INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Humanos y tecnología: ¿corremos el riesgo de 'maquinizarnos'?

Son muchas las voces que empiezan a reclamar menos pasión y euforia en nuestra relación con la tecnología, y más responsabilidad para encontrar un término medio. En juego están nuestras propias capacidades.

Son muchas las voces que empiezan a reclamar menos pasión y euforia en nuestra relación con la tecnología, y más responsabilidad para encontrar un término medio. En juego están nuestras propias capacidades

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Fran Leal

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Las novedades que el desarrollo tecnológico trae debajo del brazo nos ofrecen innumerables avances y beneficios. Pero también es cierto que no todo es de color de rosa y se nos presentan muchos retos y amenazas.

Con el objetivo de analizar estos aspectos, Fundación Canal organizó el pasado 5 de junio una jornada sobre Inteligencia Artificial, que cerró con una mesa redonda en la que se trataron este y otros asuntos sobre los que tenemos que reflexionar como sociedad.

La tecnología, producto del ser humano

Uno de los participantes de la mesa fue Andoni Alonso, profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense, quien comenzó con una reflexión que invita a rebajar esta euforia ciega en la que vivimos: “Toda tecnología es producto de los seres humanos y, por lo tanto, es parte de nuestra cultura. Entonces, ¿por qué no somos capaces de criticarla igual que criticamos el cine o la política?”. Un punto de partida para situarnos y ver que no todo en la tecnología es tan neutro como escuchamos frecuentemente.

Alonso, además, advirtió de uno de los grandes problemas a los que tenemos que hacer frente. En su opinión, la inteligencia artificial es un término tremendamente confuso, dado que la inteligencia es exclusivamente humana. Y ante las afirmaciones de que las máquinas terminarán pensando como nosotros, el filósofo negó la mayor, pero sí puntualizó que la verdadera preocupación es “si los seres humanos van a pensar como máquinas”, algo que cree que cada vez ocurre más.

¿Nos estamos ‘maquinizando’?

En relación a cómo estamos cediendo parte de nuestras capacidades humanas, el profesor de la Universidad Complutense se mostró contundente: “Claro que hemos cedido. Las máquinas no son autónomas. Nosotros podemos ser autónomos, pero las máquinas no, porque no puede existir intencionalidad”.

Esta idea, la de que cada vez cedemos más rasgos puramente humanos, demuestra, según Alonso, que somos nosotros los que "nos estamos maquinizando”.

Retos de la Inteligencia Artificial

Concha Monje, investigadora del Robotics Lab y profesora titular de la Universidad Carlos III de Madrid, también participó en el debate e hizo hincapié en que, además de las aplicaciones más que beneficiosas que tiene la inteligencia artificial, nos exponemos a unos riesgos que tenemos que afrontar.

En primer lugar, recalcó que, pese a que parezca que vivimos en la época con mayor conectividad de la historia, “estamos en un momento en el que la información es cada vez más sesgada”. Esto, como expuso, “nos limita y puede llegar a polarizar a la sociedad”. Un claro ejemplo es la proliferación de las omnipresentes fake news. ¿Solución? La formación y el conocimiento, según la experta en robótica.

Por otra parte, Monje también advirtió sobre la relación que tenemos con las máquinas. En su opinión, “tenemos una relación de amor-pasión, lo que genera una insatisfacción”. Para llegar a tener una relación más saludable, tendríamos que “llegar al amor heroico”, donde prevalezca un uso responsable de la tecnología. Además, quiso recalcar la necesidad de entender lo que realmente está ocurriendo para no crear falsas expectativas y reducir los riesgos. El pilar sobre el que nos debemos apoyar siempre es el conocimiento, que permite calibrar y encontrar el término medio y la responsabilidad.

Grandes avances en salud

La sanidad es otro de los campos que se está viendo realmente beneficiado por los avances tecnológicos, pero no debemos perder de vista que el ser humano tiene que mantener el control en la toma de decisiones. Sobre esto habló Ángel Alberich, CEO y fundador de QUIBIM. Su compañía se dedica al diagnóstico por imagen (radiografías) basándose en la inteligencia artificial, pero aclaró que no pretenden, bajo ningún concepto, sustituir a los profesionales, que son los que deben tomar las decisiones. Su servicio sirve precisamente de apoyo a esa labor humana, que no puede ponerse en cuestión. Y aquí cobra capital importancia, como destacó Alberich, la ciberseguridad, porque lo delicado de este ámbito.