PP y PSOE se acusan de hacer el juego a los independentistas

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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El varapalo recibido por el PP el 27-S y que el bloque soberanista no haya conseguido una mayoría de votos no han hecho desistir al Gobierno de su intención de reformar el Tribunal Constitucional (TC) para que este pueda suspender a Artur Mas si promueve una declaración unilateral de independencia.

El PP aprobó ayer en el Congreso y en solitario -con el apoyo puntual de UPN- el cambio legal exprés que dota al alto tribunal de mecanismos para hacer ejecutar sus sentencias. La norma pasa ahora al Senado, con la vista puesta en que entre en vigor a mediados de octubre, justo antes de que se disuelvan las Cortes.

El PP no aceptó ninguna de las tres enmiendas de supresión o de las 34 enmiendas al articulado -salvo una rectificación propia y de carácter técnico- en un debate bronco, pese a que todos los partidos habían fijado su posición hace 15 días, cuando la proposición de ley conservadora pasó el primer trámite.

A cara de perro, PP y PSOE se acusaron mutuamente de hacer el juego a los partidos independentistas y agravar la situación en Catalunya. Así, el portavoz popular en la Comisión Constitucional, Pedro Gómez de la Serna, recordó que el PSOE suprimió el recurso previo de inconstitucionalidad y después montó «a oscuras» el «lío del Estatut [...] traicionando incluso a su partido en Catalunya». «Ustedes incendiaron la cuestión y no pueden presentarse como el bombero pirómano», dijo.

Por contra, el portavoz del PSOE José Ignacio Sánchez Amor rechazó la acusación de que su partido es «equidistante» con los nacionalistas cuando, con la reforma del TC, el PP se convierte, en su opinión, en «aliado objetivo» de los secesionistas al «alimentar su victimismo».

La oposición coincidió, además, en que el Ejecutivo refuerza el alto tribunal «por cobardía», para convertir a la institución «en el burladero que se lleve las primeras cornadas» y no asumir una solución política «incómoda» en Catalunya. CDC y Unió coincidieron en que la judicialización del conflicto no lo va a resolver, mientras que ICV tachó el cambio legal de «barbaridad» y ERC, de «arsenal contra el proceso».

«ESPECTÁCULO BANANERO» / El PP se contagió del lenguaje bélico y parafraseando a Alfonso Guerra consideró necesario «armar jurídicamente» al TC frente al «golpe de Estado a cámara lenta» de Mas, un president que, en su opinión, está dando un «espectáculo bananero» que produce una «grima indescriptible».