Las últimas 48 horas de vida del guardia urbano serán claves para resolver su muerte

Hallaco un cadáver en un coche calcinado cerca del pantano de Foix

Hallaco un cadáver en un coche calcinado cerca del pantano de Foix / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Las incógnitas se acumulan encima del caso del agente de la Guardia Urbana de Barcelona que apareció muerto el jueves por la tarde en el maletero de un coche que ardió en una zona boscosa de la comarca del Alt Penedès. Los restos del cadáver estaban tan calcinados que no resultó sencillo para los investigadores de los Mossos d’Esquadra concluir ni siquiera si eran los de un hombre o los de una mujer. Así arrancaron unas pesquisas que estaban a punto de dar un giro inesperado. 

Ocurrió cuando averiguaron quién era el propietario del vehículo: un agente de la policía municipal de Barcelona. Los Mossos intentaron dar con él para interrogarlo pero no resultó posible. Unas 24 horas más tarde, el viernes a última hora del día, se confirmó que los restos encerrados en el vehículo eran los suyos. 

Según ha podido saber este diario, tras tomar declaración a varias personas de su entorno más próximo, los investigadores, de momento, no han hallado indicios de que la víctima tuviera ninguna deuda ni tampoco consta que se hubiera granjeado ninguna enemistad que explique el trágico final. El rastreo de su teléfono móvil posiblemente aclare dónde ha estado durante las últimas 48 horas, en las que estuvo desaparecido, tras -al parecer- discutirse con su actual pareja, también agente de la Urbana. Saber en qué lugares ha estado ayudará a desenredar esta complicada madeja. 

INVESTIGADO POR AGRESIÓN

Este policía actualmente estaba apartado de sus funciones como funcionario de tráfico. En agosto, las cámaras de una perrera municipal captaron como agredió a un motorista que a punto estuvo de embestirlo en un control montado en la carretera de la Arrabassada. El episodio, que activó una investigación de la Unidad Deontológica de Asuntos Internos (UDAI) de la Urbana, motivó la suspensión de este agente y de su compañero y abrió un proceso judicial basado en la documentación que aportaron los investigadores de la propia policía municipal.

El juicio, sin embargo, no llegó a celebrarse porque agresor y víctima llegaron a un acuerdo económico y se archivó el asunto. El policía, de baja desde que supo que estaba siendo examinado por la UDAI, todavía no se había incorporado de nuevo a su puesto de trabajo.

Fuentes cercanas a la familia del motorista implicado con este incidente han asegurado a este diario que no existe niguna relación entre este hecho y la violenta muerte que ha terminado encontrando el policía. 

SU MUJER DENUNCIÓ UNA PORNOVENGANZA

La pareja del policía asesinado es una agente de la Guardia Urbana que llevará a juicio a un subinspector del mismo cuerpo porque este, presuntamente, en el 2008 envió a sus contactos de correo una fotografía íntima en la que los dos -ella y el mando policial, cuando eran novios- aparecían manteniendo relaciones sexuales. El juicio, que ya ha sido suspendido en una ocasión, se celebrará finalmente el próximo 15 de mayo. Ambos sucesos, el litigio judicial emprendido por la mujer y la muerte violenta de su pareja, sin relación aparente, han coincidido temporalmente, algo que los Mossos también tienen en cuenta. 

Las circunstancias que rodean la aparición del cuerpo, encerrado en el maletero de un coche que alguien había prendido en llamas, prácticamente descartan el suicidio. Pero lo cierto es que la explicación a este crimen, sea cual sea, todavía está lejos de averiguarse. Los testimonios interrogados no han aportado, todavía, una vía para deshacer el misterio que rodea un homicidio que ha sacudido con fuerza a toda la Guardia Urbana.