Vecinos de Madrid redoblan la batalla contra los pisos turísticos

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Manuel Vilaseró / Madrid

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La batalla contra la ‘turistificación’ del centro urbano, que Barcelona libra desde hace años, ha empezado a subir de grado en Madrid. Coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, los vecinos del popular barrio de Lavapiés han presentado este miércoles ante el ayuntamiento dieciocho denuncias contra otras tantas fincas que han sido adquiridas por multipropietarios y fondos de inversión que explotan en ellas 203 pisos turísticos. Todos ilegales, según la red ‘Lavapiés, ¿donde vas?’, que ha formalizado las demandas.

Las denuncias van acompañadas de un informe jurídico que desvela un importante agujero en la normativa urbanística que convierte en "ilegales prácticamente todos los pisos turísticos del distrito Centro y deberían ser cerrados por el Ayuntamiento de Madrid", opina la plataforma.

Acceso desde la calle

En el último año, tanto el consistorio como la Comunidad han hablado de regular los pisos turísticos pero, según los vecinos de Lavapiés, "la regulación ya existe". Un artículo de las Normas Urbanísticas obliga a que cada apartamento tenga un acceso exclusivo desde la calle y casi ninguno dispone del mismo.

"El ayuntamiento se escuda en que no tiene instrumentos para intervenir pero basta con que haga inspecciones para paralizar una actividad que vulnera la normativa", ha explicado Sara Lafuente, una de los portavoces vecinales.

Lavapiés está a diez minutos a pie de la Puerta del Sol pero ha sido de los últimos barrios en sufrir la invasión de las viviendas turísticas. Quizás porque su parque de viviendas está más degradado y porque los niveles de seguridad no son los mismos que en Cortes, Malasaña o Chueca. Según los informes municipales dispone ya de una oferta de 3.000 apartamentos turísticos, y creciendo. 

Gentrificación

Los vecinos sostienen que su llegada ha causado un aumento de los alquileres y situaciones de ‘mobbing’ inmobiliario que amenaza con expulsar a los residentes de toda la vida y gentrificar también esta zona. Es practicamaente imposible encontrar aunque sea un estudio a precios asequibles. ¿Les suena? Parece un calco de lo ocurrido en el centro de Barcelona.

El eco que están obteniendo las primeras protestas en el equipo de la alcaldesa Manuela Carmena no es el mismo que en el de Ada Colau. Ante lo que los vecinos califican de inacción municipal, la plataforma de Lavapiés difunde un modelo de denuncia que puede presentar cualquier vecino que observe la presencia de un apartamento turístico en su escalera. Una iniciativa similar a la web de denuncias abierta por el consistorio barcelonés, pero lanzada desde la calle.

De los 18 bloques denunciados, diez están íntegramente dedicados al alquiler para foráneos y en los ocho restantes ocupan más de la mitad de la finca. Entre los primeros destacan los de la empresa Teguise Inmueble (actualmente Acampimar SL), que bajo el nombre de Apartamentos Palacio Real tiene tres edificios completos dedicados al uso turístico. También se encuentra entre las denunciadas Friendly Rentals, una de las firmas que más pisos turísticos tiene en la plataforma Airbnb, hasta 177, bajo el nombre de Raquel. 

La falacia colaborativa

Con estos datos, los vecinos de Lavapiés quieren también "desmontar la falacia de que hablamos de economía colaborativa, cuando detrás hay fondos de inversión y multipropietarios, no particulares", explica Marisa Pérez, otra portavoz de la plataforma.

"Nosotros no vamos contra aquel vecino que para salir de apuros alquila una habitación de su casa esporádicamente", ha querido dejar claro Sara Lafuente.

El encuentro ha tenido lugar en la plaza de la Villa, en Madrid, ambientado con maletas y anuncios de búsqueda de vivienda en referencia a las personas que han tenido que dejar sus casas por el aumento del alquiler o por ser expulsados por las empresas que adquieren los bloques donde viven. Es el caso de Paula, una vecina de Lavapiés que se ha acercado al acto y que tendrá que dejar su casa en dos días porque su alquiler ha pasado de 700 euros a 1.700. "Le están quitando el alma a Lavapiés. He vivido aquí durante tres años y lo considero mi barrio, porque siempre me he sentido acogida aquí, pero es imposible quedarse", ha explicado a los medios.