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La moda va pasando

Álvaro Alsina

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Parece que la moda va pasando. Nos caemos de primera plana a la zona media de los periódicos. En los informativos, los políticos vuelven a acaparar los titulares, mientras que las acampadas van perdiendo presencia progresivamente. Se dice que en la era de las comunicaciones, la información crea la realidad y no al revés. Todo esto son síntomas de una sociedad de consumo rápido que busca la inmediatez y el pragmatismo a corto plazo. También hemos venido a rebelarnos contra eso.

Toda esta gente que nos pide propuestas concretas, que pide resoluciones inmediatas, tendrían que practicar un ejercicio: pensar en una sola revolución del pensamiento que se gestara en una semana. Tal vez han estado leyendo libros de historia distintos de los míos. O tal vez no se plantearon que entre la página de la edad media y la del renacimiento había mucho más que un giro de página.

Aun así, y siempre a título personal, como ciudadano que participa en la asamblea y tiene voz en ella pero que no la representa, voy a intentar pensar en una propuesta muy concreta, ya que no es que se esté proponiendo, sino que se está poniendo en práctica en la plaza de Catalunya, en la Puerta del Sol, y en el resto de acampadas que están teniendo lugar en España, y seguramente en el resto del mundo: asamblearismo, autogestión, democracia horizontal. Que los ciudadanos ejecuten la política, antes que participar de ella. Asambleas de barrio, asambleas universitarias, asambleas en el lugar de trabajo. Igualdad, libertad de expresión, y de acción. Solo en estas circunstancias se pueden construir respuestas legítimas.

No podemos tener respuestas a tantas preguntas, si aún se espera de nosotros que utilicemos las estructuras a las que nos oponemos para vehicular nuestras propuestas. No veo otra manera de luchar contra las mentiras que la coherencia. Coherencia contra incoherencia, y aún hace falta explicarse. Y luego nos preguntan por qué luchamos.