INVERSIÓN SOSTENIBLE Y RESPONSABLE

Lo que tu forma de invertir puede hacer por el planeta

La inversión socialmente responsable ha crecido un 10% entre los años 2015 y 2017

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Marta Gracia

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Cuando se invierte hay un objetivo claro: obtener rentabilidad, es decir, ganar dinero. Pero actualmente existen otros objetivos que se suman al monetario, como contribuir con el medio ambiente o con causas sociales importantes para el inversor. De esta manera, la inversión sostenible y responsable (ISR) está cogiendo fuerza, entre los años 2015 y 2017 ha crecido un 10% y ya cuenta con 185.614 millones de euros de activos bajo gestión.

Esta cifra supone una cuota sobre el mercado nacional de instituciones de inversión colectiva y fondos de pensiones del 46%, según los datos de Spainsif. Con respecto a las estrategias de inversión sostenibles y responsables más utilizadas, la exclusión (tasa de crecimiento del 9%) sigue siendo la principal estrategia por activos gestionados.

La inversión socialmente responsable integra los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (criterios ASG). Este tipo de inversión está teniendo cada vez más relevancia dadas las iniciativas internacionales relacionadas con la lucha contra el cambio climático (Acuerdo de París) o con el desarrollo sostenible (Objetivos de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 de Naciones Unidas).

Un inversor responsable es el que incorpora la información que ofrecen los criterios ESG a la hora de invertir, “con los riesgos y oportunidades que ello implica”, apunta Matt Christensen, global head of responsible investment en AXA IM. Christensen explica que este tipo de inversión ha evolucionado bastante respecto a la de hace unos años.

“La industria financiera está reclamando de forma creciente profesionales que cuenten con experiencia en este ámbito y esto se está traduciendo en discusiones y conclusiones más enriquecedoras”, asegura Matt Christensen y además, puntualiza que las compañías que invierten de forma responsable suelen sufrir menos las fuertes caídas de las bolsas.

Para el responsable de inversión en AXA IM la inversión socialmente responsable ayuda a encontrar las compañías que mejor soportarían las caídas, “por eso damos tanta importancia a la ISR”. No obstante, explica que buscan riesgos que no se ven en las cuentas que las empresas suelen presentar a los reguladores.

Por su parte, Sophie del Campo, directora general para Iberia, Latinoamérica y EEUU offshore de Natixis IM, explica que la ISR es la capacidad de “hacer el bien al mismo tiempo que las cosas se hacen bien”. Esta afirmación se traduce en que creen en la capacidad de estas inversiones para velar por el entorno mientras aplican un enfoque activo que genera retornos consistentes en el largo plazo.

Natixis IM cuenta con Mirova, una afiliada especializada en inversión responsable, “es una de las entidades que está liderando el avance y la integración de los criterios de sostenibilidad en el conjunto de la industria de gestión de activos europea”. De hecho, explica que la firma está presente en organismos comunitarios para poner la experiencia al servicio de la sociedad.

Las cuatro tendencias de la ISR

Del Campo señala que los años de experiencia gestionando activamente inversiones e identificando tanto riesgos como oportunidades de crecimiento en el largo plazo hacen que se pueda hablar de cuatro tendencias principales: demografía, tecnología, medio ambiente y gobierno corporativo. “Estas tendencias tienen un profundo impacto en la forma de invertir, por lo que es más necesario que nunca que la gestión activa genere valor al mismo tiempo que impacta positivamente en el medioambiente y en la sociedad”, puntualiza.

Por lo que respecta a la demografía, la directora general para Iberia, Latinoamérica y EEUU offshore de Natixis IM explica que el mundo está inmerso en una profunda transformación. “Las principales economías del mundo registran tasas de crecimiento muy reducidas, o incluso negativas, mientras que en muchos mercados emergentes la tendencia es la contraria”, comenta. Al mismo tiempo, la población mundial se concentra cada vez más en las ciudades, lo que conlleva la despoblación de grandes áreas rurales.

La segunda tendencia es la transformación tecnológica. El avance tecnológico es otro de los factores que influyen de manera determinante en el mundo. La velocidad a la que se producen los nuevos desarrollos tecnológicos está afectando a todas las industrias, desde la agricultura a la industria, pasando por los servicios. Además, “estamos a las puertas de una serie de innovaciones que van a potenciar este efecto, como la realidad virtual o la inteligencia artificial”.

Medio ambiente y tecnología es otra de las tendencias que está cogiendo fuerza. Cuando se analiza esta tendencia, la gente tiende a centrarse en la generación de energía limpia. Sin embargo, “tanto en Mirova como en el conjunto de Natixis IM queremos mirar más allá para encontrar oportunidades, además, en empresas centradas en la eficiencia energética”, explica. Dentro de este segmento, podemos identificar valor en firmas pertenecientes a los sectores de la construcción, de la iluminación, de la movilidad o en las redes de transporte, entre otros.

La última de las tendencias es el gobierno corporativo. Las tendencias expuestas anteriormente tienen una influencia directa en las relaciones sociales de todo el mundo y en la forma en que se gobiernan las empresas. Se puede encontrar un claro ejemplo de esto en el auge de los nacionalismos. Por ello, “es fundamental el desarrollo y el fomento de inversiones destinadas a reducir la desigualdad social mediante el fomento de prácticas sostenibles en materia de comercio, de salud y de consumo”, concluye.