PRODUCTIVIDAD

¿Tendrá remedio la 'imposible desconexión' en el trabajo?

Con las nuevas tecnologías cada vez es más complicado desconectar de los temas laborales cuando terminas tu jornada. Mails, whatsapps, notificaciones de reuniones…los expertos nos cuentan en qué situación nos encontramos y las consecuencias que tiene estar ‘conectado’ de manera constante.

Con las nuevas tecnologías cada vez es más complicado desconectar de los temas laborales cuando terminas tu jornada. Mails, whatsapps, notificaciones de reuniones... los expertos nos cuentan en qué situación nos encontramos y las consecuencias que tiene

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Lidia Álvarez Vellido

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Los smartphone y las nuevas tecnologías nos han proporcionado muchas facilidades en nuestra vida diaria, pero también nos ha traído una situación que a muchos preocupa: una constante conexión, no sólo a las redes sociales, sino también a las tareas laborales.

Del último informe de Cigna ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond’, se desprende que más de la mitad de los empleados españoles encuestados se queja de que la cultura corporativa de su empresa demanda estar siempre disponible para los requerimientos laborales que puedan surgir, incluso fuera del horario de trabajo.

En su mayoría, esta afirmación la hacen aquellos que trabajan en internacionales, tienen puestos de responsabilidad elevados o con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años.

“En general, las nuevas tecnologías favorecen la productividad”, explica Elisa Sánchez, coordinadora del grupo de salud laboral del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, quien asegura que “el peligro está cuando no se ponen límites y se duerme con el móvil al lado, se consultan los mensajes durante la noche, mientras se hace deporte, o estamos con nuestras familias”.

¿Qué consecuencias tiene esta jornada laboral sin fin?

Sánchez añade que estar constantemente pendiente del móvil genera “un estado de alerta permanente”, en especial cuando los sonidos y vibraciones están activados por lo que nuestro cerebro “se siente en constante amenaza” y activo para dar respuesta a todas esas demandas constantes.

En estas situaciones, la psicóloga especializada en salud laboral apunta que nuestra mente no cuenta con el suficiente descanso que necesita y puede derivar en problemas psicológicos como el estrés, la ansiedad, bloqueos, sentimientos de inseguridad, entre otros.

Además, a estas sintomatologías se le añaden otras como el insomnio o dificultades para dormir y problemas de alimentación o digestivos debido a las consultas al correo o mensajes justo antes de irse a dormir o durante la comida.

La desconexión, en manos de los jefes

Para poder gestionar todo esto “lo esencial es disponer de habilidades para regular los pensamientos y preocupaciones y poder disfrutar del tiempo fuera del trabajo”, aconseja la psicóloga, quien asegura que la desconexión laboral sí es posible.

Asimismo, hace hincapié en la necesidad de que “las empresas y los jefes sean conscientes de que para rendir durante la jornada de trabajo es fundamental haber descansado fuera de ella” y considera que no deben interferir en la vida personal de sus empleados, no sólo por motivos de productividad, sino también por salud y respecto.

En esto coinciden fuentes de Comisiones Obreras, que consideran que esta desconexión no solamente es posible, sino que “se debe” alcanzar.

Esta hiper-conectividad actúa como un factor de control de la empresa sobre el trabajador y a la vez, como un agente de autodisciplina ya que se termina por asumir que la reducción de disponibilidad reduce tu empleabilidad”, explica el sindicato a Byzness.

¿Cómo terminar con esta “sobre-conexión”?

CCOO cree que ante los nuevos cambios tecnológicos sería necesario un marco normativo que garantice la desconexión.

Además, apuestan por establecer la obligación de planes específicos en las compañías para la regulación de los dispositivos digitales, que deberían establecerse en el marco de la negociación colectiva sectorial y de empresa.

Dichos planes deberían incorporar al menos elementos para:

Un problema que va más allá de lo laboral

La psicóloga Elisa Sánchez advierte de que esta continua conexión de los adultos afecta en especial a los niños, ya que copian todo lo que ven.

Además, acostumbrar a nuestro cerebro a recibir tanta información a un ritmo tan rápido como lo hace el móvil, supone que en el momento en el que no le damos esa cantidad de datos comienza a tener un síndrome de dependencia, provocando una sensación de aburrimiento y de pérdida de tiempo.

Es lo que se denomina la ‘nomofobia’, dependencia de los dispositivos móviles aclara la psicóloga.

Este trastorno ya lo sufren 8 de cada 10 españoles, según el Instituto Psicológico Desconecta.