Grady Hendrix: 'southern pulp' con casas encantadas y muñecos diabólicos

El escritor norteamericano ha visitado Barcelona y Madrid para presentar su último libro, 'Cómo vender una casa encantada'

Grady Hendrix

Grady Hendrix / Xavier González

Barcelona

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Vistiendo trajes de tres piezas rde colores resplandecientemente claros de caballero del Sur trasplantado a Nueva York (blancos, malva, azul celeste, rosa), Grady Hendrix (Charleston, Carolina del Sur, 1972) ha convertido las presentaciones de sus libros de horror en pequeños monólogos humorísticos. El de su última novela, 'Cómo vender una casa encantada' (Minotauro), que lo trajo a Madrid y Barcelona, va de la extraña correlación entre la mitología de los fantasmas, la credulidad norteamericana ante el fenómeno de las casas encantadas y la evolución del mercado inmobiliario (a cada crash, más miedo a no poder vender y más casas encantadas). 

Pero si el humor está en el centro de su imagen, nos explica que es solo un componente, no nos confundamos, de sus libros: una noche de horror en un Ikea ('Horrorstör'), damas sureñas matavampiros ('Guía del club de lectura para matar vampiros'), adolescentes poseídas que berrean el himno de la Confederación ante la incomodidad de las visitas ('El exorcismo de mi mejor amiga')...

«El humor es solo una más de las herramientas con las que cuentas, un buen instrumento para que el lector baje la guardia, si quieres conseguir una reacción real de él, sea miedo, risa o cualquier otra cosa. Le has de hacer olvidar que se trata de una novela de terror, y de golpe recordárselo. Y por otra parte, también es así la vida real: no es como un libro de un género determinado. Es como todos los libros juntos, es horror, es humor, es romance, es acción. Y esas cosas suceden sin que lo organicemos. El mejor día de tu vida puede convertirse en el peor", nos explica

Eso sí, sus presentaciones son casi monólogos cómicos con diapositivas cutres (ni siquiera Powerpoint). En España leyó todo su texto, sin saber ni papa de español, con un acento digno del Gustavo Fring de 'Breaking bad'. "Yo intento que la gente se lo pase bien en las presentaciones, porque creo que los eventos literarios suelen ser demasiado serios y algo aburridos. Pero la gente ha salido de su casa para verme, y tengo que hacerles pasar un buen rato. Sí, son muy distintas mis presentaciones de mis libros".

Hendrix abraza sin problemas los códigos de la novela pulp, y los tópicos nostálgicos (o todo lo contrario) sobre la adolescencia en los 80, especialmente en 'El exorcismo de mi mejor amiga". Y ha reflexionado bastante sobre ello (en su ensayo 'Paperbacks from Hell: The Twisted History of ’70s and ’80s Horror Fiction'). Para un adolescente inseguro como él, por cierto, el instituto fue un horror continuo: «Lo que recuerdo de qué fue ir al instituto en los años 80 es bastante terrorífico. Cada día pensando si llevabas la ropa correcta, si comías mal y eso te hacía parecer estúpido. Tenía un cutis asqueroso… Siempre estaba asustado, y avergonzado cada día que iba a clase. Pendiente de que cada examen te decían que era el más importante y no te podías equivocar porque eso quedaría en tu expediente y te arruinaría la vida. Y teníamos la Guerra Fría, que te hacía pensar que el mundo podía acabarse en cualquier momento. Pero escribiendo el lib ro tuve que recordar qué vestíamos, qué música escuchábamos… pedacitos de placer en medio de tanto miedo y tensión. Esta mezcla es lo que intentaba reproducir. La cultura pop está allí, porque para mí fue un grandísimo alivio ante la realidad".

Aunque el envoltorio de su último libro nos prepare a una versión más del tema de la casa encantada, la historia deriva más bien hacia otro subgénero, el de los muñecos poseídos. ¿Por qué resultan tan inquietantes? (La entrevista se desarrolla en la casa museo de Oleguer Junyent, rodeados de una colección de muñecas de tela, papel y –uau, exclama– piel , que es como preferimos traducirle la cartela de alguna pieza, en lugar ce cuero, para animarlo, por si el hecho de que las muñecas oscilen en la penumbra a cada movimiento del suelo de madera no ayude bastante. «Es que dan miedo, realmente. Ycreo que por tres razones. Primero, son un objeto, el único objeto que te devuelve la mirada. La otra razón es que pueden parecer vivas, pero no lo están. Son extraños. Así que proyectamos vida sobre ellas".

Es lo que hacen los niños

"Exacto. Tienes un osito de peluche al que quieres mucho. Imaginas que está vivo. Y entonces tu relación con él resulta complicada. Él nunca cambia, nunca muere, nunca crece. Siempre igual. Esa es la tercera razón por el que las muñecas son algo tan inquietante, precisamente que no mueren. La muñeca de tu bisabuela puede seguir aquí. Algunos encontraremos reconfortante, otros, inquietante, que estas muñecas vivan más que nosotros".

Ante un autor que sitúa sus historias de horror en su Carolina del Sur natal, sería una tentación obvia situarlo dentro del Southern Gothic. Hendrix es más pulp que gótico, no obstante. Pero sí definitivamente sureño, nos explica. «Lo que hay de sureño en mis libros es que a los del Sur de EEUU nos gusta explicar historias. Cada familia tiene un contador de historias. Una abuela que te explica una historia larga y loca sobre lo que le pasó a tu primo. Habiéndome criado en el Sur, tu forma de darle sentido al mundo, es convertirlo en una historia. Es que naces en una parte de América con una relación extraña con su historia... Si creces en Oklahoma, Ohio o Nueva York, es fácil ignorar la historia. Si vives en un lugar donde todo lo construyeron los esclavos y cada vez que miras a tu alrededor hay un monumento de la Guerra Civil, eso es difícil de ignorar. Tienes la historia delante de la cara».

-¿Y para la generación de escritores de terror que lo han seguido, qué representa Stephen King?

-Mucho, fue el primer escritor para lectores adultos que me decía algo. Me pasé cinco años leyendo todos los libros de Stephen King en orden de publicación y escribiendo sobre ellos en una revista, así que verás lo importante que es para mí. Lo que encuentro maravilloso es que, con el nivel de éxito que ha alcanzado, siga haciendo algo nuevo en cada libro en lugar de repetirse una y otra vez. El siguiente libro de John Grisham que leas será sobre abogados. ¿El próximo de Stephen King? Ves a saber. Es muy interesante para mí ver cómo se hace mayor: podría dejar de escribir, pero no lo hace, es su vida. Yo escribo un libro cada año, así que vivo la mayor parte del año con gente imaginaria. Escribir libros se ha convertido en la forma en que vivo mi vida. No sé qué haría si no escribiese libros. Para mí es tranquilizador ver que alguien como Stephen King sigue haciéndolo".