Nuevos hábitos de consumo

Nación flexitariana: el 7,8% de los españoles ya es 'veggie'

El vegetarianismo y veganismo son corrientes que cada vez ganan más adeptos. En un momento en el que el 35% de la población en España afirma que o bien evita la carne roja o está reduciendo su consumo, analizamos qué significa esta tendencia para la sociedad y qué supone para industrias como la cárnica.

El vegetarianismo y veganismo son corrientes que cada vez ganan más adeptos: el 35% de la población en España afirma que evita la carne roja o está reduciendo su consumo

Flexivegetarianos

Flexivegetarianos / economia

Agustina Barbaresi

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¿Cuánta gente vegetariana o vegana conoces? ¿Y cuánta conocías hace 10 años? No hay duda de que una de las grandes transformaciones en los hábitos de consumo que estamos viendo en la sociedad española es el aumento y mayor visibilización de las personas que deciden reducir o eliminar su consumo de productos de origen animal. Son los llamados veggies, un grupo de población que engloba desde los flexitarianos (personas que consumen carne y/o pescado de forma ocasional) hasta los veganos estrictos, pasando por todo el espectro intermedio: piscitarianos, ovolactovegetarianos, crudiveganos...

Pero, ¿cuánto hay de percepción y cuánto de realidad en este crecimiento? Lo cierto es que, más allá de la gran exposición de este movimiento en las redes sociales, más allá de los coloridos post en Instagram, las cifras hablan por sí solas. En 2017, la consultora Lantern lanzó el estudio The Green Revolution para aportar datos y rigor a esta tendencia en España. Aquí va uno de esos datos: en 2017 los restaurantes con opción vegetariana o directamente vegetarianos eran 700 en toda España. Hoy son 1800, según datos del informe actualizado, que está a punto de ver la luz.

Jaime Martín, CEO y fundador de Lantern explica que los motivos por los que una persona decide hacerse flexitariano o vegetariano tienen que ver “fundamentalmente con la salud, aunque también puede influir la concienciación por el estado del planeta”. Los veganos, sin embargo, “más que una dieta son casi una religión que incluye a su vez cambios en el vestido o el calzado, por ejemplo. Este grupo suele vivir un proceso, casi nadie se hace vegano de repente, porque es realmente complicado”, puntualiza. En total, según este informe, el 7,8% de la población española es veggie (1 de cada 10 se identifica con este movimiento). Aunque la realidad el grupo mayoritario es el de los flexitarianos, que suponen alrededor del 6%. Los veganos apenas alcanzan el 0,2%.

Este experto considera que, aunque puede haber algún componente de moda, estamos ante “una de las tendencias de alimentación más importantes en las últimas tres décadas”.

Dieta mediterránea 2.0

El cambio de hábitos de consumo, en opinión de Jesús Román, director científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), implica en realidad una vuelta a la tradición, ya que en los últimos años se ha transformado el perfil de la dieta mediterránea.

En opinión de este experto “el flexitarianismo fue precisamente la dieta que había en España en los años 50, 60 o 70, cuando comer carne era un lujo y algo esporádico. Ahora se come más proteína y más grasa”. Y más productos procesados.

Entre los motivos que explican por qué se ha deteriorado la variedad y calidad de la alimentación, Jesús Román considera que el precio de los alimentos saludables es una de las claves.

Comer sano es bastante más caro que comer mal. Por el precio de un kilo de tomates te puedes comprar un trailer de croquetas”, apunta, a la vez que pone el acento sobre la demonización que se está haciendo de algunos alimentos, como los huevos en su día o los lácteos, “una fuente de proteína que sí es más económica”. Precisamente, según Román, el consumidor está expuesto a “una sobre información sobre lo que es bueno y lo que es perjudicial, lo que deja una sensación de que todo mata”.

Cambian los productos, se actualizan los productores

El gran cambio en la dieta mediterránea se ha producido sobre todo en el consumo de legumbres. Jesús Román explica que, en los 80, se consumían alrededor de 9 kilos de legumbre por persona al año y ahora apenas se superan los 3 kilos. Al mismo tiempo, casi el 40% de la población española no prueba la verdura.

El vegetarianismo y veganismo están recuperando las legumbres, gracias en parte a la incorporación de las alternativas vegetal a la carne basadas en ellas (tofu, seitán…); una opción que el 52% de los españoles afirma haber probado en el último año. Mientras, un 35% de la población española declara que o bien evita la carne roja, o bien está reduciendo su consumo. Aunque hay que tener en cuenta que “estas cifras no coinciden exactamente con el descenso total en el consumo de carne, de lo que deducimos que incluyen no sólo la acción en sí, sino también el deseo de hacerlo”, señala Jaime Martín.

Las nuevas tendencias de consumo están obligando a productores y distribuidores a ponerse al día y lanzar nuevos productos que cubran esta demanda creciente. Así, Lidl presentó esta semana una línea de yogures que mezclan fruta y verdura (espinaca y manzana, zanahoria y fresa…) para “satisfacer a un consumidor cada día más informado y que demanda más alternativas”, señala Arantxa Conde, Relaciones Públicas de Lidl en España.

Lógicamente, la industria que más impacto negativo sufre con el avance de esta tendencia es la cárnica. Sin embargo “las empresas cárnicas están aprovechando para lanzar sustitutivos de carne animal. Campofrío tiene la marca Vegalia, por ejemplo. Noel tiene una línea de hamburguesas vegetarianas…”, enumera Jaime Martín, que concluye que cada crisis de negocio conlleva a la vez una oportunidad.