NUEVOS DETALLES

Un juez de Castellón evitó en el 2015 que el imán de Ripoll fuera deportado

Abdelbaki Es Satty.

Abdelbaki Es Satty. / periodico

Ángeles Vázquez / Madrid

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El imán de RipollAbdelbaki Es Satty, el supuesto cabecilla de la célula antiterrorista de los atentados de Barcelona y Cambrils, evitó ser expulsado de España en el 2015, después de haber cumplido una condena por tráfico de hachís. El juez de Castellón que llevó el caso consideró que Es Satty era una persona arraigada laboralmente en España. Además, según recoge la sentencia del titular del Juzgado contencioso número 2 de la capital de la Plana, el delito por el que había ingresado en prisión no suponía "una amenaza ni para el orden público ni para la seguridad ciudadana", ya que se había producido más de cinco años antes. El juez no tenía, en ese momento, ningún indicio sobre actividades terroristas por parte de Es Satty.

El que más tarde sería imán de Ripoll acreditó, en el recurso presentado contra la deportación, que "tiene un evidente arraigo laboral en España, que demuestra sus esfuerzos de integración en la sociedad española", por lo que un único hecho delictivo no justificaba la expulsión acordada. El juez estimó que Es Saty debía ser considerado como un residente de larga duración en España, lo que supone que no puede ser expulsado de forma "automática" por haber sido condenado por un delito penado con más de un año de cárcel. Para hacerlo es necesario valorar las circunstancias concretas de cada caso y constatar que constituye una “amenaza real y suficientemente grave para el orden público o la seguridad pública”, lo que no ocurría en el 2015.

Cuatro años por vender hachís

Es Satty acreditó que había estado "dado de alta en el Sistema de la Seguridad Social durante 6 años, 6 meses y 16 días, y que actualmente está dado de alta en virtud de un contrato de trabajo de duración determinada que aportaba", lo que, en opinión del magistrado, supuso la demostración de un arraigo laboral suficiente para necesitar que la expulsión fuera motivada, lo que no había hecho la administración. 

El hombre acreditó que había estado seis años y medio dado de alta en la Seguridad Social

El imán fue condenado a cuatro años de cárcel por tráfico de drogas. Una vez cumplida la pena, el 29 de abril de 2014, se iba a proceder a su expulsión por decisión de la Subdelegación del Gobierno. Sus abogados acudieron entonces a la vía contenciosa y el Juzgado número 2 de Castellón anuló la orden, lo que le permitió seguir en España. La sentencia no fue recurrida por la Abogacía del Estado.

Después sus abogados también solicitaron en su nombre el asilo, como suele ser habitual en este tipo de casos para legitimar la presencia de un ciudadano extranjero en España.

Su nombre en la operación Chacal

El nombre de Abdelbaki Es Satty aparecía en una de las operaciones yihadistas que se realizaron en España tras los atentados del 11-M. En la operación Chacal, una de esas operaciones policiales, la documentación de Es Satty apareció fotocopiada en el domicilio de uno de los principales acusados, Mohamed Mrabet Fhasi, un carnicero de Vilanova i la Geltrú, que fue condenado por la Audiencia Nacional -y más tarde absuelto por el Tribunal Supremo- por reclutar terroristas, entre ellos, a Bellil Belgacem, que, tras marcharse a Irak, en el 2003 se suicidó asesinando a 19 soldados italianos y 9 iraquís en Nasiriya.

Entre enero y marzo del 2016, el imán estuvo viviendo en Vilvoorde, localidad considerada una de las mecas yihadistas de Bélgica porque en el 2014 de ella salieron una treintena de jóvenes para luchar en Siria. Es Satty residió de forma estable en esa ciudad, según confirmó el alcalde de la población, Hans Bonte, a la televisión flamenca VRT News, aunque las autoridades belgas de inmigración descartaron haber registrado a alguien con ese nombre.

La investigación ahora abierta determinó, mediante pruebas de ADN, que fue Es Satty quien manipuló el explosivo que hizo saltar por los aires la casa de Alcanar el pasado jueves.