EMPLEO

¿Por qué los españoles somos más productivos en periodos de crisis?

El caso español es único en el mundo: la productividad aumenta en periodos recesivos y se reduce en expansivos. El tamaño de nuestras empresas y el mercado laboral tienen parte de culpa.

El caso español es único en el mundo: la productividad aumenta en periodos recesivos y se reduce en expansivos. El tamaño de nuestras empresas y el mercado laboral tienen parte de culpa

empresa trabajadores ordenador

empresa trabajadores ordenador / economia

Diana Fresneda

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El caso de España es único en el mundo: los trabajadores españoles somos más productivos en épocas de crisis, mientras que en periodos de crecimiento nuestra productividad se reduce. 

Así se recoge en el cuadro de previsiones del Programa de Estabilidad presentado por el Gobierno para los próximos tres años, donde se estima que la productividad por hora trabajada en España caerá un 1% hasta 2022. Esto significa que, para producir la misma cantidad, una empresa necesitará un mayor número de recursos (más trabajadores, mayor formación de los mismos, inversión en equipo…).

La variable productividad, que se obtiene dividiendo el Producto Interior Bruto (PIB) entre el número de trabajadores ocupados que tiene el país, es determinante en el crecimiento de una economía pues de ella dependen, por ejemplo, los salarios

Según Juan Fernando Robles, profesor de Banca y Finanzas en CEF-UDIMA, con esta estimación el Gobierno querrá demostrar que “hay margen para subir salarios”: “El terreno perdido en la fase de recesión del ciclo se intenta recuperar en la fase de expansión pero de momento esto no se ha producido porque los salarios no han crecido a un ritmo que permita recuperar los niveles previos”, explica el profesor.

Pero, ¿por qué los españoles somos más productivos durante la crisis?

La productividad en España está condicionada por el mercado laboral y el tamaño de las empresas. Por tanto, que los españoles sean más productivos en periodos de crisis y menos en épocas expansivas, está muy relacionado con la dualidad del mercado de trabajo, donde coexisten dos trabajadores claramente diferenciados (fijos y eventuales), y la elevada cantidad de pymes (más del 99% de nuestro tejido empresarial).

“La forma en la que las empresas españolas responden a la crisis es, tal como hemos visto en esta pasada recesión, eliminando en buena medida la parte eventual de la plantilla que tienen y bajando los salarios”, asegura Robles, quien cree que estos fenómenos han ayudado a las empresas a incrementar su productividad y a ganar competitividad.

La productividad, condicionada por el tamaño de las empresas

Asimismo, el perfil de bajo tamaño de las empresas españolas, respecto a otras industrias y compañías extranjeras con las que compiten, se traduce en mayor dependencia de la banca en épocas de recesión al tener peor acceso al mercado financiero. 

“Como en estos periodos la banca limita el crédito a las pymes, las empresas no pueden invertir en mejorar sus procesos productivos porque carecen de beneficios y fuentes de financiación alternativas, por lo que recurren a reducciones de plantilla y bajadas de salarios. Esto también hace incrementar la productividad en épocas de recesión”, explica el profesor.

Y es que según datos de la Central de Balances del Banco de España (BDE), las empresas más pequeñas (hasta 2 millones de euros), tienen unos costes laborales que representan aproximadamente un 25% de su facturación, mientras que en las empresas de mayor tamaño (más de 50 millones de euros) este dato se reduce a la mitad. 

“Como la gran parte de empresas en España están situadas en la parte baja, es decir, son menores de 50 millones y muchas de ellas no llegan a 10 millones de euros, los costes laborales pesan mucho frente a la facturación de las compañías, por tanto las empresas tienden a ajustar por ahí y por donde tienen un coste importante”, señala Robles.

Por contra, en los periodos expansivos, el proceso se invierte: las empresas aumentan sus plantillas, se recupera el personal del que se prescindió en la crisis y los salarios comienzan a aumentar. “Por eso, en estos casos, se pierde competitividad y productividad”, concluye.