Torra invade el poder legislativo y exige dimisiones a Torrent

El presidente del Parlament, Roger Torrent, y el president del Govern, Quim Torra.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, y el president del Govern, Quim Torra. / periodico

Fidel Masreal

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No solo es que los contundentes textos de la mayoría independentista en el Parlament contra la Monarquía van a quedar en papel mojado -en el mejor de los casos-, o en una decisión contraria del Tribunal Constitucional. Es que el único efecto visible que han logrado es un enfrentamiento sin precedentes entre el poder  ejecutivo catalán, el Govern, y el legislativo, el Parlament, por la decisión del secretario general de la Cámara --ya conocida por todos los grupos parlamentarios- de no publicar las resoluciones más polémicas del debate sobre la monarquía para evitar consecuencias graves por parte del Tribunal Constitucional, que ya había avisado al Parlament al respecto.

Nadie puede alegar desconocimiento de lo sucedido porque el mismo viernes, antes de la votación de los polémicos textos, en las reuniones de la mesa y los portavoces, los servicios jurídicos advirtieron de que no se publicarían en el boletín oficial del Parlament las partes que podían ser contrarios a lo que el Constitucional ya ha advertido sobre lo que puede y no puede aprobar la Cámara en relación a la jefatura del Estado.

Resoluciones no publicadas

Ese mismo viernes, cuando Ciutadans forzó al presidente del Parlament a explicar esta posición de los juristas, el jefe de filas de Junts per Catalunya, Albert Batet, fingió sorpresa e incluso pidió expedientar a quien no publicara esos acuerdos. Este lunes el boletín publicaba las resoluciones mutiladas, evitando así referencias a la «monarquía delincuente» o a «constituir efectivamente la república catalana», o a la reprobación del «rey Felipe VI y a toda la dinastía borbónica por décadas de impunidad y enriquecimiento ilegítimo». Firmó el boletín el secretario general de la Cámara, Xavier Muro, con un párrafo final argumentando que tal decisión se tomaba para evitar incumplir sentencias e interlocutorias del del Tribunal Constitucional que alertaban de que cualquier decisión «jurídica o material» tendría consecuencias. Existen acuerdos del Parlament contra la monarquía posteriormente anulados por el TC.

Sin precedentes

Poco después, en un acto sin precedentes en la historia democrática reciente de Catalunya, el ‘president’ de la Generalitat, Quim Torra, a golpe de tuit, exigía al presidente del Parlament, Roger Torrent el cese de Muro. «El presidente del Parlament tiene el deber de cesarlo y asumir él y la Mesa la responsabilidad de publicar la resolución». Es decir, que Torra pasa por encima por lo ya decidido el viernes, da órdenes al presidente del legislativo y además exige publicar unos textos que pueden tener consecuencias para quien lo haga. El tiut de Torra generó la indignación de toda la oposición e incluso la incomprensión de algún miembro de JxCat en el Govern.

La respuesta de Torrent fue mantener el silencio, pese a que pocas horas más tarde JxCat insistió en la misma exigencia con un comunicado en el mismo sentido que Torra. Torrent en ningún caso calla para otorgar, al contrario, sino que se trata de la decisión táctica del dirigente republicano y de ERC (no entrar al trapo ni entrar en la dialéctica con JxCat y con Torra, que es constante desde el inicio de la convulsa legislatura) ante un conflicto insólito pero con una gran carga electoralista entre ambos socios del Govern.

Fuentes cercanas al presidente del Parlament trasladaron que la voluntad de Torrent es doble: defender que se pueda hablar de todo en el Parlament pese a las amenazas a políticos y funcionarios, y al mismo tiempo no acusar a funcionarios por tomar determinadas decisiones que quizás sí tomaría un responsable político. Es decir, que los diputados y políticos han de asumir las consecuencias pero no forzar o presionar -como hizo Torra- a que los trabajadores de la administración también lo hagan.

Es una respuesta, de momento, de perfil bajo en una batalla con Torra que se larvó durante el fin de semana. El sábado el vicepresidente primero del Parlament, el combativo miembro de JxCat Josep Costa, pidió que la Mesa publicara las resoluciones sin pasar por los órganos administrativos del Parlament. Una estratagema que no cuajó porque implicaba a otros partidos y a intervenir directamente en el servicio de Publaciones de la Cámara.

El papel de Ciutadans

Por si el escándalo no fuera suficientemente mayúsculo, cabe añadir que Ciutadans ayer lamentó que no se cercenaran otras resoluciones y anunció acciones judiciales en contra de ello. Algo que contrasta con un hecho, señalado por fuentes parlamentarias: que Ciutadans estuvo de acuerdo en qué parte de las resoluciones independentistas no debían ser publicadas. En un asunto coincidieron el viernes Ciutadans y Torra en el Parlament: en sus referencias a Valle-Inclán y su definición del esperpento.