LOS VOLUNTARIOS

El Papa insta a la sociedad a valorar a los discapacitados

El Pontífice bendice la primera piedra de un nuevo centro de la Obra del Nen Déu

Benedicto XVI saluda al entrar en la Obra Benéfico-Social del Nen Déu, en la ronda del Guinardó.

Benedicto XVI saluda al entrar en la Obra Benéfico-Social del Nen Déu, en la ronda del Guinardó.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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Lejos de los fastos oficiales de su visita a Barcelona, el Papa mostró su imagen más próxima y cálida cuando se reunió por la tarde con los alumnos, los padres y los educadores de la Obra Social Nen Déu, institución que atiende a niños con síndrome de Down y otras discapacidades, y allí bendijo la primera piedra del nuevo centro que la misma congregación construirá en Tiana (Maresme). Las canciones y los regalos que le dedicaron los alumnos, incluido un lienzo de la Sagrada Família y un gran mosaico, emocionaron al Papa.

En nombre sus compañeros, María del Mar, resumió ante el micrófono: «Aunque somos diferentes, nuestro corazón ama como los otros corazones y queremos ser amados. Queremos dar las gracias a nuestros padres porque nos han regalado la vida y porque nos cuidan cada día».

Mientras, en el exterior, en la confluencia de la ronda del Guinardó y paseo de Maragall, una multitud aguardaba apelotonada a que el Pontífice se acercara. «Se siente, el Papa está presente», coreaba un grupo incansable de chavales.

LA CARIDAD, ANTE TODO / En su discurso, que fue breve, Benedicto XVI destacó los grandes avances de la sanidad en el cuidado de los más débiles, pero defendió que los nuevos desarrollos tecnológicos «nunca vayan en detrimento del respeto de la vida y la dignidad humana». Así, reiteró que quienes padecen enfermedades o minusvalías deben recibir siempre «el amor y atenciones» que les haga sentirse valorados como personas. En ese sentido, reconoció especialmente a sacerdotes y voluntarios que les ayudan en los hospitales porque, dijo «encarnan el importante ministerio de consolación». Y apeló asimismo a que los fieles, en este momento de grave crisis económica, multipliquen los gestos de solidaridad porque «la caridad es el distintivo de la condición cristiana».

El Papa aprovechó la visita para bendecir el nuevo centro de enseñanza que la orden, las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, construirá en Tiana y que justamente llevará su nombre. «Queridos niños y jóvenes -concluyó el Pontífice-: Me despido de vosotros dando gracias a Dios por vuestras vidas, tan preciosas a sus ojos, y asegurándoos que ocupáis un lugar muy importante en mi corazón.