor entre los hombres que entre las mujeres. Además, en el negocio de una mujer siempre hay una parte de los beneficios que se destina a la responsabilidad social. 

El emprendimiento implica una plena incorporación de la mujer al mundo laboral, que es un motivo por el que debemos luchar. E implica que la mujer se responsabiliza de su propia toma de decisiones, por lo que le empodera y le da fuerza al PIB de un país y ayuda a que la sociedad sea más 50-50.

Desde la Asociación de Mujeres Empresarias ¿cómo se ve el papel de la mujer al frente de las empresas?

Lo veo muy positivo. Si el mundo está dividido en 50% mujeres y 50% hombres es muy positivo que las mujeres estén en los puestos en los que se toman decisiones, porque así podemos influir en que todos cambien el paradigma respecto a la mujer.

¿Y el de las instituciones respecto al liderazgo de las mujeres? ¿Cómo ve el papel del gobierno y de las administraciones respecto a la igualdad?

Muy lento e insuficiente. Una cosa son las leyes, cada dos por tres tenemos leyes nuevas para garantizar la igualdad, pero la aplicación de las leyes a dia de hoy es insuficiente. Desde la Unión Europea recomiendan que se fomente el emprendimiento como un empoderamiento para la mujer, para mejorar el PIB de los países. Lo mejor para llegar a este 50/50

Muchos hombres y mujeres se muestran en contra de las cuotas porque aseguran que perjudican más que beneficiar, ¿qué opina de ellas? ¿Y de la discriminación positiva?

Yo creo que el talento no entiende de género. Las cuotas pudieron ser necesarias para un problema que teníamos, pero creo que no estaríamos hablando de igualdad si impusieramos a una mujer por el mero hecho de serlo. Hay que fomentar el talento. Hay que dejar de considerar que la mujer es una víctima, yo no me considero como tal. El victimismo no nos lleva a ningún lado.

¿Cómo ve el feminismo hoy en día?

En 2018 lo veía fantástico, consiguieron que se pusiera el debate en todos los ámbitos. Todas las mujeres salieron para pedir lo mismo, la igualdad, no había clases, ni categorías profesionales: la mujer tomaba las riendas para defender lo que le corresponde, no delegó la reclamación en otros. ¿Qué me molesta? que por detrás se mediatiza políticamente. Cuando esta reivindicación de derechos se mediatiza, el discurso y todo lo que se ha avanzado se distorsione y volvamos por detrás. Se da lugar a muchos mal entendidos y lo único que queremos decir es que estamos aquí y que existimos. El hombre tiene que estar ahí en ese movimiento, ellos también quieren una corresponsabilización. Si no están ellos, el problema se queda entre nosotras y no llega a toda la sociedad. Tiene que se un tema abierto a todo el mundo.

En España la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo muy grande (superior al 20%) ¿qué medidas hay que tomar para que se vaya cerrando?

Se tiene que tener en cuenta qué factores han hecho que se llegue a esa situación. Hay que tener en cuenta el tipo de contrato, porque hay más mujeres a tiempo parcial, por lo que la brecha nunca desaparece. Hay que educar a la sociedad sobre la importancia de tu primer contrato. Hay que fomentar que no sea a tiempo parcial, fomenta que puedes tener un desarrollo. Si en tu casa pides una corresponsabilidad, es más fácil tenerlo en tu empresa y en la sociedad.

Hay que tener en cuenta en una pareja que si la mujer se queda embarazada es el hombre el que sigue trabajando y el que recibe las mayores recompensas laborales. Así que hay que decir que si se queda embarazada una se queda el otro también.  O también en el caso de los dependientes, que muchas veces nos olvidamos de ellos. Las mujeres como suelen tener contratos a tiempo parcial son las que se suelen quedar en caso cuidando de ellos.

¿Qué hay que hacer para cumplir con la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Lo primero es que toda la sociedad cambie el paradigma, es decir, no es una moda. Esto es una necesidad del mundo global de imponer por escrito unos valores por los que tenemos que trabajar. La sociedad industrial ha desaparecido por lo que tenemos que ir a una sociedad comprometida y social. Hay que ver si todas las personas están en las mismas condiciones laborales por las que se ha luchado, en cualquier parte del mundo. Mucha gente se lanza a comprar por internet, pero se está rompiendo los criterios de sostenibilidad y trazabilidad, porque no sabemos cómo se han hecho ni las condiciones laborales.

Hay que apostar por la educación en todos los países. También hay que fomentar la participación del 50% de la población que son las mujeres, si no forman parte de las decisiones no estaremos dando servicio a la sociedad actual. Las administraciones tienen que ayudar y fomentar todo esto, poniendo al alcance de los empresarios los medios para que se pueda alcanzar. Los empresarios han dado un paso adelante porque se han dado cuenta que solo las empresas socialmente responsables son las que se han consolidado y han pasado la crisis. Las que no lo eran han desaparecido. Se ve como un factor de competitividad.

¿Queda mucho camino para lograr la igualdad? ¿Cree que llegará un día en el que esta entrevista nos parecerá de un pasado muy lejano porque ya habrá igualdad real?

Yo creo que es día llegará porque la nueva generación, de 12-13 años, es diferente. En una entrevista juvenil la segunda pregunta que me hicieron fue que por qué somos tan pesados con el tema de la igualdad. Ellos tienen otro paradigma. Hay muchas cosas que ellos dan por hecho. Es normal que hombres y mujeres sean iguales, que puedas jugar con cualquier juguete, pero para que eso ocurra, todos tenemos que trabajar, hombres y mujeres. Si se mediatiza la igualdad se puede llegar a que el discurso se distorsione.